miércoles, 27 de noviembre de 2019

Un artículo de 'El País' dice que "la heterosexualidad es peligrosa" y pide que "cada mujer tenga un arma"

La predominante y aberrante (un relato absolutamente distorsionado y ajeno a la realidad y la ciencia) ideología de género sigue avanzando a pasos agigantados sin freno alguno, copando todas las esferas de la sociedad, y sostenida y alentada por la dictadura de lo políticamente correcto, bajo el establisment político y la compra de consenso a través de financiación multimillonaria de la que viven múltiples lobbies y agencias estatales. 

El País lo vuelve a hacer, convirtiendo desde hace mucho tiempo el despropósito en normalidad, en un sin fin de venta de moralina barata y de ideología destructiva.  

Otro artículo claro ejemplo del feminismo marxista predominante y la instrumentalización de diversas causas (en este caso el sexo) al servicio de la ideología para llevar la lucha de clases a cualquier ámbito (la lucha de sexos en este caso), con el fin de destruir el capitalismo, y la cultura occidental para imponer el comunismo. Y para ello, un elemento que los teóricos marxistas siempre han considerado objetivo (pues lo consideran un pilar del capitalismo y un freno al adoctrinamiento socialista) es destruir la familia. Y para ello, hay que atacar la heterosexualidad, promover a grupo victima (la mujer) y a grupo opresor (el hombre), desprestigiar y abolir el matrimonio, impulsar la homosexualidad desprestigiando y atacando la heterosexualidad, aumentar el control político sobre los niños (erradicar el control parental de los hijos, así como su potestad para educarlos, criarlos...), atacar a la biología (necesitan destruir la biología y la diferencia sexual natural entre hombres y mujeres para pretenden hacer ver que todo es cultural, para poder extender la ideología de género sin cortapisas...)


Artículo de Libertad Digital:
El diario de Prisa publica un texto en el que pide abolir matrimonio y familia heterosexuales y que "cada mujer tenga una pistola y sepa usarla".Pancarta en la última manifestación del 8M. | C.Jordá
El País 'celebra' el "Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer" con un impresionante artículo de Paul B. Preciado, un filósofo transgénero feminista, tal y como lo define la Wikipedia.
Titulado "La heterosexualidad es peligrosa", el texto parte de un dato aproximadamente estadístico –que "los asesinatos de mujeres en el ámbito doméstico se producen dentro del marco" de una relación heterosexual– para lanzar sobre esa base una serie de sorprendentes afirmaciones, teorías y propuestas.
Asegura, por ejemplo, que "ser un cuerpo identificado como 'mujer' sobre el planeta tierra en 2019 es una posición política de riesgo", lo que, por cierto está muy lejos de ser cierto: según las estadísticas de Naciones Unidas el 78,7% de las víctimas de homicidio en el mundo son hombres, que por tanto estarían en una posición de mucho mayor riesgo.

Culturas "macho facho neoliberales"

A partir de ahí, asegura que "las mujeres son objeto de violencia porque son culturalmente situadas en una posición política subalterna frente al hombre hetero-patriarcal" y se lanza por una catarata de peculiares citas de escritoras o activistas feministas, como por ejemplo Cristina Morales, de la que toma la afirmación de que vivimos en "culturas 'macho facho neoliberales' donde la violencia se ejerce sobre todas las mujeres y sobre todos los cuerpos no-binarios y no heteronormativos".
El siguiente paso es definir la heterosexualidad como "un régimen sexual necropolítico que sitúa a las mujeres, cis o trans, en la posición de víctima y erotiza la diferencia de poder y la violencia", así que "la heterosexualidad es peligrosa para las mujeres" y, por tanto, éstas deben ser lesbianas como una forma de militancia política y feminista.

Abolición de la familia

Del mismo modo, puesto que hay una "relación silenciada entre violencia y heterosexualidad" y es preciso reconocer "que la mayor parte de los abusos y las violencias sexuales contra niños, niñas y niñes (sic) tienen lugar en el seno de la familia heterosexual" esto nos "llevaría a la abolición de la familia como institución de reproducción social". Y es que, según remata el autor: "No necesitamos casarnos. No necesitamos formar familias. Necesitamos inventar formas de cooperación política que excedan la monógama, la filiación genética y la familia hetero-patriarcal".
El artículo sigue insistiendo en afirmaciones llamativas como que decir "que hay mujeres que son naturalmente heterosexuales es tan falaz como (decir) que los hombres son por naturaleza violentos" o que "la heterosexualidad no es una orientación o una opción sexual, sino una obligación política para las mujeres".
Insiste también en hablar de "heterosexualidad recalcitrante" y de que ésta "no ha dejado de ser por ello igualmente mortífera" y asegura que "los hombres cis" son los que "deben iniciar ahora un proceso de des-identificación crítica con respecto a sus propias posiciones de poder en la heterosexualidad normativa" y, sobre todo, tiene que "des-machificarse, des-fachoizarse, des-neoliberalizarse".
Por último, el artículo se cierra con dos afirmaciones a cada cual más llamativa: que "sólo la des-patriarcalización de la heterosexualidad permitirá redistribuir las posiciones de poder", que "sólo la des-heterosexualización de las relaciones haría posible la liberación no sólo de las mujeres, sino también y paradójicamente, de los hombres" y que, mientras tanto, "que cada mujer tenga una pistola y sepa usarla".

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