M. Llamas deja en evidencia las conclusiones del nuevo informe chapuza de Gestha (que tampoco ha visto a la luz, como otros informes chapuza fantasmas de los que sacan conclusiones erróneas) mostrando los numerosos errores de cálculo y las falaces conclusiones a las que llega, y que por supuesto, los medios se hacen eco sin el menor miramiento, en un tema tan manipulado por múltiples intereses políticos y lobbistas.
Artículo de Libre Mercado:
La brecha salarial está de moda en los últimos años y el sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), como ya viene siendo habitual, no quiere perder la oportunidad de sumarse al carro facilón del amarillismo y la desinformación que existe sobre esta materia con tal de ocupar algún que otro espacio en la prensa. Poco importa si, para ello, hay que retorcer y tergiversar los datos a fin de generar alarmismo y provocar titulares.
El pasado lunes, Gestha, a través de su agencia de comunicación, lanzó una nota bajo el siguiente titular: En España, las mujeres cobran un 30% menos que los hombres. El comunicado, extraído de un supuesto informe que todavía no ha visto la luz y que lleva por título Brecha salarial y techo de cristal, incluía, entre otras, las siguientes perlas:
- La brecha salarial en España no deja de ensancharse.
- Las mujeres cobran un 30% menos que los hombres o, lo que es lo mismo, la diferencia de sueldos entre unos y otras alcanza los 4.745 euros, casi medio punto porcentual más que un año antes.
- Se necesitarían casi siete décadas para acabar con la brecha salarial.
- La razón de estas divergencias en los sueldos está, fundamentalmente, en que hay más mujeres que hombres que no llegan a los 1.000 euros al mes.
- Casi 3,2 millones de trabajadoras no llegan al salario mínimo.
Todo ello evidencia, según Gestha, "las profundas grietas de desigualdad que presenta el mercado laboral español y el trato discriminatorio que sufren las mujeres". Y para reflejarlo publican el siguiente cuadro:
¿Problemas? Varios. En primer lugar, la fuente que utiliza este sindicato, ya que los datos que usan para elaborar la citada tabla están extraídos de la estadística Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias que elabora anualmente Hacienda. Lo que se mide aquí no son salarios brutos propiamente dichos, sino los ingresos que hombres y mujeres perciben por todos sus empleos a lo largo del año, sin tener en cuenta el tiempo efectivo de trabajo o el número de meses trabajados. Por ello, tal y como advierte la propia Agencia Tributaria, esta estadística, a diferencia de otras, no debe emplearse para comparar sueldos, puesto que existe "un sesgo a la baja" que es preciso corregir.
Así, por ejemplo, no es cierto que "casi 3,2 millones de trabajadoras no llegan al salario mínimo", tal y como afirma Gestha, puesto que aquí se incluyen muchas mujeres que tan sólo han estado empleadas una parte del año. Es decir, lo que mide esta estadística es lo que ha ingresado una trabajadora a lo largo de todo el ejercicio, no el sueldo mensual que ha percibido por un trabajo en concreto. Una mujer que haya cobrado 1.500 euros brutos al mes durante seis meses, estando los otros seis en el paro, entraría dentro de la categoría que denuncia Gestha, pero, en realidad, su sueldo habría más que duplicado el salario mínimo fijado para 2016 (655,2 euros mensuales).
El segundo gran error tiene que ver con la propia definición de "brecha salarial". Según Eurostat, la oficina estadística de la UE, la brecha salarial de género es "la diferencia entre el salario bruto por hora de los hombres y el de las mujeres, expresado como porcentaje del salario bruto por hora de los hombres", no lo que hombres y mujeres cobraron por todos sus empleos durante al año.
Y por si todo esto fuera poco, los técnicos de Hacienda, a los que se presupone una mínima formación -especialmente en números-, se equivocan a la hora de calcular la diferencia anual de ingresos entre hombres y mujeres. La cifra del 30% que enarbolan a modo de conclusión es errónea. Ni siquiera aciertan a la hora de hacer una simple regla de tres. Gestha expresa su particular y maniquea "brecha" como un porcentaje del salario femenino en lugar del masculino. Si, según sus cálculos, las mujeres cobraron 4.745 euros menos que los hombres en 2016, eso significa un 22,6% menos, no el 29,1% que señala la nota.
Así, según el erróneo cálculo que aplica Gestha, si una mujer cobrara 600 euros y un hombre 1.200, la primera ganaría un 100% menos que el segundo, en lugar de la diferencia del 50% que existe en realidad.
España, la que más reduce la 'brecha'
Por último, tampoco se sostiene la afirmación de que "la brecha salarial en España no deja de ensancharse". Según los últimos datos de Eurostat, que sí mide de forma correcta la brecha salarial al comparar el sueldo por hora entre hombres y mujeres, el gap existente en España fue del 14,9% en 2015 -la mitad de lo que señala Gestha-, inferior a la media de la UE (16,3%) y por debajo de Francia (15,8%), Reino Unido (20,8%) y Alemania (22%). Y, además, España es el país de la zona euro que más ha reducido la brecha salarial desde 2012, con casi 4 puntos porcentuales.
Sin embargo, de nuevo es preciso aclarar que este indicador compara dos colectivos de trabajadores con condiciones y características muy diferentes entre sí, de modo que no sirve para medir lo que cobran realmente hombres y mujeres a igual experiencia, formación y trabajo. No se tiene en cuenta, por ejemplo, que la antigüedad media de los hombres en sus puestos es superior o que suelen desempeñar labores de mayor responsabilidad, mientras que las mujeres tienen más presencia en empresas pequeñas y sectores peor retribuidos. Una vez corregidas estas diferencias para comparar sueldos en las mismas condiciones, la brecha real se reduce a tan sólo el 5,5%.
Tanto es así que hasta Podemos reconoce que "la brecha salarial no se explica tanto por la diferencia de remuneración en los mismos puestos, sino por la fuerte segregación de las mujeres en el mercado de trabajo (ellas trabajan en sectores peor remunerados, y evolucionan a un ritmo menor que ellos hacia categorías laborales mejor remuneradas)". Asimismo, un reciente estudio realizado en EEUU acaba de demostrar que la brecha salarial entre los conductores de Uber apenas ronda el 7%, y esta diferencia tiene una explicación lógica (experiencia, velocidad, lugar de conducción…), de modo que no hay rastro de discriminación hacia las mujeres.
En definitiva, Gestha se vuelve a descolgar con un informe fantasma que no resiste el más mínimo análisis. Y lo más lamentable es que numerosos medios de comunicación no han dudado en recoger y hacerse eco de esta chapuza, contribuyendo así a la desinformación de la opinión pública.
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