Resulta que la corrupción golpea a los que mientras están en la oposición van de limpios mientras se presentan como la solución, y cuando detentan poder, se corrompen y hacen lo mismo que quienes critican y manipulan y tratan de esconder sus vergüenzas (incluido limpieza y dimisiones) de la misma manera, como se ha visto (como siempre) con PSOE, y también con Compromis (de la mano de su principal base, el Bloc).
El ilusorio pensamiento de que hay partidos corruptos y no corruptos solo puede estar en el imaginario ideológico enfervorizado de algunos.
El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. La corrupción es patente en toda la geografía española y en todos los partidos en el poder, ya sea en Madrid, Andalucía, Valencia, Canarias, Cataluña...
No se soluciona cambiando caras (eso no soluciona nada, sino un y tú más, mientras los políticos se reparten el pastel metiendo cada vez más mano en el mismo -en tu bolsillo- mientras perfeccionan sus técnicas de corrupción haciéndoles más difíciles de detectar, y especialmente de probar).
Es un problema del sistema, y se agrava el problema cuando se les da más poder y recursos (como ocurre cada día más) a los políticos, mientras prometen que ellos lo harán mejor.
Por eso cada vez, la cuestión de la corrupción tiene un peso menor en las elecciones, porque afecta a todas las formaciones (y con eso juegan en su propio beneficio).
Es una cuestión de incentivos, y cuanto mayores incentivos tengan a corromperse más lo harán. Cuanto más dinero pase por sus manos, peor, cuanto más controlen cada actividad del ciudadano, peor, cuanto más poder arbitrario y más inseguridad jurídica haya peor, cuanto más se atente contra la propiedad privada, y más capacidad del político para usurparla para hacer lo que quiera con lo que pertenece a otros, peor. Y en consecuencia, cuanto más arrinconada esté la sociedad civil y más grande se haga el poder político, peor.
Y cuanto más de todo esto exijan los políticos, más alarmas y sospechas debe tener la gente, pues los incentivos a corromper y ser corrompido para obtener réditos y prebendas a costa de terceros, ya sea por la vía legal (corrupción de otro tipo pero que maneja mucho más dinero y es incluso más nociva para el ciudadano) o ilegal, peor.
Artículo de El Mundo:
El ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en un mitin en Alicante, junto a la ex ministra, Leire Pajín. EL MUNDO
La documentación que ha desencadenado una investigación policial por la financiación de la campaña de las elecciones municipales y autonómicas de 2007 del PSPV-PSOE y Bloc Nacionalista Valencià (BNV), el socio mayoritario de la coalición Compromís, incluye diversas facturas de al menos tres actos organizados por los socialistas valencianos en los que participó el ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
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Las diligencias apuntan a que estos servicios fueron abonados en realidad por diversas empresas a través de una presunta trama de falsificación de facturas, similar con la que el PP de Francisco Camps habría financiado las campañas de 2007 y 2008. Una de las constructoras que habría financiado a los socialistas es Blauverd, con sede en Alzira.
El director financiero de esta sociedad era Benjamín Maceda, en la actualidad director general de Vaersa, empresa pública de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente.
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Además, la presunta trama del PSPV también habría financiado en B parte de los trabajos realizados para la presentación de los candidatos socialistas, en octubre de 2006.
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Los presuntos delitos electorales atribuibles al PSPV y Bloc están ya prescritos y se desconoce el volumen total de dinero que presuntamente recaudó esta agencia de comunicación para desarrollar la campaña de 2007.
No obstante, entre la documentación vinculada a la campaña socialista han aparecido dos recuadros con facturas que suman 499.468 euros y 696.000 euros, en total más de un millón de euros.
La mayoría de ese dinero lo aportó la constructora valenciana Blauverd, quien también aparece en la cuenta publicitaria del Bloc. En el caso del PSPV, los ingresos eran mensuales, una especie de nómina que la agencia Crespo Gomar habría empleado para ir liquidando las deudas. Sólo en el año 2006, mientras el PSPV desarrollaba su precampaña, Crespo Gomar facturó a Blauverd cada mes importes que oscilan entre los 60.000 y 25.000 euros.
El actual director general de Vaersa habría formado parte de este grupo inmobiliario. Además de director financiero, Benjamín Maceda ha sido secretario y consejero de diversas sociedades del grupo Blauverd, según datos del Registro Mercantil. A cambio, según apunta la investigación judicial, Crespo Gomar habría obtenido contratos públicos de diversas administraciones socialistas."
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