miércoles, 25 de abril de 2018

La RAE y el comunismo

El Club de los Viernes analiza la ausencia por parte de la RAE del carácter totalitario en la definición de Comunismo (como sí hace con el fascismo o el nacional socialismo) y exige su inclusión (la RAE ya lo intentó en 2009 pero la izquierda puso el grito en el cielo y se desistió por razones no conocidas). 

Artículo de Libertad Digital:
Cordon Press
A diferencia de lo que sucede con el fascismo y el nacionalsocialismo, el Diccionario de la Lengua Española (DLE) de la Academia (RAE) no define el comunismo como un "sistema político de carácter totalitario". Si realizamos una consulta en la versión digital del DLE, encontramos que se omite en todo momento y para todas las acepciones de comunismo la identificación con el totalitarismo.
Es evidente que hay un tratamiento asimétrico en la adjetivación de los totalitarismos. Es evidente también que, en los casos de nacionalsocialismofascismo y comunismo, y en muchos otros, la definición trasciende la mera cuestión gramatical. En El Club de los Viernes hemos tomado la iniciativa de plantear al Instituto de Lexicografía de la RAE que incluya el adjetivo totalitario en la definición del comunismo. Un sistema político, en este caso el comunismo, no debe definirse tan solo por sus pretendidos objetivos, sino también, y sobre todo, por sus realidades. De manera que no podemos limitarnos a entender el comunismo como una "doctrina que establece una organización social en que los bienes son propiedad colectiva", que es como la RAE lo define en su primera acepción, ya que estaríamos haciendo omisión de las catastróficas consecuencias que ha tenido para la Humanidad.
Son entre 100 y 110 millones, según los estudios más completos, las muertes que se atribuye a la implantación de las ideas comunistas, cuyo embrión está en los trabajos de Karl Marx y en su Manifiesto de 1848. Décadas después, la expansión mundial de la peste comunista tendría como punto de partida el triunfo del golpe de Estado bolchevique en la Rusia de 1917 y la instauración del régimen criminal más longevo que jamás haya conocido el hombre, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
A día de hoy, el Instituto de Lexicografía de la RAE se limita, deliberadamente o no, a definir y caracterizar el comunismo apartando la práctica de la teoría; pero tratar semántica y léxicamente al comunismo como una mera teoría económico-social amputa su dimensión criminal y oculta su degeneración última, el totalitarismo, lo que da lugar a una interpretación falaz, insuficiente o incompleta, del mismo, en el mejor de los casos, y, en el peor, al fraude intelectual.
El comunismo es la antítesis de la libertad, aunque no lo haya asumido en su totalidad la sociedad española, en la que hay sectores negacionistas procomunistas como existen en otros países europeos personas que niegan la naturaleza criminal del nacionalsocialismo. Esos sectores negacionistas procomunistas, siempre bajo una falsa bondad almibarada por la corrección política de su lenguaje, hacen fuerza para que las instituciones democráticas o académicas no juzguen al comunismo como lo que es, o al menos para que no lo equiparen con el nacionalsocialismo, ideología con la que comparte, precisamente, el socialismo.
Por eso en 2009 todas las izquierdas de nuestro país pusieron el grito en el cielo tras el intento de la RAE de definir al comunismo como totalitario. Por razones veladas a la opinión pública, la Academia finalmente desistió.
Nueve años más tarde, desde El Club de los Viernes instamos a la RAE a que en la próxima edición del DLE se añada el adjetivo totalitario a la definición de comunismo. Es una reclamación justa. No en vano más de 100 millones de personas han muerto a causa de esa ideología totalitaria.

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