domingo, 3 de febrero de 2019

Casi un 13% de los teóricos beneficiados por la subida del SMI perderán su empleo

Nuevo estudio del Banco de España sobre las consecuencias del reciente aumento del Salario Mínimo por ley: Más desempleo en colectivos débiles y mayor desigualdad de renta en la sociedad. 
Pero todo es por su bien...
José Antonio Bravo se hace eco en el siguiente artículo. 

Artículo de El Comercio: 
El turismo y la hostelería son dos de los sectores con más incidencia del salario mínimo./El turismo y la hostelería son dos de los sectores con más incidencia del salario mínimo. 
Los detractores de una subida tan fuerte como la aprobada este año para el salario mínimo interprofesional (SMI), un 22,3% inédito desde 1977, parecen contar con un argumento más para advertir de sus consecuencias negativas para el empleo, obra del Banco de España.
Un estudio del supervisor conocido este viernes respalda, con cifras concretas, las criticas que el propio gobernador Pablo Hernández de Cos viene haciendo de esa medida. Ahora bien, sí él mismo advertía hace tres meses de que se podrían destruir 150.000 puestos de trabajo por dicho incremento retributivo, un análisis más técnico los rebaja a 125.000.
Mantienen, en cualquier caso, que se trataría del 0,8% de los 16 millones de ocupados a tiempo completo con que terminó 2018. Los tres economistas del Banco autores del informe han estudiado lo ocurrido tras al aumento algo menos sensible del SMI en 2017 (un 8%), para luego hacer proyecciones de lo que pasaría en 2019 tras haberse elevado hasta los 900 euros al mes.
Su conclusión es que perderán su empleo precisamente el 12,7% de los trabajadores que, a priori, habrían de beneficiarse de ese alza. Se trata, no obstante, de un porcentaje menor entre todos los asalariados a tiempo completo, solo el 6,2%.

Peor para los más mayores

Por tramos de edad, no obstante, el impacto aparente es mucho mayor en algunos. Así, en los más mayores (de 45 a 64 años) hasta el 28% de quienes ganaban menos de 900 euros perderían su puesto, lo que pasaría casi con el 16% de los empleados de mediana edad (de 33 a 44 años). Curiosamente, entre los más jóvenes apenas se acusaría esa destrucción, de manera que poco más del 2% terminarían viéndose fuera de sus ocupaciones laborales actuales.
Pero todos esos despidos aportarían, a su vez, el dinero necesario para subir los sueldos de quienes conserven su puesto hasta llegar al nuevo rango del SMI. Y esto, avisa el Banco de España en su informe, provocará «un cierto aumento del grado de desigualdad de la distribución de las rentas laborales» entre distintos colectivos de trabajadores. En términos numéricos, supondrá aumentar un 0,2% el llamado índice internacional Gini, que mide la desigualdad persistente y también se utiliza como parámetro en estudios sobre niveles de ingresos y pobreza.

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