Arturo Cervellera muestra la intención de la Consellería de Educación en la Comunidad Valenciana de imponer por todos los medios el "valenciano" en todos los colegios, actuando como todo un Comisario político e infiltrándose en todos los poros de actuación (no solo el educativo) de las administraciones y centros escolares espiando a padres, profesores y niños.
Es otro paso más hacia la intención de la imposición ideológica de su agenda, en su camino (plan de medio y largo plazo) hacia la independencia y la sumisión hacia el pancatalanismo (y esto es algo reconocido).
Una estrategia que lleva a la destrucción de la convivencia, la destrucción de las libertades educativas (y personales), al chantaje político, al señalamiento (como primer paso) al que no siga sus planes, en definitiva, a la imposición de una tiranía política que pretende moldear y manipular las mentes de generaciones para someterlas a sus designios políticos (en lugar de actuar como árbitros que permiten cumplir y respetar los deseos personales de las personas que conforman la sociedad sin imposiciones de unos a otros ni violaciones por la fuerza de los derechos y libertades de cada cual).
Luego, de manera miserable e hipócrita, se presentan y presentarán como defensores de los valores democráticos, de las libertades, del respeto de las minorías y de las personas, de la libertad de expresión y pensamiento, y contrarios supuestamente al fascismo (versión nacionalista de raíz socialista en pugna históricamente por la hegemonía del socialismo con la corriente marxista), a la opresión del poder...
Nada de ello es cierto, como se muestra en el día a día. Son solo etiquetas y eslóganes políticos para justificar sus actuaciones y ampliar su aceptación y legitimidad que no respetan nunca cuando es contraria a sus intereses. Así, la libertad está legitimada si haces lo que te dicen. La educación es un derecho, si la controlan ellos, la libertad de expresión es aceptable mientras no te salgas de sus mantras e ideas. La minoría (y no hay minoría más minoritaria que la propia persona individual) es defendible mientras sea instrumentalible políticamente en beneficio propio. La democracia es válida si ganan o se aprueban sus políticas o partidarios (de hecho legitiman y apoyan todas las dictaduras de su signo, en el colmo de la hipocresía y desfachatez)...
Y por supuesto, se presentan como los defensores del bien y de la moral, bajo cuyo designio divino autoestablecido se justifica cualquier atropello y barbaridad. Y es que lo hacen por una buena causa, que tú, cretino infeliz y desgraciado, no llegas a entender.
Artículo de Las Provincias:
El conseller de Educación, Vicent Marzà. / JESÚS SIGNES
La Conselleria de Educación no sólo quiere saber qué lengua emplean los centros escolares dentro y fuera de las aulas, sino que velará por que en antes de que acabe el curso 2021/2022, el objetivo de que el valenciano sea la empleada incluso en la vida cotidiana de quienes estudian y trabajan en los colegios e institutos esté cumplido. Así se desprende en el escrito que desde el departamento de la Avenida Campanar han remitido a los centros escolares para la implantación del proyecto lingüístico en todos los espacios. Así, en todas aquellos entornos o espacios en los que no se haya alcanzado el objetivo del uso del valenciano, la conselleria dirigida por Vicent Marzà fija el curso 2021/2022 como el último para haberlo alcanzado.
Y es que Educación quiere saber qué idioma utilizan los centros escolares para actividades tan cotidianas como las extraescolares, los menús del comedor, la relación con los familiares o cuál es la lengua empleada para los anuncios por megafonía. Pero, también en la agenda que tiene lugar fuera de las aulas. El área gestionada por el dirigente de Compromís ya está aplicando una propuesta introducida en la ley de plurilingüismo, y aprobada el año pasado, que contempla que los colegios tengan que informar si utilizan o no el valenciano para atender al público en las comunicaciones por megafonía o al hacer algo tan simple como la entrega de notas a los alumnos. También en la biblioteca o en el comedor.
En el escrito remitido a los centros, desvelado ayer por este diario, se les pide que completen la solicitud de autorización del proyecto lingüístico reflejada en un cuestionario con 32 actuaciones diferentes. En el documento se pregunta a las direcciones de los centros tanto públicos como concertados si utilizan el valenciano en otras rutinas fuera del entorno puramente educativo, más centrado en el «ámbito administrativo como pueden ser las solicitudes de documentación, las actuaciones internas o los instrumentos de gestión y funcionamiento que incluyen desde inventarios, archivos y fichas del alumnado hasta organigramas o reglamentos. Puntos en los que también están incluidos los comunicados, informes, anuncios, memorias, horarios y hasta los calendarios. De la misma forma, también se solicita conocer la lengua utilizada para la formación del profesorado del centro, de los grupos de trabajo adscritos y de los diferentes proyectos de innovación pedagógica que se llevan a cabo. Además, se incluyen también a los encuentros realizados por el consejo escolar, el equipo directivo y las diferentes comisiones. Pero la conselleria quiere más información, al margen de la de las aulas. En concreto, se inmiscuye también en el «ámbito social y de interrelación con el entorno».
En este apartado los cuestionarios van remitidos a actividades que implican tanto al alumnado como a los padres y entre ellas destacan los actos de graduación, jornadas de acogida a las familias, fiestas colegiales, intervenciones ante los medios de comunicación, actividades extraescolares o la comunicación con las familias entre las que se incluyen reuniones con los padres, campañas de matrícula y hasta el menú del comedor.
También se pregunta de forma directa por la «relación con las entidades e instituciones públicas y privadas que programas actividades complementarias y culturales en valenciano» así como por «los encuentros y actividades de promoción de la enseñanza en valenciano».
La norma ha entrado en vigor este curso y los objetivos deben estar cumplidos en el margen de esta legislatura, como marca el cuestionario. En los próximos meses, los cuestionarios se trasladarán también a los centros de educación secundaria.
Bonig: «El consell actúa como un comisario ideológico»
La presidenta del Partido Popular de la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig, denunció ayer que el conseller de Educación, Vicent Marzà, «actúa como un verdadero comisario lingüístico a las órdenes de Ximo Puig al interrogar a los centros educativos sobre la lengua que utilizan, incluso en actividades que se desarrollan fuera de las aulas. Es un atropello», lamentó la popular.
Bonig explicó que ya el anterior Botànico «se fijó la Educación como objetivo, en una maniobra de ingeniería ideológica y sectarismo, y en este mandato quieren seguir en la misma línea». Al respecto, recordó que el PPCV «seguirá peleando por garantizar los derechos de los centros, de los alumnos y las familias ante las imposiciones del Consell del Botánico».
«Lo hemos dicho mil veces: sí al valenciano, sí a su fomento y a su estudio, pero no a la imposición. Castellano y valenciano pueden y deben convivir, algo que no entra en la mente de este Botánico, que solo pretende imponer generando enfrentamientos», lamentó Bonig.
Para la presidenta del PPCV la Conselleria de Educación «se extralimita en sus preguntas y emula el modelo catalán, donde hace poco conocíamos que había infiltrados en los patios para saber si los niños utilizaban el catalán o el castellano». «Aquí Marzà, con el beneplácito de Puig, está poniendo en marcha la misma maquinaria, preguntando si se utiliza el valenciano en megafonía, en reuniones con los padres, en campañas de matrícula o en el comedor. Es una muestra más de su determinación de imponer un proyecto lingüístico único», lamentó la también portavoz del PPCV en Les Corts.
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