martes, 8 de enero de 2019

Trabajo tumba las restricciones de tráfico de Carmena: los límites fijados son inocuos para la salud

Manuel Llamas muestra la gran manipulación y engaño al ciudadano (con todos los perjuicios e incomodidades que les está provocando, incluido a nivel económico) que está llevando a cabo el gobierno de Madrid de Carmena (Ahora Madrid-Podemos) con la cuestión de las constantes restricciones al tráfico, aparcamiento y velocidad en la capital. 


Y es que lo importante no es la ciencia, no es la realidad de los hechos. Lo importante es la instrumentalización de causas atractivas (la salud, el medio ambiente...) para llevar a cabo todo un conjunto de injerencias supeditadas a la ideología, la ingeniería social, el control masivo de la sociedad civil, los lobbies afines...con la intención de obtener justificación o suberfugios e intentar obtener rédito electoral apropiándose de dichas causas. Y para ello es vitar crear alarmismo social en las mismas, mostrándose ellos como los salvadores y preocupados por tales problemas (por inventados, exagerados o distorsionados que puedan ser) y echarlos como arma arrojadiza a todo aquel que los discuta (quien no ceda a su chantaje y masivo control social y aumento paulatino de su poder (de la apropiación de tus recursos) será el enemigo de tal causa justa (esa es la clave de la demagogia). 
Artículo de Libre Mercado: 
Gran Vía de Madrid | David Alonso Rincón
El Ayuntamiento de Madrid activó en Navidad el escenario 1 del protocolo anticontaminación durante seis días consecutivos, hasta el pasado lunes, tras registrar una concentración de dióxido de nitrógeno (NO2) en la atmósfera superior a los límites fijados por la normativa. Este escenario obliga a reducir la velocidad de circulación a 70 kilómetros por hora en la M-30 y en las vías de acceso en el interior de la M-40.
Este gas contaminante se asocia, sobre todo, al tráfico rodado, ya que lo emiten directamente los vehículos, especialmente los diésel. El reglamento vigente fija un valor límite anual de 40 microgramos por metro cúbico (µg/m³) y un valor límite horario de 200 µg/m³. El equipo que lidera Manuela Carmena establece hasta cinco escenarios diferentes en función de dichos umbrales:
  • Escenario 1:entra en vigor cuando dos estaciones de una misma zona superan, simultáneamente, los 180 µg/m³ de NO2 durante dos horas consecutivas. Se reduce la velocidad a 70 km/h en la M-30 y en los tramos de vía interurbana de las carreteras de acceso a Madrid, en ambos sentidos, comprendidos en el interior de la M-40.
  • Escenario 2: cuando se registran los niveles previos durante dos días consecutivos o cuando dos estaciones de una misma zona superan, simultáneamente, 200 µg/m3 durante dos horas consecutivas. En este caso, se prohíbe tanto estacionar como circular por y dentro de la M-30 a coches y ciclomotores que no tengan clasificación ambiental de "cero emisiones", "eco", "C" o "B".
  • Escenario 3: cuando se registran tres días consecutivos con superación de los niveles señalados en el primer caso o dos días consecutivos con el segundo. Aquí la prohibición de circular a esos mismos vehículos se extiende a todo el término municipal, mientras que la prohibición de estacionar se aplica a todas las plazas y horarios del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER).
  • Escenario 4: cuando se registran cuatro días consecutivos con dos estaciones de una misma zona superando, simultáneamente, 200 µg/m3 durante dos horas consecutivas. Se prohíbe circular por y dentro de la M-30 a vehículos y ciclomotores que no tengan clasificación ambiental de "cero emisiones", "eco" o "C", así como estacionar en las plazas y horarios SER a los que no tengan la clasificación de "cero emisiones" o "eco".
  • Escenario de alerta: cuando tres estaciones de una misma zona superan, simultáneamente, 400 µg/m3 durante tres horas consecutivas. Se prohíbe circular en todo el término municipal a vehículos y ciclomotores que no tengan clasificación "cero emisiones" o "eco", y se impide estacionar en todas las plazas y horarios SER a vehículos que no sean de "cero emisiones".
A modo de resumen, se observa, por tanto, que los límites horarios de contaminación fijados por el Ayuntamiento oscilan entre los 180 y los 400 µg/m³ de NO2 para restringir el tráfico en menor o mayor medida. Lo curioso, sin embargo, es que estos umbrales son inocuos para la salud, según los estándares que emplea el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, adscrito al Ministerio de Trabajo.

En un informe sobre el impacto toxicológico de este gas, el Gobierno hace alusión a varios estudios científicos para fijar el límite a partir del cual la exposición a NO2 resulta perjudicial para la salud de los trabajadores, y la cuestión es que los resultados son muy superiores a los que fija el protocolo de Carmena:
  • A largo plazo (exposición crónica), análisis realizados en garajes de autobuses diésel y minas de sal y carbón no mostraron efectos adversos del NO2 sobre la función pulmonar con límites superiores a los que incluye el citado protocolo municipal.
  • a corto plazo (exposición por horas) tan sólo se observaron "signos iniciales de reacciones inflamatorias" en el sistema respiratorio a partir de concentraciones de NO2 de entre 2.850 y 3.800 µg/m³. Además, se considera que un nivel de 950 µg/m³ carece incluso de efectos adversos para la población asmática.
Por ello, el Ministerio de Trabajo concluye que, a largo plazo, una exposición laboral equivalente a 950 µg/m³ de NO2 "parece segura" (casi 20 veces más que el límite anual de 40 µg/m³); mientras que, a corto plazo, los primeros efectos negativos en humanos se observan a partir de 2.850 µg/m³, razón por la cual el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo establece el límite horario de exposición laboral en 1.900 µg/m³ de NO2, diez veces más que el umbral mínimo que fija Madrid para activar el protocolo anticontaminación.
De hecho, ni siquiera superar el umbral de 400 µg/m³ que incluye el "escenario de alerta" resultaría especialmente peligroso para la salud, según los estándares que emplea el propio Gobierno, demostrando así que las polémicas restricciones al tráfico pecan más de alarmismo político que de realidad científica.

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