martes, 15 de diciembre de 2015

Bajar los impuestos para crear empleo

Juan Manuel López-Zafra analiza la cuestión de los impuestos a las empresas, a raíz del último informe de competitividad global del WEF sobre la prosperidad y productividad de los distintos países del mundo. 

Y España, desde luego no sale bien parada, pese a las múltiples falsedades lanzadas (como la estupidez más que refutada pero no por ello menos repetida de decir que las grandes empresas pagan solo el 5%) por diversos partidos para justificar mayores subidas de impuestos, crear confrontamiento y atraer el voto mediante el engaño y la manipulación de trabajadores, pequeños empresarios o desempleados, mostrándose así como los salvadores de "tamaña injusticia". Y sin considerar por supuesto, que el impuesto de sociedades solo es uno más de los que padecen las empresas (y los trabajadores, pues implican menos empleo y salarios, menores beneficios, en consecuencia menor inversión, en consecuencia menor productividad y nuevamente en consecuencia menores salarios para el trabajador). 
Desgraciadamente, la tributación fiscal total es un freno a la inversión, al emprendimiento y a la creación de empleo. Aumentar el peso de las cadenas por parte del político no será nunca la solución, sino todo lo contrario. 
Artículo de El Confidencial:
Foto: El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. (Reuters)Reuters
“You don’t pay taxes–they take taxes”. Chris Rock
"Our tax rate highly disadvantages American multinational high-tech businesses". Ian Read, CEO Pfizer


El último informe de competitividad global 2015-2016 del World Economic Forum (WEF, disponible aquí) proporciona, como ya es habitual, indicadores acerca de la prosperidad y la productividad de los distintos países del mundo. El 'Business Insider', en su edición del 8 de octubre, se centra en uno de los indicadores, en concreto la presión fiscal ejercida sobre las empresas. El WEF emplea como tal el tipo impositivo total, definido por el Banco Mundial como
  • “la suma de cinco tipos diferentes de impuestos y contribuciones a pagar después de contabilizar las deducciones y exenciones: impuesto de sociedades, las cotizaciones sociales y los impuestos laborales pagados por el empleador, impuestos sobre la propiedad, impuestos sobre el volumen de negocios y otros impuestos menores”.
Esto es, incluye todos los impuestos que recaen sobre el empresario pero no aquellos que gravan al trabajador.
La lista de los 20 países de mayor presión fiscal del mundo la encabeza Argentina. En ella se encuentran asimismo Bolivia, Tayikistán, Colombia, Mauritania, Brasil, Guinea, Nicaragua, Venezuela, China (ese para algunos “paraíso del capitalismo salvaje” que gobierna con mano de hierro el Partido Comunista), Chad, Gambia, Benín, Túnez y la India junto con otros tres países. Tal y como podemos observar, y quitando quizás a Colombia, ninguno parece cumplir las condiciones para considerarse un lugar apropiado donde llevar a cabo un proyecto inversor.
Los otros tres países son Francia (que ocupa el 9º puesto, con una deuda pública de 33.000 euros por cabeza), Italia (el 12º, con 36.000 euros de deuda pública por cabeza) y… España, que ocupa el 19º (y con una deuda pública per cápita que alcanza los 23.000 euros). Es decir, de todos los países del mundo, un total de 140 analizados, España ocupa la decimonovena plaza en cuanto a presión fiscal empresarial.
No parece que esa información sea compatible con la que los medios suelen dar señalando cifras que varían entre el 3,5% y el 6%, o con las habituales campañas de los por otro lado bien intencionados grupos como Intermón Oxfam; puede verse en este sentido su informe de marzo de este año, 'Ilusión fiscal', en el que arremete contra una supuesta evasión fiscal de las empresas españolas y que nadie, ni siquiera los técnicos de Hacienda, es capaz de cifrar con seriedad sin recurrir a elucubraciones diversas.
No parece que la mejor forma de influir en la sociedad sea demonizando a quienes proporcionan empleo y permiten de este modo que los trabajadores podamos apoyar, con nuestro ahorro, al tercer sector. Afirmaciones falsas como “Cada año, las grandes empresas aportan tan solo un 5,3% de sus beneficios contables. Muy lejos de lo que marca la ley tributaria (un 30%)” son la base de un informe en el que se confunde (y son tantas ya las veces que se les ha señalado que no cabe pensar en error) el beneficio contable (el que generan con su actividad en todo el mundo, y que es gravado allí donde se obtiene) con la base imponible (la única que legalmente puede y debe ser gravada por Hacienda, resultante de aplicar los ajustes por consolidación y la exención por doble imposición). 
El problema fundamental que gravita sobre este tipo de informaciones fiscales es que buscan un objetivo claro: aumentar la factura fiscal de las empresas, alegando beneficios estratosféricos y salarios dignos de futbolista del 'top ten' para muchos directivos. Dejando aparte la retribución de los directivos, que es algo que compete a los accionistas, que son los legítimos propietarios de las empresas y quienes finalmente deberían decidir si tales sueldos son merecidos o no, lo que nunca recuerdan estos informes es que el impuesto de sociedades es uno más de los que soportan las empresas.
Otro muy importante es el de las cotizaciones sociales. En 2013, la Seguridad Social recaudó casi 100.000 millones de euros de empresarios y trabajadores; dos de cada tres euros (73.500 millones) provinieron de los primeros. En 2015, el presupuesto de la Seguridad Social recogía casi 75.000 millones de ingresos provenientes de los empleadores. A pesar de seguir inmersos en la crisis más larga y que más empresas ha destruido de los últimos 40 años, la Seguridad Social plantea un incremento del 2% de los ingresos sobre lo recaudado solo dos años antes.
La serie larga de ingresos tributarios por el impuesto de sociedades nos permite ver la amplitud de la crisis. En el pico de la burbuja, el impuesto recaudaba casi 41.500 millones de euros, cuando en la actualidad lo hace en 18.600 millones, un 55% menos. Y, a pesar de todo, el impuesto ha recaudado más cada uno de los tres últimos años.



Evolución de la recaudación del Impuesto de Sociedades 2004-2014 (serie larga). Fuente: AEAT. 'Informe anual de recaudación tributaria' (años 2008-2010-2014).
Conviene prestar atención a lo ocurrido en los últimos años. El valle de los ingresos se produce en 2010, coincidiendo con el último año de la legislatura anterior. A partir de ese momento, los ingresos fiscales en relación con el citado impuesto no hacen sino crecer, pasando de más de 13.000 millones de euros a más de 18.600 millones en 2014. Es decir, en plena crisis económica las empresas han incrementado su factura fiscal en un 42%.


Evolución de la recaudación del Impuesto de Sociedades. Detalle 2010-2014 (serie corta). Fuente: AEAT. 'Informe anual de recaudación tributaria', año 2014.
Así pues, quizá convendría tomar un poco de distancia y estudiar las cifras oficiales con más detalle del que solemos. Y darnos cuenta de que si España fuese ese cuasi paraíso fiscal para las empresas que señalan algunos, las empresas harían cola para invertir aquí y no en Irlanda, como señalaba en un reciente artículo. La propia Irlanda del Norte, la histórica provincia del Ulster bajo Gobierno británico, ha decidido que en abril de 2018 rebajará su impuesto de sociedades hasta el 12,5% imitando a sus provincias hermanas para así crear “miles de empleos”, tal y como recogía el FT.
Que impuestos más bajos aumentan la recaudación lo reconoce hasta el director de la Agencia Tributaria, quien en la inauguración de unas jornadas tributarias el pasado día 19 de noviembre señaló, quizá sorprendido, que la recaudación tributaria hasta octubre "va muy bien", a pesar de la bajada impositiva que se adelantó al 1 de julio. Y no solo es Laffer quien lo explica; rebajar impuestos permitiría atraer a Apple, Google o Pfizer (que aportará más de 6.000 millones de dólares a las arcas irlandesas tras su fusión con Allergan, dejando de aportar más de 20.000 millones a las norteamericanas en los próximos 10 años) y no expulsar el empleo y el talento de quienes, como Grifols, han decidido emigrar al antiguo Tigre Celta para mejorar así los resultados de sus accionistas.
El precio de una acción recoge toda la información disponible y descuenta todas las expectativas, enseñamos en la universidad. Comparen pues la de esta empresa catalana con la evolución del Ibex en el mismo periodo y extraigan sus conclusiones.


Rendimiento Griffols vs. Ibex35 desde el 23/oct (anuncio de cambio de sede) hasta el 10/dic. Yahoo! Finance.

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