Elentir expone otro ejemplo de la adopción de las tesis ideológicas del feminismo radical por parte de las instituciones públicas y la creciente criminalización del hombre por el mero hecho de serlo, de la politización de todo ámbito privado y la profunda discriminación y desigualdad ante la ley en función del sexo.
Artículo de Contando Estrelas:
La adopción de las tesis ideológicas del feminismo radical por parte de las instituciones públicas está dando lugar a una preocupante banalización de la auténtica violencia contra la mujer.
Avalancha de críticas a la Policía por banalizar la violencia contra la mujer
Equiparar lo que es realmente violencia con lo que no lo es ni por asomo, criminalizando a cualquier hombre con cualquier excusa, es un alarmante fenómeno que está afectando incluso a instituciones tan respetadas como el Cuerpo Nacional de Policía (CNP). El pasado viernes el Twitter de la Policía publicaba un sorprendente mensaje que ha generado una lluvia de críticas:
Este mensaje viene a calificar como “violencia de género” (es decir, como violencia contra la mujer por el mero hecho de ser mujer) cosas como que a un hombre no le guste la ropa o el maquillaje de su novia o de su esposa. Y anima a denunciarlo, como si el mero hecho de intercambiar opiniones en pareja fuese un delito si el que opina es el varón. Esto es judicializar la vida en pareja hasta un extremo absurdo, crimalizando al varón por cualquier motivo. Y como no podía ser menos, muchos nos hemos considerado ofendidos por un mensaje que nos estigmatiza por el mero hecho de ser hombres. En el momento de redactar estas líneas, el mensaje ya ha recibido más de 1.300 respuestas, muchas de ellas críticas, y en algunos casos preguntándose si es un chiste.
¿Y si el mensaje dijese lo mismo sobre los varones?
Pensemos por un momento lo que pasaría si el mensaje se plantease al revés:
¿A tu mujer no le gusta que vayas con tus amigos?
¿No le gusta tu ropa?
¿No le gusta que te dejes barba?
Si te identificas, estamos para ayudarte. Denuncia.
Si cualquier hombre fuese a denunciar esto a una comisaría, como mínimo se reirían de él. En nuestra sociedad tenemos asumido que una mujer puede ser controladora y regañona –incluso quieren que les den las gracias por ello-, pero si el controlador y el regañón es él, entonces se le denuncia por “violencia de género” para que duerma una noche arrestado y tenga que comparecer a un juez para explicar. ¿Es que nos hemos vuelto locos? ¿Qué igualdad ante la ley es ésta?
Las estadísticas arrojan datos que no se ajustan a las tesis feministas
Ya puestos, aporto algunos datos. Según un estudio del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud conocido el año pasado, las chicas controlan más los teléfonos que los chicos (el 62,9% frente al 58,6%) y quieren saber en todo momento en dónde están sus novios (el 39,7% frente al 36,9%). Además, en 2014 la Universidad de Cumbria, en el Reino Unido, presentó otro estudio realizado entre 1.104 hombres y mujeres adolescentes, que reveló que las mujeres son más propensas que los hombres a ser controladoras y agresivas hacia sus parejas.
Por supuesto, no se puede juzgar a todos los miembros de un sexo por esas estadísticas ni por ninguna otra. De hecho, los porcentajes no arrojan diferencias muy relevantes entre sexos. Pero si somos tan parecidos en esto, ¿por qué el Estado nos trata de forma tan desigual? Como seguramente os habrá pasado a muchos, he conocido a mujeres que ante la mera sugerencia a sus novios o maridos de que se dejasen barba, responden con una negativa rotunda, una reacción que casi siempre acaba en unas risas, incluso por parte del propio interesado. A ningún tío en su sano juicio se le ocurriría responder a eso con un “te voy a denunciar”. Pero si eso lo hacen ellos sobre la ropa o el maquillaje de su mujer, les llaman “machistas” y es denunciable. ¿Por qué esa doble vara de medir? ¿Por qué nos hablan tanto de “igualdad” si luego nos tratan a los hombres como presuntos delincuentes por el mero hecho de ser hombres?
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