Ha sido la tónica histórica acerca de la implementación del socialismo,
siempre por supuesto justificada por la igualdad, el bien común, los pobres...y
quien advirtiera todo lo que iba a pasar era un vendido o enemigo de dichas
banderas...
La izquierda siempre justifica y ha justificado cada régimen socialista
desde sus inicios, y la implantación severa de sus medidas. Defiende dicho
régimen y medidas acometidas como alternativa fantástica y ejemplo de modelo a
seguir y a llevar a cabo. Lo defienden y vanaglorian como ejemplo de justicia,
solidaridad, igualdad, defensa de los necesitados...
Y una vez se constata su fracaso, o bien hay un blanqueamiento miserable
del régimen (negación de todo lo ocurrido, culpas externas de todo lo sucedido,
aunque no se reconozca siquiera lo sucedido...) o bien ante lo inocultable y lo
inexcusable viene el otro punto: "eso no era socialismo", "eso
no es izquierdismo".
Y vuelta a empezar. Si uno mantiene la pureza utópica, que siempre deviene
en la realidad y su materialización en miseria, hambre, muerte, violencia,
destrucción de libertades y derechos...siempre puede uno justificarse (o tratar
de engañar) de defender lo mismo sin caerse la cara de vergüenza.
Pues el socialismo es idealismo, utopía, angelical, ajeno a la naturaleza
humana (por ello es inviable y fracasa reiteradamente llevando a la esclavitud,
a las purgas y a la represión y a la corrupción despótica, ya sea para intentar
erradicar toda influencia y "toxicidad" previa en su idea de generar
"el hombre nuevo", ya sea para imponer su visión a todos, quieran o
no, ya sea como consecuencia del abuso de poder por concentración en el líder
mesiánico).
Así que todo lo que se salga de esa utopía, no es izquierda, pues como dijo
Garzón (líder de Izquierda Unida), "un delincuente no puede ser de
izquierdas". En ese grado de enajenación o de insulto a la inteligencia
viven.
Como bien indica Rallo en este tuit, como la izquierda es todo lo
contrario, debería aplicar precisamente todo lo contrario a dicho régimen, esto
es, bajar impuestos, bajar el gasto público, privatizar la economía, respetar
la propiedad privada, garantizar la seguridad jurídica, eliminar los controles
de precios (de productos, vivienda...), eliminar el salario mínimo, respetar la
independencia judicial...y que no falte por su parte, convocar elecciones
cumpliendo tu palabra y ejercitando y respetando así la democracia para la que
supuestamente estabas ocupas dicho cargo.
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