Es lo que tiene la inseguridad jurídica, los ataques y amenazas a la propiedad privada y a las empresas y la guerra independentista desplegada por cauces no legales.
Un aviso de lo que ocurriría con la independencia y contra los cuentos fiscales y presupuestarios (un paraíso en la Tierra donde no faltaría de nada) que lleva a cabo la propaganda nacionalista.
Un aviso de lo que ocurriría con la independencia y contra los cuentos fiscales y presupuestarios (un paraíso en la Tierra donde no faltaría de nada) que lleva a cabo la propaganda nacionalista.
Artículo de ABC:
Sucursal de Caixabank en la plaza del Ayuntamiento de Valencia - EFE
La incertidumbre que provocó la consulta soberanista ilegal en Cataluña el pasado 1 de octubre tuvo su mayor manifestación económica en la cascada de cambios de sede de empresas que se produjeron entonces. El número de compañías que cambiaron su domicilio social fuera de Cataluña en los tres últimos meses del año ascendió a 3.208 mientras que solo en octubre hasta los primeros días de noviembre, mil compañías mudaron también su sede fiscal. Desde pesos pesados del tejido empresarial catalán como Caixabank, Banco Sabadell, Gas Natural o Abertis hasta firmas emblemáticas como Idilia Foods -fabricante de Cola Cao o Nocilla-, la Bruixa D’Or o Codorníu.
Esta hégira de compañías, se palpa en las cifras de recaudación de la Agencia Tributaria, que recogen una caída en los ingresos en Cataluña del Impuesto de Sociedades de 815 millones en 2017 hasta los 3.770. Un 18% menos como destaca Convivencia Cívica Catalana que contrasta con el 6,8% que creció en toda España o con el 13% que repuntó en el resto del país.
Como fuere, esta menor recaudación no repercute en Cataluña, ya que Sociedades es un impuesto estatal, pero es indicativo de lo que podría ocurrir ante planes como la desconexión tributaria de España que cotejaba la Generalitat, comandada por el entonces vicepresidente y consejero de Economía y Hacienda, Oriol Junqueras.
Un 16% del total
Cataluña fue la comunidad que más redujo sus ingresos por los cambios de sede fiscal de empresas, y adelgazó su recaudación en Sociedades a su menor nivel desde 2011. Como es lógico, esta caída afectó sobre todo a empresas radicadas en Barcelona, donde la caída de ingresos alcanzó el 21%, el peor comportamiento entre todas las provincias en la recaudación del tributo. Asimismo, Cataluña redujo su peso en los ingresos por Sociedades: si en 2016 representaba un 21% de la recaudación nacional -acorde a su peso en el PIB, que es del 19,2%- el año pasado lo redujo al 16,3%.
«Caso opuesto al de Cataluña es el de las comunidades colindantes, Valencia y Aragón, que muestran incrementos de dos dígitos en 2017 en el Impuesto de Sociedades: 19% y 17% respectivamente», remarca Convicencia Cívica Catalana. La Comunidad Valenciana, que acogió a Caixabank, Banco Sabadell o Idilia Foods entre otras, aumentó sus ingresos por Sociedades en 323 millones hasta los 2.037. En el caso de Aragón, numerosas empresas pequeñas y medianas, sobre todo relacionadas con el tejido industrial, se trasladaron de Cataluña aprovechando la cercanía. Antes del 1-O, más de cien empresas ya habían hecho las maletas a la región una cifra que se eleva a 8.000 si se toman los últimos diez años, según Axesor. Tras la consulta, firmas como MGS Seguros o Laboratorios Ordesa también se sumaron a esta diáspora a la comunidad vecina.
La mayor parte de las empresas catalanas que cambiaron su sede se dirigieron a Madrid, algunas de ellas grandes cotizadas como Gas Natural Fenosa, Abertis o Colonial. Sin embargo en la comunidad autónoma el alza fue del 5,5%, inferior al aumento medio nacional, por lo que la recaudación alcanzó los 8.990 millones de euros. La comunidad concentra el 38,8% de los ingresos del impuesto, un porcentaje superior a su aportación al PIB, que es del 18.9%. En esta estadística se deja sentir el efecto capital de Madrid.
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