El aparato de propaganda, manipulación e ingeniería social que es el Ministerio de desIgualdad sigue malgastando sin freno y a millones el dinero expoliado a los sufridos contribuyentes que tanto lo necesitan.
Porque lo único importante es la imposición de su ideología y la colocación de afines, que conlleva la necesidad política de seguir adoctrinando y moldeando mentes para la consecución de sus intereses, que pasan por generar votantes, relatos afines y falsas dicotomías de buenos y malos con el objetivo de generar un relato afín, que justifica la continua generación de redes clientelares que viven del dinero de los ciudadanos (extraído de manera creciente).
La finalidad es la misma de siempre, promovida por el falso relato de la ideología de género, de base marxista, que pretende dividir a la sociedad en un maniqueísmo de buenos y malos, donde ellos se posicionan con los buenos y a cualquiera que no les siga el juego con los malos (en este caso, defensores de la violencia contra la mujer, la desigualdad, el machismo, la transfobia, la homofobia...). Generan un falso relato que pretenden establecer como la realidad social.
Y siguen mediante su absoluto dominio cultural, educativo y mediático inoculando este veneno en las mentes de los ciudadanos, que lo digieren como verdadero y real.
Esto sigue la estrategia histórica marxista de llevar la fracasada lucha de clases a cualquier otro ámbito social, sirviéndose de minorías o colectivos (hombre-mujer, heterosexual-homosexual, blancos-negros, occidentales-no occidentales...), generando un continuo conflicto social, bien irrigado de dinero público, que lleva a la continua polarización, a la desigualdad legal, a la generación de privilegios, a la generación de clientes políticos con los que ganar elecciones, y como medio históricamente para instrumentalizar estas nuevas banderas con un fin ideológico último que es imponer desde dentro el socialismo y acabar con el régimen capitalista (fin último del marxismo culturar para alcanzar la hegemonía cultural y provocar los cambios necesarios desde dentro de la democracia ante los estrepitosos fracasos de las revueltas violentas y sangrientas llevadas a cabo en todo el mundo por los marxistas para imponer el comunismo).
La finalidad obscena de este nuevo estudio es evidente, y no es otra cosa que reincidir en la idea (hasta convertirla en una verdad interiorizada por la masa) de la criminalización de todos los hombres por el mero hecho de serlo, en la violencia intrínseca del mismo, ante la benevolencia intrínseca y el papel de victima de la mujer (para justificar leyes de desigualdad y privilegios ante la justicia en función del origen sexual o lo que es lo mismo, establecer el denominado "crimen de autor" donde no se juzga un acto por el acto en sí mismo, sino por el colectivo al que pertenece, el colmo del totalitarismo, como se vió en el comunismo y el nazismo).
Se persigue a su vez al hombre heterosexual, y cualquier forma de acto de relación con la mujer (la ideología de género odia la biología, pues rechaza científicamente sus postulados) principal enemigo a destruir y criminalizar por parte de la ideología de género, pues según las ideólogas de género, de raíz marxista y socialista, uno de los núcleos del capitalismo, y por lo tanto esencial destruir para que la ingeniería social e imposición adoctrinadora del socialismo tenga éxito, era la familia (entendida como familia tradicional de hombre-mujer). Era así uno de los contrapesos esenciales del adoctrinamiento socialista (aún controlando la educación).
De ahí la guerra constante contra la familia tradicional y el hombre heterosexual (y blanco, por occidental, cuna del capitalismo y al que demonizar para poder destruir sus cimientos). La cuestión de la creación en el imaginario de un "heteropatriarcado" no persigue otro fin que ese.
Y las imágenes para aterrorizar y crear ansiedad a las mujeres no tiene límites, como se muestra:
Además, las fotos muestran todo tipo de mantras que intentan imponer. Criminalización de todos los hombres, demonizar cualquier acto de cortejo entre hombre y mujer, destruyendo la relaciones heterosexuales, banalización del verdadero acoso, la justificación del racismo y demonización del hombre blanco (el negro es el bueno), la victimación de la mujer...
Artículo de El Español:
La polémica está servida a partir de un estudio del Ministerio de Igualdad bautizado como Noches seguras para todas y que ha pisado varias ampollas. El documento, realizado por la Federación Mujeres Jóvenes -que se reunió con Noelia Vera, secretaria de Estado- pretende “arrojar luz sobre las violencias sexuales que las mujeres sufren en los contactos de ocio nocturno”.
En el estudio se subraya que los hombres “ejercen constante ejercicio de violencia sexual cuando las mujeres salen de fiesta” y que “se apropian del tiempo de ocio nocturno de las mujeres jóvenes reclamándolas sexualmente de manera insistente”. Así lo compartió la cuenta oficial de Twitter el Ministerio de Igualdad, contando que Vera se había reunido con la asociación para conocer este proyecto y adjuntando la investigación completa y el manual de sensibilización junto al hashtag #ViolenciasSexuales y #NochesSegurasParaTodas.
Se refieren a que todas las mujeres viven “de manera frecuente la invitación a alcohol y drogas por parte de los hombres, señalando que lo hacen con la ‘intención de verte como más débil, más vulnerable, más manipulable’”: “Entienden que para ellos es una herramienta eficaz que les permite relacionarse con ellas en estado de embriaguez e intentar ‘llevarte por el otro camino para aprovecharse de ti’”, apunta el estudio.
Intercambio sexual
Contaban las entrevistadas que, una vez que las invitan a alcohol, los hombres mantienen una “actitud vigilante” con ellas a lo largo de toda la noche hasta encontrar “el momento el ataque, cuando están más borrachas”. La investigación señala que “para las mujeres la invitación conlleva claramente un intercambio sexual”, y que, ante esto, las mujeres que dicen haber pasado por un proceso de toma de concienciación de lo que se supone que estas invitaciones apuntan “han decidido no aceptarlas”.
Describen también estas mujeres que cuando los hombres tienen dinero en las discotecas “hacen ostentación del mismo” y no sólo las invitan a una copa, “sino a botellas de alcohol, cachimbas, tabaco y a estar con ellos en el reservado, que alquilan para toda la noche”: “Las mujeres no sólo ven en ello una estrategia para conseguir un contacto sexual, sino una actitud mercantilista y cosificante que las denigra”.
Un testimonio al respecto: “Estaba yo con mis amigas tranquilamente, a nuestro rollo, moviendo el culo, y se nos acerca una camarera con una botella diciendo ‘os han invitado esos de ahí’, y luego te empiezan a decir: ‘Vente al reservado, vente al reservado que tenemos tabaco, tenemos cachimba, tenemos alcohol, tenemos de todo eso (…) literalmente se creen que te pueden comprar con eso”.
Hablan de “sumisión química”: de cómo le echan “una gotita” de droga en la copa cuando se despistan y que “siempre hay que estar muy pendiente”. Otra estrategia que han detectado las participantes es que los hombres les “generan confusión haciéndolas creer que van muy borrachas o drogadas cuando no es así para llevárselas del local o de la fiesta donde estén para quedarse a solas con ellas”.
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