Roy Bobadilla muestra un ejemplo de lo que ocurre SIEMPRE en el mundo real, alejado del mito, propaganda, utiopías e idealismo, cuando se aplican las recetas socialistas y comunistas.
Su profundo desconocimiento del mercado y de sus procesos de funcionamiento le llevan a ideas y análisis de la realidad profundamente erróneos y medios terribles (para quienes los sufren) para fines nunca alcanzados ni justificados por dichos medios.
Su profundo desconocimiento del mercado y de sus procesos de funcionamiento le llevan a ideas y análisis de la realidad profundamente erróneos y medios terribles (para quienes los sufren) para fines nunca alcanzados ni justificados por dichos medios.
Artículo de Eldeforma:
Cuando la fantasía se topa con la realidad
Un sujeto vivió en carne propia la razón por la que las políticas comunistas y socialistas están invariablemente condenadas al fracaso al intentar regentar su negocio bajo esquemas marxistas y colectivistas e irse a la quiebra.
Se trata del Garden Diner and Café, un restaurante de comida vegana y vegetariana cuyo modelo de negocio no permitía la existencia de jefes o gerentes, era dirigido por los propios trabajadores con salarios fuera de la realidad y permitieron la entrada de un sindicato al que le dieron mucho poder.
Este modelo de negocio le impidió generar las ganancias necesarias para mantenerse abierto, así que hubo que cerrar las puertas.
Las largas filas y tiempos de espera, los altos precios y los horarios sin control (los empleados definían a qué horas querían trabajar cada día) hicieron que la gente no soportara más el lugar y le diera la espalda, a pesar de haberse ganado una reputación como uno de los 10 nuevos restaurantes veganos más “hot” de Grand Rapids, Michigan.
En la página de Facebook del lugar, la gente se quejaba de tener que esperar hasta 40 minutos para recibir un sandwich, esto cuando el restaurante se dignaba a estar abierto, pues el horario se decidía de forma grupal entre todos los trabajadores, así que cada día abrían y cerraban a diferentes horas, dejando a los clientes confundidos.
Tampoco es que ver asesinos de masas dibujados en las paredes abra mucho el apetito.
También se quejaron de que la política de“mismo pago, no propinas” no permitió que hubiera incentivos para que los empleados ofrecieran un buen servicio. Los clientes no tenían permitido dar propinas porque todos tenían que ganar lo mismo.
“No debes intentar manejar tu negocios con adoctrinamiento político”, le dejaban en los comentarios.
Su intención de darle gusto a todos los llevó a quedar en situaciones de perder-perder, como cuando ofrecieron comida gratis a unos policías por mantener seguro el vecindario y socialistas locales los acusaron de “simpatizar con fascistas en la era de la violencia policíaca” (como si fascistas y socialistas fueran tan diferentes).
Así que, después de experimentar de primer mano los problemas que genera la plaga del comunismo, no tuvieron más remedio que decir adiós.
“No puedes pagar cuentas y sueldos con likes de Facebook y Tumblr”, descubrió uno de los miembros de la comunidad.
El dueño, por su parte, admitió el error.
Cuando se le preguntó cuál sería su siguiente proyecto, se limitó a contestar “tomarme unas vacaciones”, mientras que todos sus trabajadores ahora están desempleados. ¡Qué burgués!
Nada grita EPIC FAIL como ver “marxista y vegano” en el mismo párrafo.
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