El odio de la izquierda a todo el que crea riqueza no tiene límites. Es una ideología que vive de la envidia (por eso tiene tanto éxito, más en un país, donde la envidia es el deporte nacional), del resentimiento y de la perversa falacia de considerar a la riqueza como un juego de suma cero (si yo soy más rico, es porque tu eres más pobre), lo cual está refutado de manera contundente y absoluta (si fuera así, seguiríamos tan pobres como en las cavernas y el crecimiento de la riqueza mundial no se podría dar, como ha ocurrido, y de manera brutal desde la aparición del capitalismo), pues solo tiene sentido en caso de un robo (yo tengo algo porque te lo he quitado a tí, que ya no lo tienes), que es justo lo que ocurre en un mercado de intercambios voluntarios (hay intercambios porque ambas partes salen ganando de la operación, sino no lo harían).
En este enaltecimiento de los instintos más bajos, para crear atractivo y simpatías (la insatisfacción consustancial al ser humano, que siempre quiere más y mejor, lo que permite al ser humano mejorar y progresar), cualquiera que acumule dinero es un enemigo al que odiar (a no ser que sea el propio político, que entonces sigue siendo un héroe que como mucho cabalga incoherencias).
Se les llena la boca con que defienden que la gente salga de la pobreza, pero en cuanto alguien sale se convierte en enemigo a batir y al que robar todas sus posesiones.
Y no importa que dicha persona pague más impuestos que nadie (miles de millones al año), genere más puestos de trabajo (cientos de miles directos e indirectos) que nadie, dando oportunidades vitales a la gente para salir adelante, progresar, mantener una familia, tener una casa..., o satisfaga más necesidades que nadie (millones de clientes que comprar sus productos por su relación calidad-precio que prefieren a otras alternativas) permitiendo mejorar una necesidad histórica y primaria del ser humano, la vestimenta, a un precio muy reducido y accesible (y por lo que es premiado haciéndolo rico como contraprestación a sus productos) o done más que nadie (en sanidad con equipos de alta tecnología para combatir el cáncer, en educación con becas para alumnos y profesores en EEUU y Canadá para mejorar la formación o la creación de Centros Tecnológicos de formación en Hospitales, para construcción de nuevas escuelas, o la creación de Instituciones Benéfico-sociales, creación de residencias de hombres dependientes, donaciones a bancos de alimentos, a Caritas o proyectos internacionales de desarrollo...).
Nada importa, porque todo esto va contra las bases ideológicas de la izquierda (generación de riqueza que no pasa por la gestión pública y la pone en entredicho, donaciones y beneficiencia que no pasa por sus propias manos, y por lo tanto son competencia directa a la que eliminar y denigrar, porque en esencia, lo que defiende dicha ideología es el control absoluto de todo a través del Estado y que todo ser humano viva dependiente de la arbitrariedad y designio político.
Todo lo que evidencia que el político (el control estatal de la vida de los ciudadanos) no es necesario para satisfacer necesidades generar riqueza, salir de la pobreza, crear trabajo, ayudar al prójimo...) es un torpedo contra sus cimientos ideológicos que tan reiteradamente insertan (a través de múltiples vías) en la mente del ciudadano para aumentar su poder y control de la sociedad civil. Y por ahí no pueden pasar...
Artículo de Libre Mercado:
El pasado 2 de mayo Inditex repartió dividendos entre sus accionistas, entre ellos el más destacado es su fundador Amancio Ortega, que recibió 813 millones de euros. El fundador de Zara recibirá 1.626,2 millones de euros este año por los dividendos que le reporta la compañía.
Esta noticia, que no hubiera transcendido más allá de la nota de prensa, comenzó a correr como la pólvora en Twitter después de que Pablo Echenique, secretario de organización de Podemos, escribirse el siguiente mensaje en la red social: "Lo más grave no es que Amancio Ortega gane en un año lo que ganan 150.000 trabajadores cobrando el SMI. Lo más grave (y obsceno moralmente) es que eso ocurra mientras lideramos la pobreza infantil en Europa. Sorprende lo poco cristiana que es la derecha cuando hablamos de €."
El periodista Jesús Cintora también se pronunció en Twitter con el siguiente mensaje: "Amancio Ortega cobra hoy 900.000 veces el salario mínimo gracias a Inditex.". Junto a ellos, miles de mensajes se hicieron eco de los altos dividendos que percibe el hombre más rico de España y uno de los más ricos del mundo. Es más, en apenas dos horas se escribieron más de 20.000 tuits haciéndose eco de estos datos.
La riqueza que Ortega crea
En el último ejercicio fiscal, Inditex pagó en España 1.613 millones de euros y casi 6.000 millones de euros en impuestos a lo largo y ancho de todo el mundo. De ese total, 623 millones se corresponden al impuesto sobre beneficios, 20,4 millones al impuesto sobre propiedades, 560,4 a los impuestos personales y 409,7 millones a los impuestos sobre productos y servicios. Además, en España el grupo cuenta con 48.600 trabajadores, cuyo sueldo medio es de 1.700 euros mensuales.
Desde el año 2007, la compañía fundada por Amancio Ortega ha pagado 7.244 millones de euros por el Impuesto de Sociedades en España. Una cifra a la que habría que sumar lo abonado por las cotizaciones sociales de sus empleados, el IVA y los impuestos que pagan sus proveedores.
En 2018, Inditex fue, además, la quinta empresa que más pagó por el Impuesto de Sociedades en España dentro del Ibex 35. Banco Santander abonó 5.230 millones de euros, BBVA 2.062 millones, Telefónica 1620, Repsol 1.310 e Inditex 980 millones de euros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario