martes, 7 de mayo de 2019

La siniestra industria de la 'ideología de género'

El siguiente artículo muestra más muestras de la siniestra industria de la "ideología de género", que sigue avanzando a sus anchas con la connivencia o silencio de la inmensa mayoría de partidos políticos, llevando a auténticos dramas (que se añade a la vulneración de derechos básicos y esenciales de primer orden como el de igualdad jurídica o el de presunción de inocencia entre otros), sin que se pretenda hacer nada al respecto. 
Lo que está aconteciendo y haciéndose público (en este caso gracias a Vox) en Andalucía es solo otra muestra más de esta deriva totalitaria y la instrumentalización que se hace por parte de políticos y el lobby de género. 
En este sentido, Vox denunció los múltiples chiringuitos montados para cobrar subvenciones (y dirigidos por lobbies y representantes políticos y afines para cobrar subvenciones con la justificicación de la mujer). Solo (y por poner solo uno entre múltiples) el ejemplo del Instituto de la Mujer, que de todo su presupuesto millonario, solo dedica un 3% a las victimas de violencia es esclarecedor.  
A su vez, denunció que había condenas por maltrato con informes psicológicos sin titulación (con casos flagrantes y apoyándose en denuncias del propio Consejo General del Colegios Oficiales de Psicólogos y de la la Sociedad Española de Psicología Jurídica y Forense, por lo que pidió al Parlamento Andaluz que se le facilitaran datos de los empleados que trabajan en las Unidades de Violencia de Género (por supuesto con todo tipo de críticas, por querer llevar a cabo "purgas"...). Hacer cumplir la ley, erradicar injusticias y desmontar lobbies y chiringuitos políticos que instrumentalizan causas en beneficio propio (creando grandes injusticias o arruinando la vida de muchas personas) es malísimo claro, es fascista, machista y misógino. Este es el nivel. Y mantener todo esto es por la mujer, claro que sí. 

Con la información en sus manos, denunció posteriormente que casi el 50%!!! de los trabajadores de violencia de género de la Junta no están colegiados, como se estaba obligado, lo que supone un nuevo escándalo y acto de enchufismo por parte del PSOE andaluz (y por supuesto, como se ha subsanado, no se pretende conocer los datos personales de quién hay detrás, sino el cumplimiento o no la norma y ley). 

Por supuesto, los Colegios de Psicólogos consideran un escándalo los datos descubiertos por Vox, de la misma manera que los Colegios de Médicos de Andalucía, que elogian la petición de datos de Vox sobre violencia de género, considerando un escándalo el incumplimiento de la ley, considerando la obviedad de que "en ningún caso, la actitud de Vox supone ir en contra de las mujeres o de los trabajadores de violencia de género", porque, "todo lo contrario, están buscando darle una garantía a la sociedad".

Y precisamente por ello, por lo que van a proponer cambios para asegurar la "objetividad" en los informes de los trabajadores de violencia de género, "para que la transparencia, rigor científico, profesionalidad y objetividad presida la elaboración de esos cruciales informes".
Pero no olvidad que según la demagogia barata y puerilidad política, cualquiera que pretenda corregir esto, emplear eficientemente los recursos (que tanto cuesta ganar al contribuyente), eliminar el aprovechamiento indeseado del dinero ajeno de personas sin escrúpulos, proteger realmente a la mujer necesitada de ello, echar atrás medidas de una ley (que supone cambiarla no eliminarla) que atentan contra derechos fundamentales de las personas, buscar una ley de igualdad jurídica real (no discriminatorio en función del sexo aún comentiéndose el mismo acto)...es un enemigo de las mujeres, un fascista de extrema derecha, un radical, y demás epítetos que uno quiera poner. 

Porque lo importante no es la mujer, lo importante no es la justicia, lo importante no es el cumplimiento de la propia ley que busca subsanar errores, limitar daños...lo importante es mantener el chiringuito político, las subvenciones millonarias que salen de tu bolsillo para su lucro y beneficio particular (bajo una justificación suficientemente atractiva para evitar cualquier protesta) y su instrumentalización como herramienta electoral para crear buenos y malos hacia el que dirigir odios y rechazo (y en consecuencia dirigir hacia ellos simpatías, atracción y votos). 

La política...la sucia política...

Artículo de Libertad Digital:
La siniestra ideología de género ha propiciado el surgimiento de una miríada de entidades y asociaciones que, so pretexto de defender a la mujer, parasitan el erario y perpetran auténticas fechorías que se cobran numerosas víctimas. El hegemónico feminismo liberticida no es flor de un día, sino un pilar fundamental en el programa de transformación radical de la sociedad de buena parte de la izquierda, que, con la aberrante colaboración de la derecha más pusilánime, ha convertido a la referida ideología de género en una industria escandalosamente boyante.
En la campaña de las elecciones autonómicas andaluzas, Vox puso sobre el tapete la necesidad de acabar con el parasitismo presupuestario de las organizaciones feministas más desquiciadas a cuenta de la muy mal llamada violencia de género. Una vez obtuvo representación en el Parlamento andaluz, la referida formación solicitó reiteradamente los datos sobre la filiación profesional de los expertos de la Junta de cuyos dictámenes depende, en muchos casos, la adopción de medidas de extraordinaria gravedad, que pueden destruir la vida de quienes, siendo inocentes, las padecen.
La petición de esos informes, precaución elemental en un asunto tan grave, provocó una formidable oleada de críticas y descalificaciones por parte del feminismo liberticida y de los demás partidos. Para tanto indeseable, pedir una comprobación sobre la habilitación de los técnicos en ideología de género de la Junta era poco menos que una declaración de guerra contra las mujeres. Pues bien, los datos que por fin ha facilitado el Gobierno andaluz demuestran que la industria de la violencia de género es lo que se temía desde los ámbitos más zaheridos por la corrección política: un auténtico coladero donde gentuza sin la menor preparación ni el menor escrúpulo puede medrar a costa de personas que viven dramas estremecedores.
Los colegios de médicos y psicólogos han puesto el grito en el cielo y denunciado que se faculta a gente no cualificada para emitir informes de importancia extraordinaria.
Así las cosas, urge la apertura de investigaciones exhaustivas sobre cuál es la situación en las demás comunidades autónomas, porque es de temer que Andalucía no sea un caso excepcional. Y, por supuesto, ha de ponerse de una vez en el foco del debate público el papel del feminismo radical organizado, así como su penetración en las instituciones del Estado, porque representa una amenaza de primer orden para la seguridad jurídica y para las libertades del individuo, especialmente las del varón.
Pero no va a suceder. Lamentablemente, Vox clama en el desierto y partidos que tendrían tanto que decir, como Ciudadanos, optan por callar lo que decían no hace tanto, mientras el PP sigue en este asunto sometido a los dictados del tóxico PSOE, cuya responsabilidad en la fanatización del feminismo es tremenda, pues le ha permitido lanzar formidables cargas de profundidad contra el Estado de Derecho al llevar su agenda al ámbito legislativo, como queda ominosamente claro en la infame y orwelliana Ley contra la Violencia de Género.

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