Javier G. Jorrín muestra cómo España está entre el top de países en el que los jubilados ganan en promedio (empleando además la mediana, no la media) más que los trabajadores, y pese a lo cual, se pretende que la insostenibilidad del sistema se mantenga (que no es posible a años vista) sin que cambie esto y agravándolo enormemente mediante subidas de impuestos a los cada vez menor número de trabajadores en proporción a los cada vez mayor número de pensionistas (con todas las implicaciones que esto conlleva y que parece nadie entender (o querer entender por motivos elementales).
Artículo de El Confidencial:
Manifestación de pensionistas en Madrid. (EFE)
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La situación ha llegado hasta tal punto que se ha extendido de forma general la preocupación por las pensiones actuales. También ha calado el mensaje de que ya no son suficientes porque están perdiendo poder adquisitivo. Parece que ya se ha olvidado que durante la crisis fueron los pensionistas quienes sostuvieron a muchas familias porque su renta era la más alta (y en muchos casos, la única).
Actualmente, las familias ya están en una situación mucho mejor y no necesitan la ayuda de los padres jubilados, pero la renta de los mayores sigue siendo superior. España es uno de los seis países europeos en los que la renta de los mayores de 65 años es superior a la de los menores. Esto significa que, en líneas generales, son el colectivo que está en mejor situación pese a que son quienes ocupan las calles con sus protestas cada semana.
Los datos de Eurostat no dejan lugar a dudas. La renta mediana de los mayores de 65 años es '1,1 veces' la de los menores de 65 años, esto es, un 1% superior (datos de 2016, último año disponible). Eurostat utiliza el dato con la mediana porque refleja mejor la realidad que la media, ya que la media se ve muy afectada por las rentas muy altas, que no existen en el caso de los jubilados, pero sí en el de los trabajadores. La renta mediana es la persona que tiene el mismo número de personas ganando más que ganando menos. Esto es, la que está en medio.
Estos datos demuestran que España es uno de los países que más cuida las rentas de los mayores. Tanto que en la mayor parte de los casos es incluso superior a la de los trabajadores, una situación que es una excepción en Europa. Solo hay seis países en esta situación: Luxemburgo, Francia, Italia, Austria y Grecia (en su caso, por el desplome de los salarios).
En el conjunto de la Unión Europea, la renta mediana de los mayores de 65 años es un 7% inferior a la de los menores de 65 años y en la eurozona es un 6% inferior. Y hay países europeos en los que la brecha es mucho mayor. Por ejemplo, en Bélgica, la renta mediana de los mayores es un 24% inferior, en Malta es un 26% inferior y en Estonia y Letonia la distancia alcanza el 40%. Y eso es en Europa, que es la región con que tiene más desarrollado el Estado de bienestar y, por tanto, todos los sistemas de protección social. Esto sitúa a España en la élite global de rentas de los jubilados.
Lo cierto es que está mejorando
A pesar de la cantidad de mensajes alarmistas que se están lanzando en las últimas semanas, la realidad es que la situación de los pensionistas ha mejorado mucho en los años recientes. La comparativa entre la renta mediana de los mayores de 65 años con respecto a los menores ha avanzado mucho durante la crisis. En el pico de la burbuja inmobiliaria, la renta de los mayores era un 17% inferior, en 2013 ya se igualó y en 2016 es un 1% superior.
En total, la mejora relativa ha sido de 18 puntos, lo que convierte a España en el tercer país europeo que más ha avanzado, por detrás de Luxemburgo y Grecia, y, por supuesto, el primero de los grandes. Datos que muestran hasta qué punto el avance conseguido debería invitar más al optimismo que al pesimismo. Este avance se ha conseguido principalmente por el efecto sustitución: los nuevos jubilados cobran más que los que causan baja.
Conviene recordar que la renta mediana oscila menos que la renta media en periodos de fuerte variación del empleo, lo que hace que la comparativa no se vea muy afectada por el efecto de la crisis sobre el empleo. Cuando estalló la burbuja inmobiliaria, la mayor parte de las personas que terminaron en el paro fueron los más precarios y, por tanto, salarios bajos. Esto hace que todos ellos ya estuviesen por debajo de la mediana, por lo que su cambio de situación no alteró a este indicador (no así para la renta media).
En la última década el avance de la renta mediana de los mayores de 65 años ha sido de 26 puntos porcentuales en comparación con los menores de 65 años. En este caso, el segundo mejor dato de toda Europa.
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