miércoles, 9 de mayo de 2018

“Un impuesto a la banca sería un sinsentido que perjudicaría a clientes y empleados” (IEE)

Lo que dice José Luís Feito es evidente para alguien con un poco de conocimiento e información sobre el tema (y así lo demuestran los distintos estudios y la evidencia empírica allí donde se ha llevado a cabo dichas medidas -como el impuesto a las transacciones financieras, tal como he tratado en diversos artículos, aquí uno-). 
Pero para el político es lo de menos, pues consigue en primer lugar encontrar responsables del mal del ciudadanos, erigirse como solucionador del problema, empatizar con la victima mientras señala verdugos, mostrar una migaja y parche ridículo a un problema gigantesco pretendiendo hacerlo pasar como una solución al problema, intervenir más en la economía y la vida de la gente (lo cual es más poder y recursos con los que comprar voluntades y colocar afines), hacer más dependientes de su poder. 
Y el objetivo es elemental: el poder, el voto, la elección, el injerto de una idea en la gente que le acerque le voto...
Y las consecuencias no importan, primero porque el desconocimiento de la gente nunca lo relaciona con la medida adoptada (y más cuando las consecuencias no se ven tan a corto plazo), segundo porque su interés personal es el corto plazo (el mandato), tercero, porque el deterioro de la situación de la gente es una perfecta situación para mostrarse -todavía más- más intervencionista y propulsor de más medidas y más impuestos (y más poder y arbitrariedad) para paliarlos, creando una red clientelar cada vez más imposible de desmontar (pues la resistencia y el discurso populista en su defensa es cada vez mayor), lo que lleva a un deterioro creciente. 

Su último párrafo es con lo que no estoy de acuerdo (debate entre bail-in y bail-out), pero es otro tema tratado ya en otros diversos artículos. 
José Luis Feito, presidente y director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), considera que establecer un impuesto a la banca para recaudar los ingresos necesarios para sufragar el aumento del gasto público es "un sinsentido" que principalmente perjudicaría a los accionistas, trabajadores y clientes de las entidades, y no tanto a los 'banqueros'.
Así lo ha advertido en su documento de trabajo 'En defensa de la banca y las finanzas', en el que ha cargado contra "medidas populistas" como la propuesta del PSOE de que los bancos paguen tipos impositivos sobre sus beneficios por encima de otras empresas, ya que considera que su aplicación terminaría perjudicando, en mayor medida, a la clase social a la que pretenden beneficiar.
Según ha explicado, la subida de este impuesto recaería sobre los principales accionistas de los bancos, que son los partícipes de fondos de pensiones y fondos de inversión, así como sobre los pequeños accionistas, cuyas rentas medias están "muy alejadas de las de los 'ricos' que supuestamente pretende gravar este impuesto".
Además, Feito indica que cualquier subida del impuesto sobre los beneficios de cualquier empresa se traslada, en parte, a su trabajadores y clientes, que en el caso de los bancos son sus depositantes y prestatarios.
En cuanto a imponer un impuesto a las transacciones financieras, el presidente del IEE asegura que los resultados serían "igualmente contraproducentes", ya que erosionaría el mecanismo de intermediación financiera y penalizaría las rentas de los prestatarios y depositantes.
En este contexto, Feito ha recalcado la importancia de la cultura financiera de la sociedad para "desconfiar de medidas que, so pretexto de penalizar a los ricos, terminan siempre dañando a la inmensa mayoría de los ciudadanos". "Pocas inversiones serían más rentables para la banca y para la economía en su conjunto que dedicar suficientes recursos a la educación financiera de la ciudadanía", ha asegurado.
SOBRE LOS RESCATES BANCARIOS
Por otro lado, el IEE ha indicado que propuestas políticas como la nacionalización permanente de bancos conllevaría que estas entidades "sigan con las prácticas que les llevaron a la quiebra" y que al rescatar a un banco se beneficia principalmente a los depositantes.
"Los contribuyentes que pagan los rescates son, en definitiva, la totalidad de los depositantes del sistema bancario, que perderían mucho más de lo que tienen que pagar por los rescates si se permitiera una quiebra en cadena de entidades financieras", ha argumentado Feito.

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