jueves, 29 de diciembre de 2016

Los coches o la gestión ideologizada

José Luís Montesinos analiza la creciente gestión ideologizada en Valencia, al respecto de la persecución de los coches. 

Lo de gobernar para todos y por el bien de todos y no solo de sus clientes minoritarios no va con ellos...

Artículo de ValenciaOberta:

Eliminar un carril de circulación de una vía que va saturada, generalmente, no parece una buena idea. Por muy loable que fuera la causa, sería necesario al menos la ejecución de soluciones alternativas para descongestionar la mencionada vía. Lo que pasa es que el tráfico, como el agua de lluvia, baja muchas veces por donde le da la gana. Hacerlo para sustituirlo por un carril bici habrá quien lo alabe. Veremos la utilidad del mismo. En los alrededores existen carriles bici realizados de la misma manera por el consistorio anterior que no usa casi nadie. Los alrededores son Micer Mascó y la vía saturada Doctor Moliner, en Valencia.

Preocupantes son las campanas que anuncian la eliminación de gran número de plazas de aparcamiento en la Avenida de Aragón. Claro es que Ribó y compañía le tienen mucha manía al coche. No importa que cada vez contaminen menos, híbridos y teslas mediante. Qué cada vez más voces científicas se alcen contra el no-consenso del Cambio Climático antropogénico. Y sobre todo, no importa un carajo que usted y yo tengamos que utilizar el coche como herramienta de trabajo. Qué los atascos y la falta de aparcamiento minen nuestra productividad y por lo tanto nuestros sueldos. No importa en definitiva nada más que gobernar para la minoría muy minoritaria que votó a Compromís, y no para todos los valencianos.
Lo fundamental es mantener el chiringuito. Mantener al ciudadano asfixiado. Mantener la ideologización de la gestión, en lugar de gestionar y punto. Puedo entender que decisiones políticas se tomen desde un punto de vista ideológico, pero no me cabe en la cabeza que la gestión del día a día deba estar impregnada de un tufo progre y ecologeta en cada actuación de calado.
Llevarse todos los coches aparcados en el carril bus de Centelles y Matías Perelló, el viernes víspera de Nochebuena, cuando en ese carril bus se ha podido aparcar desde tiempo inmemorial, porque alguien cambia las reglas del juego sin avisar, seguro que genera un flujo de caja muy interesante en favor del Ayuntamiento. Y las grúas gastan gasolina. Y la calle ahora parece más ancha ¿Aquí no toca carril bici? Mejor hacer caja. Mejor cabrear a un montón de ciudadanos, votantes imagino, a costa de llevar a cabo otro atraco.
Es evidente que los que defienden que las máquinas debería pagar seguridad social o que mejor el taxi que Uber entre otras estupideces – o lo que es equivalente a defender a los fabricantes de velas y candelabros frente a los de bombillas, por ejemplo – le tienen mucha manía al coche, irónico si se piensa. Habrá que volver pues al carro, a ir andando a todas partes o ir en bici y a volver a la productividad del siglo XIX, con los salarios del siglo XIX y muriéndonos a los cuarenta. Pues no. Nos ha jodido. Y luego que si gana el PP.

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