martes, 29 de diciembre de 2020

La vacuna de Peterfizer Sánchez

Guadalupe Sánchez analiza en tono irónico las grandezas de nuestro sumo presidente, Pedro Sánchez (PSOE) y su victoria contra el virus a cargo de sus vacunas.

Artículo de Voz Pópuli: 



Embalaje de las primeras vacunas contra la covid a su llegada a Guadalajara. Pool Moncloa/José María Cuadrado


Tras batallar duramente contra el coronavirus y salvarle la vida a más de cuatrocientos mil compatriotas, las gestas pandémicas del virtuoso gobernante Pedro Sánchez y sus veintidós escuderos -y escuderas- van tocando a su fin. Importante es que los trovadores -y trovadoras- repliquen sus hazañas por todas las plazas, para que su heroicidad y bravura no caigan en el olvido.

¡Y qué grandes bardos ha demostrado albergar el Partido Socialista Obrero Español en su seno! El domingo pasado, la diputada del PSOE por la Coruña y presidenta de la comisión de Igualdad en el Congreso, Pilar Cancelas, glosó de forma sublime cómo Sánchez, que en buena hora nació, nos trajo la vacuna a España trotando a lomos de su fiel Falcon:


Como para no estarlo, doña Pilar. Su Persona merece una recepción en olor de multitudes, como cuando a su regreso victorioso de la batalla por los fondos europeos fue abrumado con los aplausos y vítores de los miembros y miembras del Gobierno en las puertas de Moncloa.

Algún ingrato dirá, citando a Cervantes, que la alabanza propia envilece, mas lo harán desde la más profunda de las envidias, pues a quienes esperaban que el héroe socialista pereciera tras la encerrona del enemigo fascista el 8-M les cuesta digerir que se haya alzado victorioso en todas y cada una de las contiendas en las que se ha batido. Criticar al gallardo presidente equivale a no aceptar las normas del juego democrático, cuestionar la Constitución y regodearse en la miseria y la muerte causada por el virus.

Y es que, como afirmó doña Pilar en su Twitter, ha sido el Gobierno liderado por Sánchez Castejón el que ha pagado las vacunas. Gracias al arrojo del presidente se incluyó la partida correspondiente en los Presupuestos, contra quienes sólo votaron los enemigos de la patria. Qué buenos y leales españoles han demostrado ser los aliados que invistieron a Pedro Sánchez presidente del Reino de España. Han de darse órdenes para que las esculturas ecuestres de Otegi y de Rufián presidan calles y plazas, reemplazando de una vez por todas las estatuas y bustos de los machirulos machistas no racializados como Cristóbal Colón. La nueva ley de Memoria Democrática anunciada por el Ejecutivo ha de servir para que la verdadera historia del noble y gentil Pedro Sánchez se grabe con letras de oro en los anales de la Historia española.

Pero obras son amores y no buenas razones, así que toca ponerse a ello: el escudo del Rey Pedro y los caballeros de la mesa redonda ha de refulgir cual estrella fugaz en todos los envoltorios y paquetes en los que se transporta el elixir milagroso que Su Persona nos ha traído de allende los mares para aniquilar al coronavirus. Los cortesanos de la derecha española, henchidos de rabia, se revuelven predicando contra el líder repitiendo que la victoria no habría sido posible si no fuera por la intervención in extremis de los aliados europeos.

Y afirman no sé qué sobre que muchas de estas vacunas, como la de Pfizer, las ha desarrollado la iniciativa privada, que todos sabemos que es la gran enemiga de Pedro en su feroz guerra contra la desigualdad, Infelices y amargados, eso es lo que son. No saben ya qué inventar para no tener que reconocer los éxitos de nuestro campeador presidencial. A los españoles nos van a dispensar la vacuna de Peterfizer Sánchez. Acusaron a nuestro noble gobernante de ser la enfermedad cuando desde el principio era la cura.

Suerte tenemos de que la corte socialista no se achante ante quienes les acusa de mercadear con la verdad a cambio de los favores que a Pedro le gusta dispensar en forma de carguito. José Zaragoza y Adriana Lastra tienen en doña Pilar Cancelas una digna aprendiz y sucesora. Cierto es que el camino que les queda a los tres para alcanzar el nivel del Gran Maestro de la Orden de la reverencia y la demagogia, Pablo Echenique, es arduo y duro. Esperemos que la admiración que profesan hacia nuestro Pedro les anime a no desistir.

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