jueves, 3 de marzo de 2016

Otra brecha de género: el fracaso escolar masculino

Interesante artículo para reflexionar de Berta González y abrir un debate casi censurado en España pero tratado de manera muy diferente y sin prejuicios en otros países sobre distintas cuestiones del género en la educación. 

Artículo de El Mundo:

Chicos del colegio Urban Prep de Chicago
Hecho: los chicos, ahora mismo, fracasan más que las chicas en los institutos. Según el informe de la OCDE sobre las  diferencias de género, el 14 % de los chicos y 9 % de las chicas no consiguieron, en ninguna de las tres áreas evaluadas, lectura, matemáticas y ciencias, el nivel básico. En la encuesta de PISA, los niños dicen pasar menos tiempo haciendo los deberes y más con los videojuegos. Menos horas leyendo novelas, que son más de ellas.
Jaume Camps, investigador de la Universidad Internacional de Cataluña, es uno de los mayores expertos españoles en el comportamiento de los niños en el sistema educativo y hace unos meses publicó Inteligencia de Género para la Escuela, paradojas de la coeducación.  Según cuenta a Mejor Educados,  él cree que no le estamos prestando suficiente atención a este asunto:  "A pesar de sus pretensiones igualitarias, la escuela tiende a reproducir los roles sociales tradicionalmente aceptados; por un lado, la creciente feminización de la profesión docente, especialmente en sus primeras etapas, posiblemente refuerza un 'currículo oculto' según el cual las tareas escolares y del cuidado son más apropiadas para las mujeres; especialmente pervive esa escasez de referentes masculinos en las primeras etapas educativas.  Algunos autores se plantean que estos hechos pueden ayudar a desencadenar esa cultura más frecuente en los chicos, que les hace menos comprometidos con las tareas escolares, más proclives a conductas disruptivas en el aula, etc.  Por otro lado, hay que añadir que las chicas van mucho más avanzadas que los chicos en la lecto-escritura; la lectura y la escritura son los dos pilares de la escuela. Los chicos puede percibir que son mujeres las que les enseñan esas competencias lectoras, a la vez que son las chicas las que generalmente sobresalen en esas destrezas, y quizás eso sea lo que les haga quedarse rezagados". Según estas hipótesis, pudiera ser que los niños, de manera inconsciente, vieran que la lecto-escritura es algo "de las chicas" y eso, según diversos estudios, haga que pervivan dos culturas escolares en el mismo aula, donde ellos son menos responsables. 
Según Camps, habría que investigar más y no descartar prácticas que ocurren en otros países como la separación en algunas clases "con más carga de género": lectura, educación física o sexual, tecnología, etc... "También haría falta abordar de modo desacomplejado la escuela diferenciada, que se propone precisamente que ambos sexos tengan todas las oportunidades, al desactivar las presiones de género en las aulas", añade. 
Pero también explica que, en España, es difícil el debate. Le pasó hace años a la experta sueca Inger Enkvist, en una comparecencia en el Parlamento catalán, cuando dijo que a lo mejor convendría experimentar con la educación diferenciada. Puso de ejemplo la reforma de Gran Bretaña, donde los colegios sólo de chicos o chicas lo hacen muy bien las pruebas de los 16 años y también habló de centros de EEUU en barrios difíciles porque estaba claro que se ganaba en "la tranquilidad en el aula". Ella no creía que toda la educación tuviera que ser diferenciada, pero que le llamaba la atención que se prohibiera en la ley catalana. La contestación de un parlamentario fue que esas prácticas nos retrotraían a la dictadura franquista.
Camps explica que es EEUU el país que está liderando esa atención a las necesidades educativas según el género. Allí, hay organizaciones extraescolares dedicadas a fomentar las clases de código informático sólo para chicas o incluso para que corran. En Europa, Camps cree es un poco un "tabú" hablar ahora mismo de los problemas educativos de los varones.
En Reino Unido, hace unas semanas fue polémico un artículo  en el que se decía que no era extraño que los chicos quisieran cada vez ir menos a las universidades, donde se les veía como un posible problema porque interrumpían más las clases, iban menos a las tutorías o por las fiestas después de los partidos de rugby. Por lo mal que se veía, en definitiva, la "cultura de los tíos" -¿vale para traducir lad culture?-.
En EEUU, la revista The Atlantic ha dedicado varios artículos desde el año 2000 al asunto. En este, Cristina Hoff Sommers, autora de La Guerra a los niños,  alerta del riesgo de que algunos campus universitarios de EEUU parezcan una residencia de ancianos, con mayoría de mujeres alrededor de unos pocos hombres. Las "buenas" noticias para los chicos es que, ahora, hay sospechas de que, para mantener en las universidades una proporción de mitad y mitad, es más fácil entrar en algunas siendo varón porque se sabe que es eso lo que les gusta a las mujeres, que tampoco querrían ir a una donde haya una abrumadora mayoría de chicas. La autora, como Camps, cree que es hora de afrontar el debate porque, mientras no se quiere hablar de diferencias de género porque se considera sexista, el hecho es que no para de aumentar una: el fracaso escolar masculino. Además, en EEUU se han dado cuenta de que las diferencias se ceban en los niños afroamericanos más pobres, que tienen muchas más posibilidades que sus hermanas en acabar en la cárcel, muertos o en el paro.
Otro experto que aborda el asunto es Gregorio Luri, en Mejor Educados: "El coraje es hoy una virtud sospechosa. Suena a virilidad y, por lo tanto, a algo machista....por la misma razón que para un feminismo excesivamente autocompasivo suena a machismo todo lo que tenga que ver con ambición, el honor o el liderazgo. Difícilmente encontraremos esta virtud en los proyectos educativos de las escuelas de nuestros hijos".  Camile Paglia es una feminista que se ha caracterizado por defender las virtudes masculinas y ha criticado que, desde primaria, en muchos colegios sólo se ensalcen las femeninas, sensibilidad, socialización y cooperación, además de que se deje menos tiempo para que los niños liberen su energía en deportes y pruebas físicas. Se puede estar de acuerdo o no, pero el debate está abierto por los datos.
Hay centros donde no tienen problemas en atraer a los chicos: las carreras tecnológicas y la Formación Profesional relacionada con la mecánica y la tecnología. Por eso, en algunos estados se han centrado mucho en potenciar la formación profesional superior volcada en estas ramas, con bastante éxito. Parece lógico si los ninis son sobre todo niños. En Washington,  se está financiando un centro sólo para niños latinos y afroamericanos de hogares de escasos recursos y presumen de haber logrado buenos resultados. Se han fijado en esta iniciativa de Chicago, donde una cadena de concertados se dedica en exclusiva a los niños. Aquí explican que se fundó porque había una tasa de fracaso escolar de casi el 60%  en algunos barrios. "Ni se me había pasado por la cabeza ir a la universidad", dice uno de los chicos.
En definitiva, se trata de probar, innovar y evaluar. ¿Qué pasaría si se viera que para algunos niños y niñas es mejor estar separados? La pregunta queda en el aire. Pero, en España, como se vio en el Parlamento catalán, es indiscutible. Religión --todo recuerda al Opus Dei-- y dictadura, parece ser, impiden si quiera debatirlo.

2 comentarios:

  1. Celebro la redacción de este artículo. Da luces nuevas a un tema tan difícil de debatir en España y aún más en Cataluña. Aporta muchos datos y se atreve por basarse en hecho reales y tangible, constatables, a seguir proponiendo la educación diferenciada como un práctica pedagógica eficaz, en la obtención de buenos resultados, para una población muy amplia de alumnos de todas las culturas y condición social.

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  2. Todo aquello que se base en la libertad, en este caso la educativa siempre es bienvenida. Libertad de oferta de educación, libertad de los padres por elegir la mejor educación para sus hijos (consideren que sea una u otra). Y debate, debate de ideas en libertad, cosa en España dificil, donde prima la imposición tanto de la oferta educativa, en manos de burócratas y políticos que deciden cómo, quiénes y de qué manera hay que educar a un niño, arrebatando ese derecho a su verdadero poseedor, la familia, y la imposición por otro lado de las ideas, discriminando y negando todo debate, demonizando a quién no piensa igual e imponiendo mediante censura coactiva el "pensamiento único". Todo ello son síntomas de sociedad mediocre y poco avanzada.

    Un saludo.

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