lunes, 19 de febrero de 2018

¿Guerras debido al cambio climático? Parece que no

Luís I. Gómez se hace eco del trabajo que echa por tierra los "estudios" que pretenden afirmar la relación entre guerras y cambio climático. 

Artículo de Desde el Exilio: 
Casi todos los alarmistas estaban de acuerdo: la guerra siria y otros conflictos en Medio Oriente habrían sido significativamente influenciados por el cambio climático. Ellos estaban totalmente convencidos de lo “verdadero” y “científicamente seguro” de tal afirmación. Sin embargo, un nuevo trabajo publicado en Nature Climate Change no se muestra especialmente benigno con los “estudios” en los que se basaba la ciencia de la guerra debida al cambio climático. Un grupo de autores entorno a Courtland Adams examinó las regiones más afectadas por el cambio climático y no encontró ninguna conexión con un aumento en el potencial de violencia. En los países que se ven más afectados por los cambios climáticos, las personas viven juntas y en paz. Al final, los investigadores advierten sobre las consecuencias negativas de aplicar conceptos post-coloniales en los trabajos sobre el tema. Aquí está la versión corta del artículo:
Sampling bias in climate–conflict research
Critics have argued that the evidence of an association between climate change and conflict is flawed because the research relies on a dependent variable sampling strategy1,2,3,4. Similarly, it has been hypothesized that convenience of access biases the sample of cases studied (the ‘streetlight effect’5). This also gives rise to claims that the climate–conflict literature stigmatizes some places as being more ‘naturally’ violent6,7,8Yet there has been no proof of such sampling patterns. Here we test whether climate–conflict research is based on such a biased sample through a systematic review of the literature. We demonstrate that research on climate change and violent conflict suffers from a streetlight effect. Further, studies which focus on a small number of cases in particular are strongly informed by cases where there has been conflict, do not sample on the independent variables (climate impact or risk), and hence tend to find some association between these two variables. These biases mean that research on climate change and conflict primarily focuses on a few accessible regions, overstates the links between both phenomena and cannot explain peaceful outcomes from climate change. This could result in maladaptive responses in those places that are stigmatized as being inherently more prone to climate-induced violence.
En español:
Sesgo de muestreo en la investigación de conflictos climáticos
Algunos críticos han argumentado que la evidencia de una asociación entre el cambio climático y conflicto bélico es errónea porque la investigación se basa en una estrategia de muestreo de variables dependientes. De forma similar, se ha formulado la hipótesis de que la selección de lugares de estudio convenientes por su mejor accesibilidad sesga la muestra de los casos estudiados (el llamado “streetlight effect“). Esto también da lugar a que la literatura sobre el conflicto climático pueda estigmatizar algunos lugares como más “naturalmente” violentos. Sin embargo, no ha habido pruebas de tales patrones de muestreo. Aquí comprobamos si la investigación sobre el conflicto climático se basa realmente en una muestra tan sesgada mediante una revisión sistemática de la literatura. Demostramos que la investigación sobre el cambio climático y los conflictos violentos sufre, efectivamente, del llamado “streetlight effect”. Además, los estudios que se centran en un pequeño número de casos en particular y que están fuertemente informados por los casos en los que ha habido conflictos, no toman muestras de las variables independientes (impacto o riesgo climático) y, por lo tanto, tienden a encontrar alguna asociación entre estas dos variables. Estos sesgos significan que la investigación sobre el cambio climático y los conflictos bélicos se centra principalmente en unas pocas regiones accesibles, exagera los vínculos entre ambos fenómenos y no puede explicar los resultados pacíficos del cambio climático en el resto del mundo. Esto podría resultar en respuestas desadaptativas en aquellos lugares estigmatizados como intrínsecamente más propensos a la violencia inducida por el clima.
Pues eso, que menos lobos, Caperucita.

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