Diego Sánchez de la Cruz analiza cómo la bajada del tipo del Impuesto de Sociedades llevado a cabo en 2014 no solo no recortó los ingresos fiscales, sino que los incrementó, haciendo cumplir la denominada ley o curva de Laffer (cierto punto a partir del cual el subir los impuestos reducen la recaudación, por lo que bajarlos la aumenta, al incentivar la creación de empresas, inversión, actividad económica, reducir la fuga de capitales, la actividad en negro...).
Desgraciadamente, la dirección del gobierno (PSOE y Unidas Podemos), es la de la asfixia fiscal de la actividad económica y las empresas, con graves efectos contraproducentes.
Artículo de Libre Mercado:
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Durante la primavera de 2014, el gobierno de Mariano Rajoy anunció que reduciría el tipo general del Impuesto de Sociedades para llevarlo del 30% al 25%. La medida fue criticada por la oposición, que acusó al Ejecutivo de poner en riesgo la senda de consolidación presupuestaria al reducir la presión sobre el sector empresarial.
Sin embargo, lejos de observarse un descenso de la recaudación, lo cierto es que las cifras de ingresos comunicadas por la Agencia Tributaria reflejaron un aumento paulatino de los ingresos derivados del Impuesto de Sociedades. Así pues, el recorte de cinco puntos en el tipo general no provocó un desplome de las bases imponibles, sino que favoreció su aumento, generando en última instancia más recursos.
Para ser precisos, en 2012 se recaudaron 15.100 millones con un tipo del 30%, cifra que subió a 16.000 millones en 2013, con idéntica retención. En 2014, último ejercicio con dicho nivel de tributación empresarial, Hacienda obtuvo 18.900 millones a través de este gravamen. No obstante, esa senda alcista se mantuvo en 2015 a pesar de la menor fiscalidad aplicada a las mercantiles españolas.
Así, según Hacienda, los ingresos tributarios que arrojó Sociedades alcanzaron los 20.600 millones en 2015, pasando a 21.700 millones en 2016, a 23.100 millones en 2017 y a 24.800 millones en 2018. En 2019, consolidado el cambio de política económica que introdujeron PSOE y Podemos a finales del curso anterior, la recaudación sí experimentó una caída del 4%, hasta situarse en 23.700 millones.
En 2015, transcurridos cuatro años desde el recorte del tipo general del Impuesto de Sociedades, la Agencia Tributaria reportaba unos ingresos un 25% mayores por este concepto. En términos monetarios, la menor presión fiscal no fue óbice para que la recaudación creciese de 18.900 a 23.700 millones.
De hecho, si tomamos como referencia 2018 para descontar el efecto negativo que arrojó el cambio de política económica propiciado por PSOE y Podemos, vemos que el aumento recaudatorio llegó a ser aún mayor, alcanzando un aumento porcentual del 32% respecto a 2014 y, lo que es lo mismo, generando 5.900 millones más de caja.
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