jueves, 28 de marzo de 2013

Es la quita de Chipre un caso único e inédito en Europa? No ya ocurrió en 2011 en Dinamarca. (Economía, Políica. 1.370)

Mucho se habla del caso inédito surgido en Chipre de pérdidas de depositantes de parte de su dinero. Pero esto ya ocurrió en Dinamarca en 2011 con la quiebra de su octavo mayor banco:

Rescato el artículo de Libertad Digital:

"Un banco danés suspende pagos con quitas del 41% a acreedores y depositantes

Las insolvencias bancarias han pasado de ser excepción para convertirse en regla tras el estallido de la crisis financiera internacional en 2008. Desde entonces, el común denominador entre los países desarrollados ha consistido en afrontar este tipo de situaciones poniendo en marcha inmensos rescates públicos -ya sea mediante préstamos, inyecciones monetarias o nacionalizaciones- a fin de evitar la quiebra de entidades y el temido pánico bancario. Y ello, bajo el lema de too big to fail (demasiado grande para quebrar) y la filosofía de privatizar las ganancias y socializar las pérdidas. Sin embargo, algo acaba de cambiar, al menos, en el ámbito financiero de la zona euro.

El banco danés Amagerbanken, que llegó a ser la octava entidad del país en cuanto a volumen de créditos, optó por declararse en quiebra el pasado fin de semana tras incumplir los requisitos de solvencia mínimos que exige la ley. Según el comunicado oficial de la entidad, las amortizaciones del cuarto trimestre derivadas de las pérdidas e impago de créditos inmobiliarios terminaron por agotar sus reservas de capital hasta el punto de incurrir en patrimonio neto negativo. Por ello, el banco aceptó ser intervenido por el Estado.

La entidad transfirió el pasado domingo todos sus activos a un nuevo banco subsidiario bajo el mando y control del Finansiel Stabilitet (Fondo de Estabilidad), la compañía estatal danesa que administra bancos quebrados -una especie de banco malo-. Como resultado, las acciones del Amagerbanken fueron suspendidas en la Bolsa de Copenhague. Sus oficinas volvieron abrir el lunes y, hoy por hoy, operan con normalidad.

Hasta aquí ninguna novedad, una nueva intervención bancaria, si no fuera porque, en realidad, se trata del primer banco europeo en ser rescatado bajo el nuevo marco regulatorio elaborado por las autoridades comunitarias el pasado octubre. Es decir, el plan de quiebras bancarias ordenadas que desarrolla Bruselas y el Banco Central Europeo (BCE) desde hace meses con el objetivo de que los contribuyentes no paguen en solitario el coste de este tipo de intervenciones, tal y como sucedía hasta el momento.

Punto de inflexión

La quiebra de esta entidad supone un punto de inflexión. Y es que, la intervención ha implicado una suspensión de pagos a sus acreedores y parte de sus depositantes. El valor de los activos transferidos al Estado apenas alcanza el 59% de su deuda senior (pasivos), de modo que la diferencia tendrá que ser asumida por sus acreedores en forma de pérdidas.

Así, los tenedores de bonos senior (los primeros acreedores en cobrar en caso de quiebra), incluidos los bonos garantizados por el Gobierno (el Estado avaló parte de la deuda de esta entidad tras la crisis, pero estas garantías expiraron el pasado 30 de septiembre), perderán el 41% de lo que le prestaron (es decir, de su inversión), al igual que los depositantes cuyas cuentas superen los 100.000 euros, la máxima cuantía que cubre el Fondo de Garantía de Depósitos danés.

De este modo, la quiebra del Amagerbanken es el primero que implica pérdidas (quitas) para los inversores privados (accionistas, tenedores de bonos y depositantes), en sintonía con el nuevo marco europeo (rescate privado de entidades), cuya configuración final se prevé para la próxima primavera.

Los acreedores pagan

Y lo más importante es que dicha medida no ha tenido efectos adversos sobre el resto del sistema financiero danés. Tal y como señala Luis Garicano, profesor de la London School of Economics, "ni los CDSs de Dinamarca, ni los de los demás bancos daneses, han sufrido dramáticas consecuencias". Un banco "suspende pagos y... no se acaba el mundo".

"¿Es esto un desastre para Dinamarca? ¡No! Son deudas privadas; el banco hizo inversiones inmobiliarias pésimas, y los que le prestaron debieron haberlo pensado mejor. El sistema que tenemos se llama capitalismo, y no socialismo para ricos", advierte Garicano.

El gobernador del banco central danés, Nils Bernstein, dijo en un comunicado que la bancarrota de Amagerbanken no alteraba su evaluación de que los bancos daneses en general tienen una capitalización y una liquidez adecuadas.

La caída de esta entidad es de un tamaño similar a la del Roskilde Bank a mediados de 2008, hasta entonces la mayor quiebra de un banco danés. El Amagerbanken no ha colapsado, sigue funcionando, ya que ha sido rescatado transfiriendo sus activos al Estado y las pérdidas a los acreedores. Hasta ahora, cuando una entidad era intervenida, el Gobierno garantizaba el 100% de los depósitos y de la deuda senior, cargando enteramente sobre el contribuyente el coste del rescate.

El caso del Amagerbanken es distinto. Según explican los analistas de CreditSights, el Estado ha valorado inicialmente los activos del Amagerbanken en poco más de 2.000 millones de euros, lo que equivale al 59% de su deuda senior. "Esto significa que a los tenedores de deuda senior y los depósitos que superen el límite máximo de 100.000 euros se les aplicará una quita del 41% [...] Aunque aplicar una medida de este tipo resulta mucho más fácil cuando se trata de un banco pequeño, esto podría sentar un precedente" para la quiebra de entidades en otros países de la zona euro.

Irlanda, ¿el siguiente?

Y es que, los mercados miran de reojo al sistema financiero irlandés. El rescate del país, orquestado por Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI), podría expirar en breve si, tal y como apuntan todas las encuestas, se produce un cambio de Gobierno en las elecciones generales fijadas para el 25 de febrero.

Los partidos de la oposición han lanzado duras críticas al Ejecutivo de Dublín por aceptar el rescate internacional, cuyo coste recaerá sobre el contribuyente. Irlanda no pudo digerir el rescate de su banca tras avalar toda la deuda de su sistema financiero, cuyo volumen es diez veces superior al PIB nacional. De hecho, el Banco Central de Irlanda ha inaugurado el quantitative easing a la europea para sostener a la banca.

Según Garicano, "si Irlanda decidiera hacer lo mismo (que lo hará quizás, tras las elecciones), las perspectivas de la deuda pública irlandesa probablemente mejorarían, con lo que los tipos de interés caerían, al no ser el país responsable único de los desaguisados del sector privado".
Fuera de la zona euro existe el precedente de Islandia, cuya banca también suspendió pagos tras ser nacionalizada, aunque no de forma ordenada. Tras el caso del banco danés, y en base al nuevo marco comunitario de quiebras bancarias, algunos analistas apuntan ya que Irlanda podría ser el próximo en imitar este mecanismo, al permitir que los acreedores de su banca, y no sólo los contribuyentes, carguen con la factura."

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