Es otra muestra de la voracidad del Estado y de los políticos, que extienden tal idea (como positiva) mediante el constante adoctrinamiento a través de sus múltiples herramientas (a partir de la educación, activismo político y medios de comunicación) y mediante la creación creciente de redes clientelares, al conjunto de la sociedad, para hacer esclavos sumisos sin resistencia alguna.
Tal voracidad no tiene límites, pero ni aún así da para financiar sus cuantiosísimos e insostenbiles gastos (para ello, y para evitar mayor resistencia e impopularidad recurren a la deuda pública, cuyo coste se paga sobremanera vía intereses y con crisis de deuda posteriores, dejando un pésimo legado a futuro).
Las promesas sin fin de aumento de gastos en cada partida, de nuevas partidas inventadas en las que se mete el Estado...lleva a la imposibilidad de financiación, pese a subidas históricas de impuestos (y pese a estar en la parte alta del ciclo económico, con una mayor actividad económica, generadora de mayores ingresos fiscales y pese a disfrutar de los tipos de interés más bajos de la historia).
Así, maneras de complementarlo es generar ingresos cómo sea. La desvergüenza es tal, que:
-Primero rescatan ciertas autopistas (en lugar de dejarlas quebrar y que otro se ocupe de ellas a precios de mercado) para que sigan funcionando igual. Primera intromisión negativa (y mucho para el bolsillo del ciudadano) del Estado. Además es una quiebra y un problema que ha generado el propio estado. Primero, haciendo una pésima asignación de los recursos haciendo autovías al lado de autopistas a las cuales les había dado concesiones, generando competencia desleal y provocando la quiebra de las autopistas al duplicar carreteras. Y segundo, como no emplean precios de mercado, sino que gastan por gastar sin considerar necesidades ni costes de oportunidad, crean muchos más km de carretera de los necesarios (duplicando además) disparando los costes de mantenimiento, que suponen un gasto inasumible para la capacidad o nivel de riqueza del país.
-Luego te dicen que serán gratuitas (lo cual es falso, pues la gratuidad de quien las emplee será financiada vía impuestos por el resto de ciudadanos, que en gran medida ni siquiera las emplearán). Segunda intromisión negativa y enormemente injusta del Estado.
-Más tarde te dicen que el gasto en la red de carreteras es muy grande, pero ese gasto ya lo hemos pagado y su mantenimiento lo pagamos con los enormes impuestos anuales que damos a la fuerza cada año. Además, llevan a cabo una política de persecución y recaudación brutal para poner multas (no por seguridad, sino para ingresar más dinero), que supuestamente va dirigida para la conservación de carreteras (lo cual es falso, pues es empleado en otros gastos más electoralistas).
-Y pese a todo, te dicen en el colmo de la desvergüenza, que ahora, las autovías también habrá que hacerlas de pago, para quitarte de tu bolsillo más y más dinero para beneficio propio, mientras hacen a la gente cada vez más dependiente del Estado. Los mismos que te dicen que todas sus promesas absurdas e inviables las van a pagar solo los ricos (lo cual es inviable, pero esa es la mentira que pretenden que creas), mientras se descojonan a tus espaldas una vez se han apagado los micrófonos y han salido de la sala.
Ramón Muñoz informa en el siguiente artículo.
Artículo de El País:
El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. ÁLVARO GARCÍA | EUROPA PRESS
El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ha instado a buscar una fórmula, “sea la que sea”, para asegurar el mantenimiento de las autovías, que tiene un coste anual para el Estado de 11.000 millones de euros, y que se hace inviable porque cada vez hay más kilómetros (20.000 actualmente) y menos recursos públicos.
Ábalos ha llamado a reflexionar sobre el mantenimiento de la red de carreteras, incluidas autovías y autopistas, “la única infraestructura de transporte que se pretende que sea gratuita”, cuando por el resto, como puertos, aeropuertos y vías ferroviarias se pagan distintas tasas o cánones.
Además, salvo en las autopistas de peaje, en el resto de vías no hay ninguna contribución por parte de ninguno de los usuarios, "ya no digo los vecinos, sino los turistas o camiones que producen un deterioro de la vía y sin reversión alguna”, ha indicado.
Las palabras del ministro abren la puerta a la instauración de un posible pago por el uso de las autovías hasta ahora gratuitas. Precisamente, la patronal de grandes constructoras y concesionarias Seopan propuso la semana pasada la extensión de peajes a toda la red viaria de gran capacidad (autovías y autopistas) con concesiones a 25 años, lo que aportaría al Estado entre 60.000 y 110.000 millones de euros, dependiendo de las tarifas aplicadas. Seopán también aboga por la implantación de sistemas de peaje inteligente para el acceso y salida a las grandes ciudades, como Madrid o Barcelona,
“Queremos apostar por un modelo de sostenibilidad como ocurre también en Europa. Sea el que sea, pero que tengamos un modelo y no diversos modelos con experiencias diversas en cada territorio”, ha dicho Ábalos, quien ha instado a las formaciones políticas a buscar un modelo igualitario que no discrimine a los usuarios según los territorios.
Gratuidad de la AP-1
Justamente, el ministro de Fomento instaba a esta reflexión tras confirmar que partir del 1 de diciembre se podrá circular por la AP-1 (Burgos-Armiñón) sin pagar peaje, e insistió en que se mantiene la decisión de no prorrogar las concesiones de autopistas de peaje que vencerán durante la actual legislatura tal y como adelantó EL PAÍS y que, en algunos casos, ya se ampliaron 24 años más de lo previsto inicialmente.
Las autopistas afectadas serían la AP-1 Burgos-Armiñón, cuya concesión finaliza el 30 de noviembre, y las autopistas AP-7 Tarragona-Alicante y AP-4 Sevilla-Cádiz, cuyo periodo concesional acaba el 31 de diciembre de 2019. Seopán calcula que la eliminación del peaje de la AP-1 tendrá un coste anual solo en peajes para el Estado de 3o millones de euros.
FUTURO INCIERTO PARA LAS AUTOPISTAS RESCATADAS
El Ministerio de Fomento ha dejado en suspenso el anunciado concurso público para volver a ceder a empresas privadas la explotación de las nueve autopistas rescatadas por el Estado hasta que no concluya el cálculo de la factura que este rescate tendrá para las arcas públicas, según aseguró el titular del departamento, José Luis Ábalos.
El Gobierno mantiene en 1.800 millones de euros la estimación del anterior Ejecutivo de la denominada Responsabilidad Patrimonial de la Administración que deberá abonar a las primeras concesionarias, mientras que las empresas que eran titulares de las vías y los fondos que se quedaron con su deuda elevan este importe a entre 3.700 y 5.000 millones de euros. Fomento tiene de plazo hasta los próximos días 13 de enero y 20 de enero de 2019 para determinar esta factura, dado que, según la legislación, debe atenderla en los seis meses posteriores a la resolución de los contratos de concesión, anulación que se produjo el pasado verano.
El anterior Gobierno preveía volver a licitar a lo largo de este año las nueve autopistas que quebraron con el fin de recaudar entre 700 y 1.000 millones de euros. Las autopistas nacionalizadas son las cuatro radiales de Madrid, la M-12 Eje Aeropuerto, que une la capital con el aeropuerto de Barajas, la Madrid-Toledo, la Ocaña-La Roda, la Circunvalación de la Alicante y la Cartagena-Vera.
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