lunes, 9 de junio de 2014

“Cuando controlemos un Ministerio de Educación”

El siguiente artículo muestra un vídeo con algunas  manifestaciones en las que Pablo Iglesias muestra nuevamente sus verdaderas intenciones y el fin que pretende con el control del Ministerio: Educar a las masas. Vamos, lo que viene siendo adoctrinar al pueblo mediante el control de los medios políticos, escuelas, universidad y medios de información. 
Pero eso sí, hasta que controle el Ministerio de Educación, lo primero y fundamental, como reconoce, es la propaganda en los medios televisivos, ya que como bien afirma, es el mejor medio de propaganda y generación de ideología que existe...

No es casualidad que cada gobierno tenga una TV pública bajo su poder...

Artículo de El liberal de Bilbao:
Ningún político en muchísimos años ha hablado tan claro como Pablo Iglesias. Unas veces podría parecer un comunista que ha entendido muy bien el juego de la política, un Meñique digamos, de los que saben perfectamente qué decir y qué callar en cada momento. Pero otras parece un chaval recién llegado a Somosaguas con algunas páginas sueltas de Marx y Gramsci mal leídas, una lengua muy suelta, y poco tiempo para pensar.
Últimamente, por fortuna, es más frecuente verle en situaciones del segundo tipo, tal vez porque al haberse convertido en figura pública los incentivos para buscar sus intervenciones más interesantes han aumentado. Son intervenciones en las que manifiesta una torpeza política considerable, pero sin duda hay que agradecer esos momentos de transparencia desatada. El hallazgo más reciente partió del blog de Miquel Rosselló y rápidamente fue difundido por algunos medios nacionales, obligando así al líder de Podemos a dar unas peculiares explicaciones. “La casta tiene miedo”, diría el humilde portavoz. Y es posible que se trate de eso. No es para menos, si nos topamos con afirmaciones como las de este vídeo -a partir del 0: 50 se pone interesante- en el blog de Santiago González.


Ya educaremos cuando controlemos un Ministerio de Educación.
Educar a través de un Ministerio, propone Pablo Iglesias. Ni siquiera a través de las escuelas públicas, o de una asignatura, sino a través de un Ministerio. Un salto cualitativo en la pedagogía totalitaria, al lado del cual la asignatura de Educación para la Ciudadanía queda reducida a una niñería. Al fin y al cabo, aquello no era más que la infantilización de la educación, y esto de lo que habla Pablo Iglesias supone tomarse las cosas en serio. Es verdad que no ha inventado la rueda. El adoctrinamiento en las escuelas siempre ha estado ahí, desde la exaltación de la patria y la manipulación de la historia para adecuarla a las ensoñaciones nacionalistas, hasta los discursos vacíos en torno a algún aspecto de lo políticamente correcto. La novedad en este caso no consiste en el hecho, sino en la oficialización del hecho. La tarea de todos esos profesores voluntariosos está muy bien, pero al final, si se quiere construir y mantener la hegemonía, hay que organizarse. En este caso, desde un Ministerio de Educación. Puede parecer una idea poco ambiciosa al lado de la recién creada Secretaría para la Coordinación del Pensamiento Nacional de Cristina Fernández. Pero es cuestión de echarle imaginación. O de fijarse en Venezuela, país que Iglesias conoce bastante bien. Es increíble lo que se puede conseguir con un Ministerio de Educación bien organizado.


Me preguntaba hace poco en este mismo blog por las propuestas educativas de Podemos, y me parecía curioso que consistieran simplemente en una mera copia de las reivindicaciones laborales de la Marea Verde. No es que ahora haya hablado por fin de Educación, pero ese “Ya educaremos cuando controlemos un Ministerio de Educación” es mucho más revelador que veinte páginas de programa electoral. Algunos han alertado del peligro potencial de Podemos con alusiones un tanto equivocadas. “¡Que viene el Gulag, que viene el Gulag!” No, no es el Gulag. Es un simple Ministerio de Educación. Una forma de control mucho más sutil, mucho más eficaz, y mucho más peligrosa.
<Cuando un opositor dice: “no me acercaré a vosotros”, yo le respondo sin inmutarme: “tus hijos ya nos pertenecen”.>
Adolf Hitler, 6 de noviembre de 1933. (O eso dicen…)

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