Diego Sánchez de la Cruz analiza el diferencial comportamiento de la izquierda moderada en Suecia (respecto a España) y los pactos y medidas acordadas en la formación del nuevo gobierno.
En Suecia, tanto la izquierda como la derecha son mucho más responsables y reman en una dirección mucho mejor que aquí.
Y obviamente, esto tiene consecuencias en la economía y el bienestar y libertad de sus ciudadanos.
Pero aquí, nadie quiere seguir ese camino (iniciado en los años 90) despotricando sobre dichas medidas, pero envidiando y deseando aquí dichos resultados...
En Suecia, tanto la izquierda como la derecha son mucho más responsables y reman en una dirección mucho mejor que aquí.
Y obviamente, esto tiene consecuencias en la economía y el bienestar y libertad de sus ciudadanos.
Pero aquí, nadie quiere seguir ese camino (iniciado en los años 90) despotricando sobre dichas medidas, pero envidiando y deseando aquí dichos resultados...
Artículo de Libre Mercado:
El líder de los socialdemócratas suecos, Stefan Lofven | Flickr/CC/Party of European Socialists
Desde los años 90, los cuatro partidos del centro-derecha sueco han conformado un pacto electoral conocido como La Alianza. Dicho acuerdo se ha roto en las últimas semanas, puesto que dos de sus partidos integrantes han optado por pactar gobierno con los socialdemócratas y evitar una repetición de elecciones generales que, según las encuestas, no habría resuelto el bloqueo político que atraviesa el Reino escandinavo.
Resulta interesante comprobar que Stefan Lofven, líder de los socialdemócratas suecos, ha apostado por esta vía y ha descartado la posibilidad de llegar a un acuerdo con el Partido de la Izquierda, un grupo homólogo a la izquierda radical que representan en España partidos como Podemos e Izquierda Unida.
¿Qué medidas incluye el pacto negociado por Lofven con los centristas y los liberales que antaño sumaban fuerzas dentro de La Alianza? A grandes rasgos, destacan las siguientes propuestas fiscales:
- "Una reforma fiscal de calado que reduzca los impuestos directos que pagan los trabajadores y las retenciones tributarias que abonan las empresas. Las modificaciones introducidas aumentarán el umbral a partir del cual se pagan los impuestos y también reducirán los tipos existentes".
- "Los impuestos aplicados sobre las pensiones empezarán a reducirse a mitad de la legislatura (a partir del año 2020)".
- "Se modificará la tributación de las pymes, para introducir medidas compensatorias que reduzcan el peso efectivo de las cotizaciones sociales".
- "Las stock options estarán gravadas con un tipo más bajo, para facilitar el desarrollo de nuevos emprendimientos tecnológicos en el país".
¿Cómo se financiarán estas rebajas?
El programa acordado por Lofven con centristas y liberales incluye el compromiso de reducir el gasto público ineficiente, aunque también contempla el aumento de los impuestos medioambientales, que no obstante crecerán de forma moderada (alrededor de 1.500 millones de euros). Por otra parte, el pacto entre los tres partidos abarca igualmente los siguientes puntos:
- Se elimina la obligación de tributar con intereses los impuestos inmobiliarios diferidos en el calendario.
- Cambian las regulaciones laborales para facilitar el despido de trabajadores en situaciones de dificultad económica.
- Siguen en pie los programas de cheque escolar y sanitario que introdujo el centro-derecha en los años 90 y que han seguido funcionando desde entonces.
El bloqueo político no afecta al crecimiento
España tuvo un gobierno en funciones durante buena parte del año 2016, pero la economía se comportó con notable solidez. Algo parecido ocurrió en Bélgica o Alemania, que también atravesaron recientemente largos procesos de bloqueo político que no degeneraron en una crisis institucional o económica.
Por tanto, no debería sorprendernos lo que está ocurriendo en Suecia, donde las elecciones generales celebradas en septiembre de 2018 arrojaron un Parlamento fragmentado que no ha sido capaz de cerrar un acuerdo de gobierno hasta enero de 2019. Este parón político no ha impedido el mantenimiento de la normalidad pública y privada.
En 2018, el PIB va a crecer al 2,5%, según las estimaciones del Banco de Suecia. Es cierto que los buenos datos de comienzos de verano invitaban a pensar que la expansión podía llegar al 2,9%, pero ya en septiembre se constató que tal repunte sería complicado, de modo que el enfriamiento es anterior a los comicios.
En cuanto al trimestre que cerró el año, los indicadores adelantados invitan a pensar que puede haber sorpresas positivas coincidiendo con el bloqueo parlamentario. La producción del sector privados creció al 4,6%, duplicando lo que esperaban los analistas. En la industria, la subida interanual fue del 3,1%, también una mejora importante respecto a las previsiones que manejaban las principales instituciones.
De cara a 2019, la previsión de crecimiento del Banco de Suecia apunta al 2,1%. Este indicador se mantiene sin cambios pese al largo proceso de formación de gobierno. Por tanto, el efecto a corto o medio plazo de la ausencia de gobierno ha sido prácticamente nulo.
En términos de empleo, está previsto que el paro caiga en 2019 y se reduzca al 6,4% en 2020. Los últimos boletines hablaban del 6,2%, de modo que tampoco en este indicador se observan grandes cambios. Por otro lado, la previsión fiscal mejora: se mantiene el superávit del 1% del PIB esperado para 2018 y se amplía el saldo positivo esperado para 2019 y 2020, puesto que las medidas acordadas por Lofven con los partidos del centro-derecha generan confianza entre los analistas e inversores.
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