Artículo de Contando Estrelas:
Mucha gente piensa que los campos de concentración son un hecho del pasado, concretamente el Holocausto perpetrado por los nazis como el Gulag de la Unión Soviética. Pero aún existen.
Un informe traducido por un ciudadano español
El blog Corea del Norte Libre publica hoy un informe sobre la red de campos de prisioneros An-jeon-bu, administrados por el Ministerio de Seguridad Popular de esa dictadura comunista. El informe original, escrito en inglés por David Hawk y Amanda Mortwedt Oh, ha sido traducido al castellano por Josué de Juan, un español residente en el Reino Unido que dirige el citado blog, dedicado a informar sobre la terrible realidad que se vive a diario en ese régimen comunista
Una información conocida a través de 30.000 refugiados norcoreanos
La versión en español consta de 153 páginas que incluyen 25 imágenes aéreas de campos de prisioneros en varias provincias de Corea del Norte, incluyendo su geolocalización. La información sobre estos campos ha sido obtenida, en gran medida, a través de los 30.000 refugiados norcoreanos que ahora residen en Corea del Sur y que estuvieron encarcelados en los llamados “campos de reeducación”, eufemismo con el que la dictadura comunista se refiere a esas instalaciones.
Hambre, trabajos forzados, trato brutal y gran cantidad de muertes
Estos campos de concentración de Corea del Norte se dividen principalmente en dos ramas: los Kyo-hwa-so, unas instalaciones penitenciarias dependientes del Ministerio de Seguridad Popular y cuya existencia es reconocida por esa dictadura; y los Kwan-li-so, cuya existencia es negada por la dictadura, que dependen del Ministerio de Seguridad del Estado y cuyos presos son “desaparecidos por la fuerza”, sin ningún proceso judicial ni posibilidad de recurso legal. En esta última red de campos, los presos son incomunicados: no tienen contacto con el mundo exterior y la mayoría de los reclusos están allí de por vida. Ambas redes tienen denominadores comunes, según el informe: muy bajas raciones de alimentos para los reclusos, “por debajo de la subsistencia”, lo que provoca “desnutrición y hambre”; “arduo trabajo forzado”; condiciones de detención “brutales e inhumanas”; “gran cantidad de muertes” durante el periodo de detención; y sometimiento de los presos a “innumerables crímenes contra la humanidad”. La situación en los Kwan-li-so es especialmente dura, según apunta el informe:
“Los ex prisioneros frecuentemente se quejan de un confinamiento extremo y de provisiones de alimentos extremadamente inadecuadas. Además, los detenidos durante mucho tiempo con frecuencia informan una pérdida de peso horrible. Muchos expresan alivio ante la perspectiva de ser enviados a una prisión kyo-hwa-so o campo de prisioneros, donde al menos pueden caminar y buscar pasto, insectos o roedores para comer.“
Hijos y nietos presos por los delitos políticos de sus padres y abuelos
En un mismo campo pueden ser recluidas varias generaciones de una misma familia por los delitos políticos de sus ascendientes. Así, sobre el Campo 18 de Bukchang, en la provincia de Pyongan del Sur, el informe señala: “muchos o la mayoría de los prisioneros en el campo penitenciario permanente eran los hijos y nietos de los principales delincuentes políticos dentro de la familia. En muchos casos, los principales infractores ya habían fallecido en detención”. El informe se refiere a un proceso denominado madang haeje, o liberación restringida, mediante el que presos de segunda o tercera generación fueron “liberados”, pero sólo aquellos que tenían buenos antecedentes laborales y seguían las normas del campo de prisioneros. Pero incluso para los “liberados” la vida fuera del campo está llena de dificultades, al ser “extremadamente difícil encontrar residencia y empleo en otras partes de Corea del Norte”, de forma que algunos exprisioneros, “que habían estado detenidos durante décadas en el Campo 18, Bukchang y habían perdido todo contacto con sus amigos, parientes o localidad antes del encarcelamiento, simplemente permanecieron precariamente en las casas y “aldeas” donde habían sido asignados como prisioneros“, señala el informe.
Poseer música o películas ‘decadentes’, entre los motivos para ser detenido
Muchos de los presos de estos campos han sido recluidos en ellos por delitos políticos. El régimen tiene una larga lista de esos delitos que “permite al régimen castigar severamente a sus ciudadanos por razones que no son compatibles con, o son directamente contrarias a, las normas internacionales contemporáneas, incluidas las disposiciones de las convenciones de derechos humanos a las que Corea del Norte se ha adherido o ratificado”, señala el informe. Entre los motivos de detención figuran reuniones no autorizadas por el partido y las autoridades, expresar insatisfacción incluso en privado, y poseer publicaciones, música, películas o vídeos considerados “decandentes”. El número de prisioneros es difícil de determinar por el hermetismo de ese régimen comunista, pero el informe habla de “miles de norcoreanos privados de libertad” por motivos que los refugiados norcoreanos describen como “crímenes que no son realmente crímenes”. Las estimaciones del informe sobre el posible volumen de prisioneros hablan de “70.000 o más”.
Puedes encontrar el enlace del informe en esta entrada del blog Corea del Norte Libre (pulsa aquí). Para descargarlo hay que pulsar sobre la imagen grande que muestra la portada del informe. Sobre la terrible realidad que se vive en esa dictadura comunista, os recomiendo leer también el informe “De la Cuna a la Tumba, el sendero de los norcoreanos inocentes”, publicado por el mismo blog el pasado mes de diciembre y que muestra “cómo el Estado-Partido de Corea del Norte controla la vida de cada individuo desde la cuna hasta la tumba a través de incesante adoctrinamiento, vigilancia y castigo”.
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(Imagen: Recreación artística de un campo de prisioneros políticos en Corea del Norte, aparecida en el documental “Camp 14 – Total control zone” de Shin Dong-Huyk)
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