La estrategia es extender todo lo relacionado con la violencia de género. Todo es machismo y violencia a la mujer, incluso en el parto hay violencia machista hacia la mujer. Así, su necesario relato de heteropatriarcado y violencia machista en cada poro social y el recurrente victimismo de la misma se extiende más y se inserta en las mentes de la gente (y así el poder político sobre la sociedad civil se extiende, los recursos en sus manos se incrementan, la instrumentalización de la mujer como herramienta ideológica y política se amplía, y la guerra marxista de clases llevada a los sexos se consolida).
Por otra parte, que se puedan hacer ciertos partos de otra manera, y solo en cierta medida sin generalizar mediante la obstetricia, como el empleo de la episiotomía, (que consiste en un corte con tijera en la vulva para facilitar la salida del feto y evitar desgarros en el perineo), no implica que haya una violencia estructural contra la mujer por mero hecho de serlo (ese es un relato falaz, absurdo, ideológico e interesado con fines políticos), sino una praxis por mera comodidad (o reducción de riesgos del médico, que puede responder ante una complicación) del médico en su trabajo (como puede ser la mala praxis de un médico que receta al paciente cualquier cosa para resolver el problema a corto plazo, pudiéndole causar un problema a medio y largo plazo (la denominada iatrogénesis). Pero no porque el paciente sea mujer, rubia, negro...
Eso son estupideces que pretenden ser instrumentalizadas políticamente con un fin evidente.
Fuente: Voz Pópuli.
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