jueves, 21 de abril de 2016

Les Corts mantiene los 10.000 euros al mes para subvencionar su cafetería

Una nueva muestra de los privilegios de las élites extractivas. 

Subvenciones de más de 100.000€ al año para que nuestros amos, que ya disfrutan de sueldazos (entre otros muchos privilegios) pagados con nuestro esfuerzo (dinero) puedan pagarse además sus comidas, cafés y demás a precios irrisoriamente bajos, al contrario también que el resto de los mortales. 
Otra muestra de que la "nueva política" es lo mismo que la "vieja política" en cuanto tocan el poder. 
¿Dónde queda ahora el pueblo? ¿Dónde aquello que no se puede recortar? ¿Dónde que se va a acabar con los privilegios? ¿Dónde que somos todos iguales? ¿Dónde que los políticos están al servicio del ciudadano y no al revés? ¿Dónde queda el argumento de que con tal cantidad se está renunciando a no se cuantas comidas y camas para necesitados?...

Burguera informa de dicha subvención el siguiente artículo, que incluyen numerosos gastos en sus instalaciones para facilitarles su dura vida. 
Artículo de Las Provincias: 
Sesión plenaria de Les Corts. :: MANUEL MOLINESSesión plenaria de Les Corts. :: MANUEL MOLINES
Al principio de la vigente legislatura, el presidente de Les Corts, Enric Morera, aseguró en las redes sociales que pondría todo su empeño en abrir la institución a los valencianos con el fin de que la sintiesen más próxima, útil, etcétera... Un ciudadano le contestó que se conformaba con que abriesen la cafetería para que cualquiera fuese a comer allí a bajo coste y buena calidad. Los irresistibles precios del restaurante de la Cámara se mantendrán, al menos, dos años más. Las tarifas subvencionadas por el parlamento valenciano permitirán que el precio que José Luis Rodríguez Zapatero suponía que costaba un café antes de la crisis (80 céntimos, según comentó en un programa de televisión en 2007) continúe siendo una realidad en las dependencias parlamentarias, donde, además, es más barato que lo calculado por el expresidente: 75 céntimos. Si alguien ignora qué significa eso de 'almuerzo a precios populares', podrá resolver la duda en la cafetería del hemiciclo.
El pasado 6 de abril se tramitó a la Mesa de Les Corts la propuesta de pliego del concurso para adjudicar el servicio de cocina y restaurante en el Palau dels Borja.
Se autoriza la tramitación de una subvención de hasta 550.000 euros repartida en cuatro años para la empresa que gestione el servicio. A razón de 132.000 euros al año con IVA, 10.000 euros al mes (sin IVA). De tal modo que sus señorías, empleados y personal acreditado (como los periodistas, escoltas o chóferes de altos cargos) disfrutarán de un espacio de hostelería subvencionado donde los precios continuarán siendo los más populares de la ciudad: bocadillo de tortilla 0,95 euros; bravas 0,95 euros; menú, entre 4,35 y 5,80 euros; tercio de cerveza 0,75 euros; almuerzo del día 1,90 euros; zumo natural de naranja 0,95 euros; desayuno de café, tostada y zumo por 2,40 euros.... Los precios son tan interesantes que es habitual encontrar en la cafetería a los altos cargos de Presidencia a la hora de comer.
Nada dice el pliego de bebidas alcohólicas más allá de la cerveza y el vino, lo cual no deja de ser curioso teniendo en cuenta que en la memoria del material disponible se enumeran vasos de licor, whisky, cava y carajillo, además de 68 copas de «supercoñac 77 centílitros» (una capacidad superior a dos latas de refresco). Hasta hace relativamente poco tiempo, se servían gin tonics y whisky a precios rebajados gracias a la subvención pública.
En Les Corts hay dos restaurantes (gestionados ambos por la misma adjudicataria), uno en la planta baja que abre de lunes a viernes y otro más distinguido al que se accede tras reservar con antelación y que se construyó por indicación del expresidente popular Julio de España, lo que obligó a pagar 1,8 millones de euros por unas lujosas instalaciones que únicamente se abren durante los días de sesiones plenarias.
Actualmente, en la cafetería de la planta baja no se ofrece ese servicio de copas de alta graduación alcohólica, una circunstancia que desde el año 2012 ni siquiera se contempla en los pliegos donde se recogen las tarifas. No obstante, allá por el pasado mes de octubre un diputado podía tomarse un whisky por 2,5 euros, un coste propio de botellón universitario.
Les Corts mantiene para el concurso de adjudicación de la cafetería los parámetros de gasto establecidos hace cuatro años. Se fija el tope máximo a pagar a la empresa que se haga cargo de los restaurantes de la Cámara en 120.000 euros anuales. A cambio de esa cantidad, los usuarios desayunan, almuerzan, comen o meriendan a unos precios inalcancables (en términos de ahorro para la clientela) para los locales que circundan la Cámara.
Morera practicará, por tanto, una política continuista a la de Cotino, el expresidente responsable de Les Corts bajo cuyo mandato se adjudicó, en 2013, el contrato ya expirado y que ahora se aspira a adjudicar de nuevo. Ante la acritud de la crisis en la Comunitat, Cotino inició un proceso de recorte del gasto en cuestiones como la subvención de los menús parlamentarios, pues la Cámara llegó a pagar al año 207.000 euros por un servicio que actualmente gestiona la empresa Colevisa por un 44,1% menos de lo que llegó a costar. La ayuda de Le Corts costea básicamente las nóminas del personal de la cafetería, que habitualmente se mantiene en su puesto de trabajo aunque se modifique la adjudicataria, tal y como se establece en el pliego, donde se indica que las modificaciones en la plantilla deben consultarse con la Cámara. Son empleados veteranos en la casa que conocen las peculiaridades de la actividad parlamentaria y guardan total discreción en su relación con los cargos públicos que diariamente pasan por la cafetería.
En las instalaciones de la primera planta, la que hay junto al hemiciclo valenciano, se gastó a manos llenas, tal y como en su momento informó LAS PROVINCIAS. Se compraron biombos de 1.800 euros, colchonetas para la espalda de más de 300 euros la unidad e incluso un carrito de 4.000 euros para subir la comida caliente de la planta baja. La obra, que en un principio iba a costar 1,4 millones de euros finalizó con un sobrecoste de más de 400.000 euros. El proyecto transita sin pena ni gloria porque los diputados prefieren comer en restaurantes de la calle si no lo hacen en la cafetería de la planta baja porque, entre otras cosas, pueden fumar en sus terrazas, si bien en ese punto algún diputado se salta la norma en el restaurante noble de Les Corts.

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