Daniel Rodríguez Herrera muestra el masivo trolleo de tuiteros contra algunas cuentas de Twitter de periodistas de izquierda que se tragaron completamente, hasta el punto de que Twitter (como siempre sin verificar nada) cerró cientos de cuentas de personas normales, como si fuera de bots.
Todo a raíz de un artículo ciertamente lamentable de pura propaganda en ElDiario.es (lanzada ya en diversos medios y redes por altavoces del gobierno para dar credibilidad a su relato de los bots y bulos en redes para justificar sus medidas de censura).
Todo a raíz de un artículo ciertamente lamentable de pura propaganda en ElDiario.es (lanzada ya en diversos medios y redes por altavoces del gobierno para dar credibilidad a su relato de los bots y bulos en redes para justificar sus medidas de censura).
Artículo de Libertad Digital:
Muestra de alguno de los mensajes tanto de los falsos 'bots' como de los crédulos faros de la verdad y el progreso. | Twitter/LD
Un artículo propagandístico de El Diario, llamando "terraplanistas del coronavirus" a varias cuentas de periodistas de derecha, entre las que se encontraba la de Luis del Pino, que se significaron por advertir de la que se nos venía encima cuando Ignacio Escolar y el resto de la progresía mediática española se enrocaba en que "esto no es más que una gripe", provocó que en la tarde y noche de ayer centenares de cuentas se dedicaran a lanzar mensajes en ruso y con algo que parecía código informático y no lo era:
Un buen número de primeras figuras del progresismo patrio, de Elisa Beni a Carlos Bardem pasando por Marta Flich, se tragó que eran bots de verdad y se burlaron con aires de superioridad de que a los supuestos responsables que tiraban de los hilos se les hubiera escacharrado el invento.
El día en el que una panda de niños troleamos a toda la izquierda que se hace llamar intelectual de este país.
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Lo cual, naturalmente, resultó especialmente divertido para los miles de personas que sabían de qué iba todo y demostró, por si acaso hiciera falta, dónde está situado el terraplanismo en el espectro político español. En algunos casos, como el de Ismael Serrano, después de caer en la trampa mostraba la razón por la que lo hizo: se ha creído el bulo de que las cuentas que critican al sacrosanto Gobierno sólo pueden provenir de granjas de bots dirigidas por motivos siniestro por no se sabe quién, pero que seguro que está relacionado con Vox de alguna manera:
Pues sí, amigos. Caí en la trampa. Me he comido un trolleo facha.
Una estrategia para desacreditar la verdad: hay una gran inversión por parte de la ultraderecha en granjas de bots que difunden bulos sistemáticamente.
Así que sí. Tengo mi TL lleno de trolls.
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Una excusa que está empleando el Gobierno para intentar concederse poderes para censurar la información que no le gusta. Esta mañana, unas doce horas después de los hechos, también cayó Ana Pastor, la fundadora de Newtral, ese supuesto medio que lucha contra los bulos y que se los come con patatas si le vienen bien a la causa, como todas y cada una de las mentiras de este Gobierno en relación con la pandemia.
Una nueva demostración de que el estatus oficial de Newtral como rectificador de bulos certificado por la Unión Europea y Facebook es producto de las relaciones públicas y no de una verdadera voluntad de hacer periodismo. Su incapacidad para la detección de las verdades fake news sólo rivaliza con el recién estrenado RTVE Verifica, cuyo estreno hemos analizado en estas mismas páginas.
No obstante, el troleo masivo ha costado caro a sus promotores, porque Twitter ha suspendido varios centenares de cuentas que copiaron y pegaron los mensajes. No se tiene noticia de que en las ocasiones en que cuentas relacionadas con la extrema izquierda han repetido un mismo tuit de forma parecida se hayan producido expulsiones masivas de la red social.
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