lunes, 26 de febrero de 2018

'Sorpresa' en California: la luz se dispara tras millonarias ayudas a las renovables

Diego Sánchez de la Cruz analiza otra muestra de las consecuencias del "progresismo" en California y de sus políticas intervencionistas, pero eso sí, muy políticamente correctas (que se unen al encarecimiento y escasez de la vivienda, el aumento de impuestos, el exilio de ciudadanos y empresas, el creciente empobrecimiento de la población). 
En este caso, el disparatado incremento de la factura de la luz, fruto de sus ideológicas políticas. 

Artículo de Libre Mercado: 
Paseo en California | David Alonso Rincón
En el imaginario colectivo europeo, California es sinónimo de playas paradisiacas, emprendimiento tecnológico y calidad de vida. Pero una cosa es el mito y otra la realidad. Y es que, aunque la Costa Oeste es una maravilla y Silicon Valley merece su fama como polo de desarrollo técnico, también es cierto que California es uno de los territorios peor gobernados de Estados Unidos.
Ya hemos hablado en Libre Mercado de la desventaja fiscal que tienen las empresas y los ciudadanos residentes en esta demarcación. Los distintos gravámenes y recargos tributarios adoptados por los políticos de California reducen la renta regional un 11,4%, frente al 7,5% de Texas o el 9,2% de Florida.
Esto explica que cientos de miles de personas hayan hecho las maletas, con ánimo de dejar atrás su vida en la Costa Oeste y fijar su residencia en otro territorio americano. Solo entre 2013 y 2014, 250.000 personas tomaron esta decisión, llevándose 21.000 millones de dólares a otros Estados de la Unión. Si ampliamos el cálculo a una década, la cifra es aún mayor y alcanza los cinco millones de "exiliados". Pero también pasa lo mismo con las empresas: de 2008 a 2015, 9.000 sociedades cambiaron su sede para huir del "modelo californiano" e instalarse en otras jurisdicciones.
También nos hemos referido anteriormente al problema de pobreza que enfrenta California. Pese a las políticas intervencionistas de la región, lo cierto es que la precariedad de sus ciudadanos va en aumento y el 20% de su población se sitúa por debajo de los niveles que miden estas cuestiones en términos absolutos. No hablamos, por tanto, de una medición relativa, sino de un cálculo centrado en estudiar la capacidad de los ciudadanos para tener una vida digna, entendiendo como tal la cobertura de aspectos básicos como la alimentación, la vivienda, los suministros básicos, la atención sanitaria…
Otro aspecto en el que también hemos incidido es el del encarecimiento de la viviendaligado a la hiperregulación del suelo decretada por el gobierno estatal. Según el comparador inmobiliario Rent Café, alquiler medio en San Francisco es de 3.400 dólares mensuales, mientras que en Los Ángeles ronda los 2.200 dólares y en San Diego se alcanzan los 2.000 dólares. Por comparación, el alquiler medio es de 1.600 dólares en Miami, 1.300 dólares en Austin, 950 dólares en Phoenix…

La luz, por las nubes

Semejante panorama invitaría a pensar que la política energética de las autoridades de la Costa Oeste estaría orientada a reducir el precio de la luz. Nada más lejos de la realidad: entre 2011 y 2017, el coste de la electricidad en California ha aumentado cinco veces más que el promedio nacional. De media, la factura es un 60% más cara que en el resto del país, considerando tanto la situación de las familias como el escenario con el que lidian las empresas.
Según explica el analista Michael Shellenberger en su último informe, las ineficientes ayudas a las renovables y el cierre de centrales nucleares tiene mucho que ver con lo ocurrido. También el veto al fracking genera un encarecimiento energético que contrasta con el abaratamiento de costes que está viviendo la economía estadounidense como resultado del desarrollo de dicha tecnología.

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