Carlos Rodríguez Braun analiza las intenciones impositivas de Pedro Sánchez (PSOE) y las repercusiones para el bolsillo de TODOS los ciudadanos, así como las mentiras, contradicciones y subterfugios y juegos retóricos que emplea en sus declaraciones para intentar no asustar a los votantes no diciendo la verdad.
Artículo de su blog personal:
Lo más importante de Pedro Sánchez es su cartera. No su cartera de él, sino su cartera de usted, señora, señor. ¿Qué puede esperar usted de las propuestas fiscales de los socialistas? En dos palabras: nada bueno.
Insistió Sánchez en una entrevista en “Expansión” que la población puede respirar tranquila: “Mi compromiso es que a la clase media y trabajadora no le vamos a subir los impuestos”. Esto no es verdad.
El PSOE quiere aumentar 4 puntos el tipo máximo del IRPF para rentas superiores a 150.000 euros. Ahí está el truco: alegar que sólo van a castigar a los ricos. Hay apenas unas ochenta mil personas en España que declaran más que esa suma: la idea es no asustar a la mayoría de los votantes, y garantizarles que ellos no van a salir perjudicados.
El problema es que Pedro Sánchez y sus secuaces al mismo tiempo proponen medidas fiscales dañinas para grandes masas de la población. Pensemos en el impuesto a la banca y a las transacciones financieras, que inevitablemente pagarán casi todos los ciudadanos. El llamado “destope” de las cotizaciones de la Seguridad Social también será gravoso para muchas personas. Y la reducción de las desgravaciones a los planes privados de pensiones significa que los socialistas quieren subirles de hecho los impuestos a varios millones de españoles trabajadores y de clase media. Las palabras pueden ser bonitas —“impulsaremos la imposición verde”— pero eso, otra vez, equivale a más impuestos sobre los trabajadores.
Siguen los fuegos de artificio: “Nunca he cuestionado el ahorro, al contrario. Sí que empatizo con quienes no llegan a fin de mes y no pueden ahorrar”. Aquí la trampa es decir una cosa y la contraria al mismo tiempo, y sin razón, porque el supuesto argumento es: como hay gente que no puede ahorrar, entonces vamos a crujir a los que sí pueden. Intenta serenar aclarando que el Impuesto del ahorro no subirá tanto como hasta el 30 %, pero “iremos aumentando”. A buen entendedor…
Lo que aumenta con el PSOE es la inquietud, cuando habla su líder del Impuesto de Patrimonio, del que algunos españoles estamos salvados: “Nos gustaría que no hubiera la competencia fiscal que existe entre comunidades, pero anuncio que la propuesta que haré en mi candidatura a la Presidencia será una revisión de los impuestos de Sucesiones y Patrimonio para defender a la clase media y trabajadora del país”. Una joya retórica: para defender a la clase media, quiere subirle los impuestos, y la excusa que utilizará será la progresividad, es decir, la misma que utiliza para el IRPF.
Al final, la realidad es tozuda. Los socialistas quieren subir la presión fiscal del 38 % hasta el 42 % del PIB, todo para hacer cosas buenísimas con ese dinero. Sin embargo, es imposible que esto se recaude usurpando sólo los bienes de los ricos. Lo dicho. Con Pedro Sánchez su cartera corre peligro. Su cartera de usted.
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