Un documental que muestra nuevamente el desastre del sistema educativo en España, fiel reflejo del presente actual y nuestra situación.
Un país que desprecia el talento, que incita la fuga de cerebros, que malgasta ingentes cantidades de recursos igualando por abajo, reduciendo cada vez más el nivel académico y despreciando el potencial y la inteligencia, que desincentiva el estímulo creativo y el aprendizaje de los mejor preparados (no solo superdotados), es una sociedad abocada al fracaso.
El sistema no solo no incentiva su progreso, el desarrollo de su potencial, su integración, sino precisamente lo contrario, se pretende que no destaquen, que pasen desapercibidos, ni se esfuerza ni forma para encontrarles, y cuando se dan casos se ponen todas las trabas.
Es el desastre del igualitarismo que pretende el sistema, donde no puede sobresalir nadie, y quien lo hace es señalado y en muchos casos incomprendido y marginado.
Este otro documental habla también del fracaso de los superdotados y de la responsabilidades del sistema educativo actual en este fracaso. Un sistema rígido, impuesto, que no permite potenciar ni pogresar a los que despuntan, lo que lleva al fracaso y desidia de dichos alumnos.
Un ejemplo bien gráfico fue el anuncio en 2011 en Madrid de la creación de un Bachillerato de la Excelencia, para fomentar el desarrollo del talento, la excelencia, el esfuerzo y la dedicación para aquello alumnos con mejores resultados, y que contarían con medios (tecnológicos y humanos) para desarrollar en mayor medida este talento con una exigencia muy superior.
Las criticas no tardaron nada en llegar y desde sindicatos y oposición se tildó la idea de "segregacionista, discriminadora y clasista". Al parecer, hay que tratar injustamente y dejar de lado (es muy frecuente y superior al 50% el fracaso escolar de los superdotados, que superan más del 2% de los alumnos y que pasan desapercibidos en los centros) a aquéllos de despuntan para que nadie sobresalga y todos seamos iguales cumpliendo el absurdo ideal socialista, cuya solución para que todos corran igual, es poner un límite de velocidad y hacer que corran menos a los más rápidos.
Y se acusa de que se quieran dedicar recursos hacia estos alumnos. Otra estupidez miserable. Al parecer se pueden dedicar ingentes recursos públicos para apoyar la mediocridad o apoyar a los alumnos más atrasados (algo también muy necesario), pero no se pueden dedicar a otros alumnos para que desarrollen su potencial y no se vean fracasados y frustrados, cuyo éxito además, permitirá mejoras en la sociedad (económicas, tecnológicas...) y mayores facilidades en la vida precisamente para los más necesitados.
Y es que ¿por qué todo el mundo aplaude los centros de talentos como la Masía de futbol o el CAR de tenis que ha permitido desarrollar talentos y líderes mundiales en sus disciplinas como a Mesi, Xavi o Nadal y que de otra manera no hubieran llegado a desarrollar dicho talento, y es tan repudiado y criticado en el sistema educativo impidiendo la proliferación de líderes en ciencias o distintas ramas, ¿y que tanto podrían aportar a nuestra sociedad?
Xala i Martin reflexionaba acertadamente sobre este tema: El problema de fondo es que el sistema educativo español persigue unos objetivos equivocados. El objetivo no debería ser que todos los jóvenes completen los estudios y los completen al mismo ritmo sino el que todos los jóvenes puedan desarrollar todo su potencial. Nuestros líderes hablan constantemente de fracaso escolar refiriéndose a los jóvenes que no completan los estudios. Nadie piensa nunca en los miles de Rafa Nadal o Xavi de las ciencias y las artes que tienen la mala suerte de haber nacido en un país que no ha sabido detectar su talento. O lo que es peor, que viven en un país que ha sabido detectarlo pero no ha hecho nada para desarrollarlo. Ese es el verdadero fracaso escolar."
No hay comentarios:
Publicar un comentario