lunes, 28 de enero de 2019

Análisis de las declaraciones de Pedro Sánchez sobre Venezuela y la izquierda

Pedro Sánchez dice ahora al respecto del socialismo del Siglo XXI (recuerden, el que a diferencia del criminal del siglo XX, iba a ser el "socialismo de rostro amable") "que no es izquierda, y que no tiene nada que ver con la izquierda", que es todo lo opuesto".

Ha sido la tónica histórica acerca de la implementación del socialismo, siempre por supuesto justificada por la igualdad, el bien común, los pobres...y quien advirtiera todo lo que iba a pasar era un vendido o enemigo de dichas banderas...

La izquierda siempre justifica y ha justificado cada régimen socialista desde sus inicios, y la implantación severa de sus medidas. Defiende dicho régimen y medidas acometidas como alternativa fantástica y ejemplo de modelo a seguir y a llevar a cabo. Lo defienden y vanaglorian como ejemplo de justicia, solidaridad, igualdad, defensa de los necesitados...


Y una vez se constata su fracaso, o bien hay un blanqueamiento miserable del régimen (negación de todo lo ocurrido, culpas externas de todo lo sucedido, aunque no se reconozca siquiera lo sucedido...) o bien ante lo inocultable y lo inexcusable viene el otro punto: "eso no era socialismo", "eso no es izquierdismo".

Y vuelta a empezar. Si uno mantiene la pureza utópica, que siempre deviene en la realidad y su materialización en miseria, hambre, muerte, violencia, destrucción de libertades y derechos...siempre puede uno justificarse (o tratar de engañar) de defender lo mismo sin caerse la cara de vergüenza.

Pues el socialismo es idealismo, utopía, angelical, ajeno a la naturaleza humana (por ello es inviable y fracasa reiteradamente llevando a la esclavitud, a las purgas y a la represión y a la corrupción despótica, ya sea para intentar erradicar toda influencia y "toxicidad" previa en su idea de generar "el hombre nuevo", ya sea para imponer su visión a todos, quieran o no, ya sea como consecuencia del abuso de poder por concentración en el líder mesiánico).

Así que todo lo que se salga de esa utopía, no es izquierda, pues como dijo Garzón (líder de Izquierda Unida), "un delincuente no puede ser de izquierdas". En ese grado de enajenación o de insulto a la inteligencia viven.


Como bien indica Rallo en este tuit, como la izquierda es todo lo contrario, debería aplicar precisamente todo lo contrario a dicho régimen, esto es, bajar impuestos, bajar el gasto público, privatizar la economía, respetar la propiedad privada, garantizar la seguridad jurídica, eliminar los controles de precios (de productos, vivienda...), eliminar el salario mínimo, respetar la independencia judicial...y que no falte por su parte, convocar elecciones cumpliendo tu palabra y ejercitando y respetando así la democracia para la que supuestamente estabas ocupas dicho cargo. 



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