Y cada retraso en las reformas (como la que ha hecho el PP aumentándolas en los nuevos presupuestos ante el acuerdo de PNV y la presión populista de diversas grupos y partidos) llevará a mayores ajustes más duros y drásticos en el futuro, dañando especialmente a los menores de 40 años hoy (pero también al resto).
Luego dirán que nadie avisó...
Artículo de El Mundo:
Los trabajadores que se jubilen a partir de 2045, esto es, los que hoy tienen menos de 40 años de edad, tendrán derecho a una pensión que apenas representará la mitad de su último sueldo. Y es que ese año, según los cálculos de la Comisión Europea, la tasa de sustitución -que relaciona el último salario con la primera prestación- será del 51%, cifra muy alejada del 80% que ronda ahora. Se producirá, por lo tanto, una caída de casi 30 puntos que generará una pérdida de poder adquisitivo muy importante para los futuros pensionistas.
El proceso, tal y como recoge Bruselas en su último informe sobre envejecimiento demográfico, afectará al conjunto de los países de la Unión Europea y se hará de manera gradual. Sin embargo, el ajuste no será en ningún caso tan duro como el que tendrá que acometer España. La razón es que la tasa de la que gozan los jubilados españoles en la actualidad es la más alta de Europa.
Los italianos, por ejemplo, se quedan en el 64%, y los griegos y portugueses en el 68%. Algo más se acerca Luxemburgo, que con una tasa del 73% es el único país no periférico y mediterráneo con una relación alta, pero ni siquiera esta nación de estándares de vida tan elevados llega al nivel de España. En el resto de la Eurozona o de la Unión Europea los datos son muchos más modestos. Así, en Alemania apenas es del 37%, en Francia del 45% y en Irlanda del 36%.
Estos datos evidencian que, dentro de las capacidades y los salarios de cada país, los pensionistas y jubilados españoles gozan de unas pensiones públicas altas en el contexto europeo. Sin embargo, el envejecimiento del país y los evidentes problemas de sostenibilidad de la Seguridad Social obligaron, primero al Gobierno del PSOE en 2011 y después al del PP en 2013, a introducir reformas con las que adecuar las pensiones a la nueva realidad.
Fruto de estas medidas, la estimación de la Comisión es que la tasa en España caiga al 63% ya en 2025, esté en el 55% en 2035, y retroceda al señalado 51% en 2045. Además, la tendencia proseguirá en los siguientes ejercicios, y en 2070 los jubilados tendrían una pensión inicial que representaría sólo el 45% de su último salario.
Las cifras, sin embargo, podrían sufrir alguna modificación ya que Bruselas parte de la base de que las reformas se aplicarán en su totalidad y en los tiempos pactados, que es precisamente lo que no hará el Ejecutivo de Rajoy tras su acuerdo con el PNV para poder aprobar los Presupuestos de 2018.
El pacto, además de volver a ligar las pensiones al IPC en 2018 y 2019, recoge que el factor de sostenibilidad no se aplicará en 2019 sino en 2023. Esta herramienta, que muchos economistas consideran básica, adecúa la pensión a los aumentos que se producen y previsiblemente se irán produciendo en los próximos años, y lo hace repartiendo los derechos cotizados entre un año mayor de tiempo. En definitiva, lo que provoca es una reducción paulatina de las pensiones.
Al retrasarla, lo que el Gobierno provocará es que el sistema tenga que acometer el mismo ajuste en un periodo más reducido de tiempo. Por lo tanto, se cargará todavía más el ajuste en las próximas generaciones al tiempo que se reduce en las actuales, lo que provocará una transición aún más traumática.
Factor de sostenibilidad, ¿antes de 2023?
Por ello, expertos como Rafael Domenech, responsable de análisis macroeconómico de BBVA Research, ya han avisado en más de una ocasión de que el retraso de la entrada de las medidas tendrá un efecto muy negativo sobre las próximas generaciones. Y probablemente también por ello, el portavoz adjunto del partido del Gobierno en el Pacto de Toledo, José María Barrios, reconoció ayer que hay tiempo para repensar el factor de sostenibilidad hasta 2023, porque «lo que en un momento es válido puede no serlo en otro».
«No siempre vale lo mismo, porque la economía y la sociedad evolucionan, aunque hay que mantener el criterio de que el sistema tiene que ser sostenido y sostenible», apuntó Barrios en unas declaraciones recogidas por Europa Press.
Pero en todo caso, el proceso de pérdida de poder para las próximas generaciones es irreversible, y ningún Gobierno ni fuerza parlamentaria en España parece saber cómo evitarlo. Por ahora, lo único que ha hecho el Ejecutivo de Rajoy es promover los planes de pensiones tratando de atraer, precisamente, a los menores de 40 años.
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