miércoles, 21 de diciembre de 2016

La regulación de los deberes como síntoma

Juan Manuel López-Zafra analiza la cuestión de la regulación de los deberes (otra más) que se debate hoy en día en España, cómo se da en otros países y sus repercusiones. 


Artículo de El Confidencial: 

Foto: Algunos padres han pedido que se regule la cantidad de deberes. Algunos padres han pedido que se regule la cantidad de deberes.

“Whenever regulation increases, personal freedom decreases”, Alan Wilson
Vuelve a surgir con fuerza la posibilidad de 'prohibir' los deberes escolares. Al menos las organizaciones de padres (y madres) se han manifestado radicalmente en contra de los deberes, llegando a plantear una huelga de padres (y madres) para lograr su objetivo: lograr que una ley prohíba los deberes. “El 48,5% de los padres de la escuela pública considera que los deberes afectan de forma negativa a su vida familiar, señala en su comunicado esta organización. Debemos entender entonces que antes no lo hacían, aun cuando siempre han existido. La cuestión no es nueva ni es exclusiva de España, por supuesto.
En Francia, el presidente Hollande intentó prohibir los deberes en 2012, apoyándose en una ley de 1956 que lo hacía en la escuela primaria y que jamás llegó a aplicarse realmente. Cuatro años después de aquel brindis al sol, la situación en Primaria es de al menos 30 minutos de lectura o matemáticas diarias, mientras que en el Collège (de 6º Primaria a 3º ESO) los alumnos estudian, en intensidades crecientes, no menos de una hora diaria de media; en Lycée (4º ESO, 1º y 2º Bachillerato) los alumnos trabajan no menos de dos o tres horas diarias; especialmente intenso es el último curso, en el que los alumnos se enfrentan a su reválida de Bachillerato (el Bac, o Baccalauréat), con exámenes de especialización de no menos de tres horas cada uno; la preparación, después de haber comenzado las clases a las nueve de la mañana y no acabar antes de las cinco, les lleva al menos tres horas cada día, durante al menos seis de los siete que tiene la semana. Curiosamente, diversos sondeos llevados a cabo tras la yerma decisión de Hollande señalaron que siete de cada 10 franceses se oponían a la medida regulatoria.

En el Reino Unido, el Gobierno recomienda (pero no regula) de 45 a 90 minutos diarios en 6º Primaria y 1º de la ESO (siete y ocho años), de una a dos horas al día en 2º de la ESO (nueve años), y de 1,5 a 2,5 horas al día en 4º de la ESO y 1º Bachillerato (10 y 11 años). Siempre que un colegio limita o elimina los deberes, es noticia en la prensa nacional.
En la República de Corea, uno de los países que más rápidamente han evolucionado en excelencia educativa en los últimos 50 años, tal y como refleja su posición dentro de los 10 primeros del último informe PISAlos alumnos van al colegio de nueve de la mañana a cinco de la tarde; de acuerdo con los estudios llevados a cabo en 2012, el tiempo dedicado a los deberes es de los más bajos de la OCDE. Sin embargo, muchos de los alumnos prolongan su actividad escolar en centros privados, los denominados Hagwons, a partir de las cinco de la tarde, en muchos casos hasta las 10 de la noche, no comenzando las tareas escolares hasta entonces. Con una presión muy intensa ejercida sobre el alumnado, pues se considera que la educación es la mejor forma de promoción social, el país prácticamente se paraliza cuando llegan los exámenes de acceso al Bachillerato; las oficinas abren más tarde para no interferir, e incluso los aviones tienen prohibido sobrevolar los centros donde se realizan los exámenes.



Encabeza Singapur el 'ranking' de PISA en sus tres apartados. Allí, los alumnos trabajan aproximadamente 9,5 horas a la semana fuera del aula, el doble de horas semanales que la media de la OCDE. En Alemania, tienen deberes desde el primer día de clase de la escuela primaria, con ritmos variables y crecientes que parten de una media hora diaria, no existiendo tampoco allí una norma que regule los deberes, que son muchos y en los que el énfasis es especial en las que el sistema en su conjunto entiende que son las patas fundamentales sobre las que apoyar el progreso: lectura, redacción y aritmética.
No existe una clara asociación entre la puntuación promedio alcanzada en PISA y las horas dedicadas oficialmente a los deberes por los alumnos, tal y como el gráfico permite apreciar.



Elaboración propia a partir de OCDE: Resultados de PISA 2012 en Foco
Elaboración propia a partir de OCDE: Resultados de PISA 2012 en Foco
Sin embargo, el mismo informe de PISA 2012 señala claramente que “los colegios cuyos estudiantes dedican más horas a los deberes u otro estudio encargado por los profesores tienden, de media, a obtener mejores resultados”. En el estudio de 2014 'Does homework perpetuate inequities in education?', basado en los datos del referido informe PISA 2012 que presentamos en el gráfico anterior, la OCDE señala que “en la mayoría de los países, el tiempo de deberes está correlacionado con los resultados del alumno”.
No es distinto lo que ocurre con los deberes de lo que ocurre con el resto de nuestra actividad. Al final, todo aquello que plantea el enfrentarse a la propia responsabilidad de los actos está penalizado y debe ser regulado por el Estado, que interfiere en nuestras vidas desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. El huso horario está sometido a la decisión política y se estudiará si debemos volver al que nos corresponde de forma natural, corrigiendo la voluntad de otro político que dictó al respecto. La jornada laboral deberá acabar a las 18:00 de forma imperativa, porque así lo pretenden nuestros representantes en el Parlamento, introduciéndose de forma ilegítima en las decisiones que solo pueden tomar los afectados, dado que cada sector y cada empresa conoce sus restricciones.
“Los padres lo piden”, expresó con su mejor fe una diputada de la cuarta fuerza política nacional a un buen amigo en Twitter, quien se rebeló contra el concepto agregador de 'los padres' señalando que él no había pedido nada en relación a la pretendida regulación de los deberes. La excusa de la desigualdad (los padres con más titulación y/o más nivel económico podrán ayudar más y mejor a sus hijos) vuelve a plantearse como definitiva. De acuerdo con ese razonamiento, siempre será mejor, entiendo, que todos sean iguales; aunque esa igualdad sea por abajo e impida desarrollarse a los mejores. Siempre será mejor que nuestros hijos jueguen más horas a la videoconsola que destinar ese dinero a su formación. Lo que importa es su felicidad ahora. No importa lo que ocurra mañana, pues el Estado proveerá.

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