Diego Sánchez de la Cruz analiza las nuevas propuestas de subidas de impuestos del PSOE, y los problemas (o errores-mentiras) en su justificación.
Artículo de Libre Mercado:
Pedro Sánchez, en el Comité Federal del PSOE | EFE
Pedro Sánchez ha saltado al ruedo fiscal con ánimo de defender ante los suyos una batería de subidas impositivas. A lo largo de la última semana, el secretario general del PSOE ha confirmado que su partido trabaja en una "propuesta de reforma tributaria" orientada a "mejorar la recaudación impositiva en España", es decir, a subir los ingresos de Hacienda.
El sucesor de Pérez Rubalcaba en Ferraz opina que el sistema actual "hace aguas" y critica que no es "ni justo ni progresivo". En este sentido, Sánchez ha puesto encima de la mesa dos grandes subidas impositivas: por un lado, un cambio en las reglas del Impuesto de Sociedades; por otro lado, una revisión del IRPF para gravar más a las rentas altas.
De su conversación con Cinco Días y El Economista podemos sacar un primer titular: como ya planteó en las elecciones de 2015 y 2016, el socialista defiende un aumento del Impuesto de Sociedades hasta llevar el tipo efectivo que pagan las grandes corporaciones al 15%. Para Sánchez, esta subida "no provocaría una deslocalización de empresas" y supondría un aumento de seis puntos en la factura tributaria de las principales empresas nacionales.
Pero los datos no parecen respaldar las tesis de Sánchez. El tipo aportado por las grandes mercantiles españolas oscila entre el 19% y el 21%, dependiendo de si medimos solo la base imponible del Impuesto de Sociedades o si contabilizamos además los impuestos pagados en el extranjero. De hecho, la horquilla del 19%-21% supone un aumento frente a los niveles registrados hace un par de años, cuando dicho umbral iba del 16,7% al 19,2%. No está claro, por tanto, lo que pretende hacer Sánchez con este tipo de propuesta, puesto que las cifras oficiales de la Agencia Tributaria desmienten el argumento en torno al que gira el mensaje del secretario general del PSOE.
También defiende Sánchez la introducción de un "recargo" en el Impuesto de Sociedades que se aplicaría a las entidades financieras. Hay varios problemas con esta propuesta. Para empezar, ya existe un tipo diferenciado para el sector. Además, aunque Sánchez apela al "rescate bancario" para justificar esta medida, lo cierto es que buena parte de las entidades quebradas eran cajas de ahorros que hoy han desaparecido, de modo que pagarían justos por pecadores. Y, por si no fuese suficiente, Sánchez habla de vincular la recaudación de este tributo al sostenimiento del sistema de pensiones, a pesar de que la Constitución no permite los impuestos finalistas.
Aumento del IRPF
Otro aumento tributario propuesto por Sánchez pasa por el repunte del tramo superior del Impuesto sobre la Renta. Su objetivo es cambiar el tipo marginal máximo aplicado a quienes ganan más de 150.000 euros, de modo que el IRPF conjunto llegaría al 52% en Andalucía, Asturias y Cataluña, moviéndose en niveles algo inferiores en el resto de comunidades.
Sánchez pone también encima de la mesa un cambio en la tributación del ahorro. Según declara en Expansión, "no estamos pensando en llegar al umbral del 30%, pero lo iremos aumentando frente al 19%-23% actual". En este sentido, el líder del partido del puño y la rosa habla abiertamente de"un acercamiento entre la tributación de las rentas del trabajo y las del capital".
Pero el secretario general de la agrupación con sede en la calle Ferraz no se detiene en este punto e igualmente aboga por "incorporar el Patrimonio" en las reglas del Impuesto sobre la Renta. Aunque no da más detalles, habla de "hacer una reforma fiscal en profundidad" que permita esta integración. Esto supondría mezclar flujo y stock en un mismo gravamen, puesto que los ingresos son anuales y la riqueza obedece a un proceso de ahorro progresivo a lo largo del tiempo.
¿Hasta dónde quiere llegar Sánchez? En su opinión, "no podemos tener un sistema fiscal de tercera para un Estado de Bienestar de primera. El gobierno quiere un sistema fiscal con una presión del 38%. Nosotros queremos hacer que ese porcentaje aumente por encima del 40%, hasta alrededor del 42%. Esto se traduciría en un refuerzo significativo de la recaudación, equivalente a cuatro puntos del PIB, más de 40.000 millones de euros.
Curiosamente, Sánchez afirma que su objetivo es "hacer un sistema fiscal en el que quien tenga más contribuya más en el IRPF y en Sociedades". Basta con repasar los datos de la Agencia Tributaria para comprobar que esto ya es así. Las grandes compañías aportan 3.000 veces más que las pymes al fisco, del mismo modo que los trabajadores mejor pagados generan 160 veces más recaudación que un contribuyente medio.
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