jueves, 25 de enero de 2018

El falso relato sobre las pensiones

Diego Barceló expone el falso relato sobre las pensiones que pretenden extender diversos partidos políticos para obtener rédito electoral. Y es que la irresponsabilidad y la ocultación a la población de la realidad sobre las pensiones y sobre el fraudulento sistema al que nos vemos sometidos de manera obligatoria ha sido el día a día durante décadas (y cualquiera que disintiera o alzara la voz era atacado sin piedad), siendo empleada la cuestión de las pensiones como una de las principales herramientas políticas donde los ciudadanos somos utilizados como peones en beneficio electoral cortoplacista del político de turno (hasta que la realidad del largo plazo se impone). 

Artículo de Libre Mercado: 
Los socialistas de todos los partidos explican la situación del sistema de pensiones con el siguiente relato. En la época de ZP, los salarios eran altos. Por eso se recaudaba mucho por cotizaciones sociales y el sistema tenía un superávit que se acumuló en la "hucha" de las pensiones (Fondo de Reserva de la Seguridad Social, FRSS). Pero luego vino Rajoy, que es facha e insensible, e hizo una reforma laboral para facilitar el despido y bajar los salarios. Por eso hay menos empleos y salarios muy bajos, y eso explica que la recaudación de cotizaciones sociales no alcance para pagar las pensiones. Como la maldad de Rajoy no tiene límites, se gastó casi todo lo que había en la "hucha".
Puede que ese relato tenga sentido para algún desprevenido. El problema es que es esencialmente falso. Durante las dos legislaturas de ZP, el salario promedio aumentó 24,3% (de 1.313 euros/mes a 1.633). Pero en ese mismo período la inflación fue 24,2%. Por lo tanto, es falso que ZP fuera el campeón de los altos salarios: su poder de compra no varió.
Es cierto que la Seguridad Social tenía superávit. ¿Por qué? No fue porque los salarios eran altos, sino porque se crearon muchos puestos de trabajo artificiales financiados por el aumento del gasto público y una explosión de crédito bancario (a su vez financiado con endeudamiento exterior). Eran empleos artificiales porque la productividad caía (cada nuevo ocupado producía, en promedio, menos que los que ya estaban trabajando). En 2007 la productividad media era un 4,8% menor a la de 1997. ¿Cómo pudo la economía soportar los mayores costes que suponía la menor productividad? Aumentando los precios (por eso la inflación era alta) y su deuda.
La crisis corrigió de manera brutal los desequilibrios acumulados. Todos esos empleos artificiales fueron eliminados. Ese fue el mayor engaño de ZP: hizo creer a la gente que tenía un empleo, cuando lo que tenía era un ingreso insostenible financiado con deuda.
No fue la reforma laboral la que destruyó empleo. En los cuatro años anteriores a su aprobación, la Seguridad Social perdió 2,4 millones de cotizantes. Desde que se aprobó la reforma laboral, ganó 1,6 millones. Además, los nuevos empleos son genuinos: en 2017, la productividad media fue un 12% mayor a la de 2007.
La reforma laboral no provocó una caída masiva de salarios. Desde su aprobación, el poder de compra del salario medio apenas cayó 3,6%. Los salarios no suben porque el paro sigue siendo elevado y la productividad sigue siendo baja (desde 1995 hasta 2017, la productividad creció solo 6,5%, pero el salario medio, corregido por la inflación, lo hizo un 23,3%).
El déficit del sistema de pensiones tiene muchas causas: la gente vive cada vez más, por lo que cada vez hay más pensionistas (ahora hay 700.000 más que en 2011) y la pensión media no deja de crecer (14% desde 2011). Además, inciden el todavía elevado desempleo y la aún baja productividad.
Lejos de aprender de los errores del pasado, la "solución" socialista es simple: forzar una subida de salarios y aumentar los impuestos. Eso sería la semilla de una nueva crisis. Dentro del actual sistema, la verdadera solución es hacer muchas más reformas para que la productividad dé un salto y puedan crecer de manera sostenible tanto el empleo como los salarios.
A largo plazo, la única forma de blindar el sistema de pensiones de las tendencias demográficas y los vaivenes del empleo es convertir el actual sistema de reparto en uno de cuentas nocionales (como ya hacen Suecia, Italia y Polonia), para que cada uno cobre esencialmente lo que ahorró (más los intereses capitalizados), sin perjuicio de las fórmulas de solidaridad que se estimen oportunas.
PD: el Fondo de Reserva fue creado durante el gobierno de Aznar en el año 2000. Cuando ZP llegó a La Moncloa, el FRSS ya tenía acumulados más de 12.000 millones de euros. ZP lo elevó hasta unos 66.000 millones (tal vez lo mejor que hizo). Con lógica, Rajoy utilizó el FRSS para cubrir parte del déficit del sistema (las alternativas eran subir los impuestos, aumentar más la deuda pública o bajar las pensiones; si los ahorros no se utilizan en una situación de emergencia, ¿para qué están?). El FRSS tiene ahora poco más de 8.000 millones de euros.

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