Jesús Estaban expone por qué el que el agua haya comenzado a cotizar no es una "pésima noticia" como afirma Garzón y la izquierda, centrada en la ideología y la propaganda antes que en la motivación y en entender (y explicar) la realidad de las cosas.
Artículo de Libre Mercado:
Alberto Garzón | Cordon Press
El pasado 7 de diciembre, y por primera vez en la historia, el agua comenzó a cotizar en Wall Street. En concreto, el índice Nasdaq Veles California Water, que basa su precio en la disponibilidad de recursos hídricos de las cinco principales cuencas fluviales de California, podrá usarse como referencia para firmar contratos de futuros de agua, aunque el mismo ya existe desde 2018.
Numerosos medios de comunicación y figuras públicas han mostrado su indignación ante lo que consideran una puesta a disposición de un recurso esencial en las manos de la malvada especulación financiera, lo que causará escasez y subidas de precios.
Un ejemplo de esto ha sido la reacción del ministro de Consumo Alberto Garzón, quien se ha lamentado a través de su cuenta de Twitter, donde ha asegurado que la entrada del agua en el mercado de futuros "es una pésima noticia". "Ni el agua ni los alimentos deben quedar en manos de la especulación", añadió el ministro de Unidas Podemos.
Además, aprovechó para adjuntar en el tuit un artículo crítico con la medida, escrito por Pedro Arrojo, "relator especial de la ONU para los derechos humanos al agua potable y al saneamiento", puesto en el que fue colocado por Podemos tras su etapa como diputado de la propia formación morada.
Sin embargo, todas estas objeciones se basan en suposiciones erróneas. En primer lugar, hay que destacar que el uso de futuros para la negociación de materias primas no es nada nuevo, ya que se trata de una práctica habitual en mercados como el del petróleo, el trigo, el azúcar, la carne o los minerales.
¿Por qué el agua ha comenzado a cotizar?
¿Y para qué se usan estos instrumentos? Para responder a esta y otras preguntas, Libre Mercado se ha puesto en contacto con un experto de Singular Bank.
Javier Tejedor, responsable de Oferta Digital de Productos de Trading, explica que "los futuros son contratos donde se pacta el precio de un activo que se intercambiará en una fecha futura, previamente definida. Pueden liquidarse por entregas o por diferencias, dependiendo de si la liquidación a vencimiento se realiza con la entrega del activo o en efectivo por la diferencia entre el precio pactado y el precio de mercado del activo en la fecha de liquidación. A diferencia de otros contratos, los futuros están estandarizados y cotizan en mercados organizados".
"Los futuros sobre materias primas, por tanto, permiten pactar a qué precio se efectuará la compraventa futura de un recurso determinado, como puede ser el trigo o el petróleo. Los productores de la materia prima, pueden utilizarlos para garantizarse un precio de venta a futuros, mientras que las empresas que necesitan esa materia prima, pueden garantizarse un precio de compra. De esta forma, ambos reducen sus riesgos, pudiendo planificar mejor los ingresos y costes ante fluctuaciones pronunciadas en el precio de las materias primas. Otros intervinientes en el mercado de futuros, tienen fines meramente especulativos", explica el analista.
Sin embargo, este instrumento se diferencia de los contratos de futuros utilizados para otras materias primas. Según el experto, mientras otros futuros, como los que se emiten sobre el trigo, el maíz o el petróleo, se liquidan con la entrega del recurso, los nuevos futuros sobre el agua lo hacen por diferencias. Esto simplifica la operativa y ahorra los gastos logísticos que serían necesarios para entregar el recurso.
Pero, entonces, ¿qué significa exactamente que el agua cotice en los futuros de Wall Street? En este sentido, el analista de Singular Bank expone que, en primer lugar, "existirá un precio de referencia para el agua en California", lo que "permitirá mejorar la racionalización de su uso, al ser un recurso escaso y susceptible de utilizaciones alternativas".
"Además, permite a las empresas que utilizan este recurso cubrir riesgos ante un incremento en el precio. Por ejemplo, ante una sequía, donde el recurso escasea, incrementándose fuertemente su precio. Un productor agrícola puede garantizarse la compra del agua que necesitará en una fecha futura, al precio al que cotice hoy el contrato de futuro. Si el precio del agua es más alto en la fecha de vencimiento del contrato, recibirá en efectivo la diferencia entre el precio pactado y el precio en ese momento (al no haber entrega física del recurso). Si el precio es más bajo, será él quien tenga que abonar la diferencia a quien ostente la posición vendedora del contrato. Por tanto, si decide cubrir todo el riesgo, el impacto de las variaciones de precio es nulo, es decir, no le perjudicarán las subidas del precio de la materia prima que tiene que comprar, pero tampoco se beneficiará de las posibles caídas".
Con relación a por qué hasta ahora no ha existido un mercado de futuros de esta materia, el experto explica que "este instrumento financiero está centrado en los recursos hídricos de California. Probablemente las últimas sequías en este Estado han provocado que surja la necesidad de cubrir estos riesgos, haciendo que se incremente el número de intervinientes potenciales en este mercado. Las perspectivas de escasez del recurso en el futuro también han podido jugar a favor de que se emita este tipo de contratos de futuros".
¿Podrá este nuevo instrumento provocar que los especuladores jueguen con el precio del agua provocado su encarecimiento o escasez? En relación a esta cuestión, el analista afirma que "los especuladores tratan de obtener beneficio de las fluctuaciones del precio y suelen hacerlo a corto plazo, tanto al alza como a la baja. Esta forma de operar de aquellos que especulan, tiene el beneficio de otorgar liquidez al futuro, haciendo que siempre que haya alguien interesado en operar sobre este instrumento exista contrapartida. Aunque en los mercados financieros hay veces que observamos situaciones irracionales (ya lo vimos hace unos meses con el petróleo West Texas cotizando en negativo), éstas suelen ser puntuales y no suelen perdurar en el tiempo".
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