Diego Sánchez de la Cruz analiza los precedentes recaudatorios en la última persecución "al rico", llevada a cabo por Zapatero en 2011, y de dónde provino el aumento de la recaudación (lo que a la gente no se le dice, que van a por ti también).
Artículo de Libre Mercado:
La política del PSOE de Zapatero fracasó en recaudación | EFE
El gobierno del PSOE está negociando con Unidos Podemos una serie de propuestas orientadas a aumentar los impuestos que pagan las rentas más altas. Tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias defienden que este tipo de medidas son necesarias para reforzar el Estado del Bienestar. Sin embargo, los precedentes en esta materia invitan a contemplar con escepticismo los planes tributarios de socialistas y comunistas.
Quizá el episodio más significativo de todos los que se han dado en las últimas décadas es el que tuvo lugar en 2011, cuando la Ley de Presupuestos incluyó un incremento del Impuesto sobre la Renta que pagan los contribuyentes de ingresos más altos. La subida fue introducida por el Ejecutivo del PSOE y contó con el respaldo de Izquierda Unida, hoy parte de Unidos Podemos.
En virtud de los Presupuestos Generales del Estado de 2011, las rentas que percibían entre 120.000 y 175.000 euros brutos vieron subir en un punto porcentual sus retenciones, mientras que los asalariados con ingresos superiores a los 175.000 euros sufrieron un recargo adicional de dos puntos porcentuales. A esto hay que sumarle la restauración del Impuesto de Patrimonio, que se aplicó desde el curso siguiente.
Sin embargo, los datos oficiales de la Agencia Tributaria confirman que la apuesta de ZP por subir los impuestos a los ricos no tuvo ningún impacto sobre la recaudación. Para ser precisos, los ingresos fiscales obtenidos vía IRPF aumentaron solamente un 0,18%. Al final, la ‘caza a los ricos’ se quedó en una ridícula aportación fiscal de 152 millones de euros, en gran medida porque muchas de las rentas altas reaccionaron a la subida impositiva con estrategias de planificación fiscal que les permitieron esquivar el castigo.
Para poner esta cifra en perspectiva, cabe señalar que los distintos cambios normativos incluidos en los Presupuestos de 2011 por el PSOE consiguieron aumentar en 7.853 millones la recaudación fiscal. Por tanto, menos del 2% de la subida de ingresos vino derivada de la subida fiscal aplicada a las rentas altas.
Mientras tanto, medidas como la eliminación de la deducción de 400 euros introducida años atrás en el IRPF generaron casi 1.900 millones, es decir, casi trece veces más de lo que supuso la ‘caza a los ricos’. También fue mucho mayor el efecto de modificar los pagos fraccionados del Impuesto de Sociedades (aumento recaudatorio superior a los 2.000 millones), la subida del IVA al 18% (subida de ingresos de casi 3.400 millones) o el refuerzo de los Impuestos Especiales (impacto recaudatorio de 830 millones).
Tampoco se puede decir que la recuperación del Impuesto de Patrimonio tuviese un efecto recaudatorio significativo. En este caso, la subida recaudatoria tuvo que esperar hasta 2012, pero fue de apenas 929 millones, de acuerdo con las estadísticas oficiales de recaudación fiscal. Esta cantidad supone apenas el 0,6% de los 158.000 millones de impuestos devengados en el ejercicio 2011. Un porcentaje ínfimo a cambio de una medida que disparó la fuga de capitales y disparó las estrategias de planificación fiscal orientadas a ocultar activos aprovechando las posibilidades que ofrece la ley.
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