Diego Sánchez de la Cruz analiza la cuña fiscal en los países desarrollados de la OCDE.
Y ojo. Esto, solo con IRPF y Seguridad Social. Añádese IVA, impuestos especiales, tasas, multas...
Artículo de Libre Mercado:
Cristóbal Montoro, en el Congreso de los Diputados | EFE
Bélgica es el infierno fiscal por excelencia de la OCDE. Así lo acredita Taxing Wages 2016, el nuevo informe elaborado por los técnicos de la OCDE y consagrado a medir el peso del IRPF y las cotizaciones sociales en los distintos países miembros de la organización de economías desarrolladas.
Y ojo. Esto, solo con IRPF y Seguridad Social. Añádese IVA, impuestos especiales, tasas, multas...
Artículo de Libre Mercado:
Cristóbal Montoro, en el Congreso de los Diputados | EFE
Bélgica es el infierno fiscal por excelencia de la OCDE. Así lo acredita Taxing Wages 2016, el nuevo informe elaborado por los técnicos de la OCDE y consagrado a medir el peso del IRPF y las cotizaciones sociales en los distintos países miembros de la organización de economías desarrolladas.
Según dicho documento, un belga con un sueldo medio cobra solo el 46 por ciento de su coste laboral, mientras que el peso del IRPF y las cotizaciones sociales asciende al 54 por ciento. No hay ningún otro país de la OCDE en el que la cuña fiscal supere la barrera del 50 por ciento, de manera que la situación belga resulta especialmente alarmante.
Por encima del 45 por ciento y por debajo del 50 por ciento nos encontramos con la cuña fiscal que soportan los trabajadores de cinco países europeos: Alemania (49,4 por ciento), Hungría (48,2 por ciento), Francia (48,1 por ciento), Italia (47,8 por ciento) y Austria (47,1 por ciento). Son, junto a Bélgica, los países que más impuestos directos retienen a un trabajador con un sueldo medio.
A continuación nos topamos con otro grupo de países en los que el peso de las retenciones fiscales que soporta un sueldo medio se mueve entre el 40 y el 45 por ciento. Es el caso de Finlandia (43,8 por ciento), República Checa (43 por ciento), Suecia (42,8 por ciento), Eslovenia (42,7 por ciento), Letonia (42,6 por ciento), Eslovaquia (41,5 por ciento), Portugal (41,5 por ciento) y Grecia (40,2 por ciento).
La cuña fiscal media, del 36 por ciento
La cuña fiscal media en la OCDE es del 36 por ciento. Por encima de ese umbral se encuentra España, donde la suma de IRPF y cotizaciones sociales reduce nuestro sueldo neto un 39,5 por ciento. Esto significa que un español medio entrega casi 40 euros al fisco por cada 100 euros de coste laboral que paga por él su empleador.
También por encima de la media de la OCDE se ubican Estonia (38,9 por ciento), Luxemburgo (38,4), Turquía (38,1 por ciento), Países Bajos (37,5 por ciento), Dinamarca (36,5 por ciento) y Noruega (36,2 por ciento. Por debajo del promedio de la OCDE pero por encima del 30 por ciento figuran Polonia (35,8 por ciento), Islandia (34 por ciento), Japón (32,4 por ciento), Estados Unidos (31,7 por ciento), Canadá (31,4 por ciento) y Reino Unido (30,8 por ciento).
Más favorable es el clima fiscal del grupo de países de la OCDE en el que IRPF y cotizaciones sociales suponen entre un 20 y un 30 por ciento del sueldo. Es el caso de México (20,1 por ciento), Suiza (21,8 por ciento), Israel (22,1 por ciento), Corea del Sur (22,2 por ciento), Irlanda (27,1 por ciento) y Australia (28,6 por ciento). En este caso, por cada 100 euros abonados por la empresa, el sueldo medio retiene entre 70 y 80 euros de ingreso neto.
Pero la palma se la llevan Nueva Zelanda y Chile. De acuerdo con el informe de los técnicos de la OCDE, una renta media residente en Nueva Zelanda sufre unas retenciones directas del 17,9 por ciento, mientras que un trabajador promedio residente en Chile soporta una cuña fiscal del 7 por ciento.
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