Europa es un nido de dictadores en potencia, un régimen copado de élites extractivas formada por burócratas, políticos y lobbies varios que legislan en beneficio propio a costa del ciudadano, imponiendo sus demandas y necesidades, a costa de la insatisfacción de las demandas del ciudadano-consumidor.
Un nuevo ejemplo de ello es la exigencia de la Comisión Europea a imponer a las plataformas de vídeo (Netflix, Amazon Prime o HBO) que dediquen al menos el 30% de su catálogo a producción europea, con la capacidad de cada país a imponer el 40% y una cuota nacional. Permitiendo además a los gobiernos a imponer aumentos de precios de las plataformas para subvencionar producción nacional.
El castigo de los totalitario es doble. No permiten ver a los consumidores lo que quieren (restringiéndoles gran parte de lo que querían ver, pues ahora en lugar de 20 películas extranjeras que podían ver, verán solo 12, y lo mismo con las series). Pues en el alma de todo dictador totalitario está imponer sus deseos a los demás, y eliminar la libertad de la gente a decidir lo que le gusta y a los oferentes a preocuparse y esforzarse en satisfacer esos gustos.
El segundo castigo es que el político aumenta los precios al consumidor (menos poder adquisitivo siempre) encareciendo el servicios (que el capitalismo con tanto esfuerzo reduce para llegar a más gente) para apropiarse de dichas rentas a la fuerza para arbitrariamente dirigirla hacia sí mismos y sus clientes políticos (en este caso, productores que ellos deciden, no el consumidor en base a la calidad o gustos que se le ofrece). Es la denominada redistribución forzosa hacia sus propios intereses y la élite que se beneficia de la ley a costa del resto.
Pero el encarecimiento es mayor (y la pérdida de oferta y calidad), pues al obligar a poner series no rentables a costa de las rentables, puede reducir los ingresos de las plataformas, dejar de invertir en proyectos...perdiendo clientela o aumentando precios para compensar, o haciendo fracasar a plataformas (que cierren...).
Además, esta extracción (otra más) a la fuerza de la renta del ciudadano sirve para potenciar otra herramienta indispensable del político con alma totalitaria: la propaganda y la manipulación de mentes. Pues dicho sobrecoste y dinero (extraído a la fuerza del consumidor) dirigido a productores nacionales no es "gratis". Son decisiones arbitrarias hacia dónde se dirigen y qué financia, por lo que es fácil deducir la temática y mensajes políticos que copan muchas de esas series o películas (y qué mejor ejemplo que España y la politización del cine, en su máximo apogeo con Zapatero, y el tratamiento de la Guerra Civil, todo dentro de una plan mayor al respecto de ladesMemoria Histórica). Es un nuevo chantaje mutuamente beneficioso para ambas partes urdido con tu dinero.
El capitalismo y el éxito que produce es el huevo de oro de los burócratas y políticos y grupos rentistas que les rodean para desplumar a la gallina poco a poco, pero permitiendo que malviva para que no deje de producir plumas (que es lo que ocurre cuando se va más allá hacia un sistema socialista). No es capitalismo de libre mercado, es capitalismo de Estado, profundamente intrusivo y donde no impera la libertad bajo normas genéricas e iguales para todos que proteja a las personas y sus propiedades de ataques de terceros, sino que emplea leyes que atentan contra estos derechos en beneficio propio, pervirtiendo el sistema (al que luego se critica, sin entender qué es lo que lo pervierte).
S.D. se hace eco de la noticia en el siguiente artículo.
Un nuevo ejemplo de ello es la exigencia de la Comisión Europea a imponer a las plataformas de vídeo (Netflix, Amazon Prime o HBO) que dediquen al menos el 30% de su catálogo a producción europea, con la capacidad de cada país a imponer el 40% y una cuota nacional. Permitiendo además a los gobiernos a imponer aumentos de precios de las plataformas para subvencionar producción nacional.
El castigo de los totalitario es doble. No permiten ver a los consumidores lo que quieren (restringiéndoles gran parte de lo que querían ver, pues ahora en lugar de 20 películas extranjeras que podían ver, verán solo 12, y lo mismo con las series). Pues en el alma de todo dictador totalitario está imponer sus deseos a los demás, y eliminar la libertad de la gente a decidir lo que le gusta y a los oferentes a preocuparse y esforzarse en satisfacer esos gustos.
El segundo castigo es que el político aumenta los precios al consumidor (menos poder adquisitivo siempre) encareciendo el servicios (que el capitalismo con tanto esfuerzo reduce para llegar a más gente) para apropiarse de dichas rentas a la fuerza para arbitrariamente dirigirla hacia sí mismos y sus clientes políticos (en este caso, productores que ellos deciden, no el consumidor en base a la calidad o gustos que se le ofrece). Es la denominada redistribución forzosa hacia sus propios intereses y la élite que se beneficia de la ley a costa del resto.
Pero el encarecimiento es mayor (y la pérdida de oferta y calidad), pues al obligar a poner series no rentables a costa de las rentables, puede reducir los ingresos de las plataformas, dejar de invertir en proyectos...perdiendo clientela o aumentando precios para compensar, o haciendo fracasar a plataformas (que cierren...).
Además, esta extracción (otra más) a la fuerza de la renta del ciudadano sirve para potenciar otra herramienta indispensable del político con alma totalitaria: la propaganda y la manipulación de mentes. Pues dicho sobrecoste y dinero (extraído a la fuerza del consumidor) dirigido a productores nacionales no es "gratis". Son decisiones arbitrarias hacia dónde se dirigen y qué financia, por lo que es fácil deducir la temática y mensajes políticos que copan muchas de esas series o películas (y qué mejor ejemplo que España y la politización del cine, en su máximo apogeo con Zapatero, y el tratamiento de la Guerra Civil, todo dentro de una plan mayor al respecto de la
El capitalismo y el éxito que produce es el huevo de oro de los burócratas y políticos y grupos rentistas que les rodean para desplumar a la gallina poco a poco, pero permitiendo que malviva para que no deje de producir plumas (que es lo que ocurre cuando se va más allá hacia un sistema socialista). No es capitalismo de libre mercado, es capitalismo de Estado, profundamente intrusivo y donde no impera la libertad bajo normas genéricas e iguales para todos que proteja a las personas y sus propiedades de ataques de terceros, sino que emplea leyes que atentan contra estos derechos en beneficio propio, pervirtiendo el sistema (al que luego se critica, sin entender qué es lo que lo pervierte).
S.D. se hace eco de la noticia en el siguiente artículo.
Artículo de El Confidencial:
Todas las plataformas de vídeo bajo demanda (HBO, Netflix, Amazon Prime Video...) estarán obligadas a que al menos el 30% del catálogo que ofrecen en la UE sea de producción europea. Así lo ha confirmado el jefe del departamento de la Comisión Europea que regula las redes, los contenidos y la tecnología de las comunicaciones, Roberto Viola, durante el Festival de Venecia.
La ley, que se votará el próximo mes de diciembre, incluye que cada país de la UE pueda decidir de manera individual elevar esa cuota del 30 al 40% y añadir, además, una cuota de contenido nacional y así como un suplemento a la tarifa mensual para que se destine a la producción de series y películas de producción local, algo que ya ha hecho Netflix en Alemania.
Cuando esta ley se apruebe, todos los países miembros de la Unión Europea tendrán 20 meses para aplicarla. En un princpio la obligación solo contempla elevar la cuota hasta el 30%, aunque se promoverá que lo hagan hasta el 40%.
De todas las plataformas de 'streaming', Netflix es la que lo tiene más fácil ya que en Europa está cerca de la cuota del 30%. Amazon Prime Video y HBO están más rezagadas en esta cuestión.
Será el próximo mes de octubre cuando la UE publique las cifras que muestren el porcentaje de series y películas de producción europea en las distintas plataformas.
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