Elentir sobre el creciente totalitarismo inquisitorial de género.
Artículo de Contando Estrelas:
Cuando la inquisición de género acosó a la profesora Alicia Rubio,
yo no dije nada.
No era Alicia Rubio.
yo no dije nada.
No era Alicia Rubio.
Cuando la inquisición de género adoctrinó a los niños en las escuelas,
yo no dije nada.
No tenía hijos.
yo no dije nada.
No tenía hijos.
Cuando la inquisición de género llamó “maltratadores” a los provida,
yo no dije nada.
No era provida.
yo no dije nada.
No era provida.
Cuando la inquisición de género convirtió las denuncias falsas en un negocio,
yo no dije nada.
No me habían denunciado.
yo no dije nada.
No me habían denunciado.
Cuando la inquisición de género linchó a dos actores por elogiar la belleza de una actriz,
yo no dije nada.
No era ninguno de esos actores.
yo no dije nada.
No era ninguno de esos actores.
Cuando la inquisición de género prohibió a profesores decir “niños” y “niñas”,
yo no dije nada.
No era profesor.
yo no dije nada.
No era profesor.
Cuando la inquisición de género injurió y amenazó a un youtuber por parodiar el feminismo,
yo no dije nada.
No era youtuber.
yo no dije nada.
No era youtuber.
Cuando la inquisición de género multó a un director de colegio por discrepar,
yo no dije nada.
No era director de colegio.
yo no dije nada.
No era director de colegio.
Cuando la inquisición de género persiguió a Hazte Oír por decir una obviedad,
yo no dije nada.
No era de Hazte Oír.
yo no dije nada.
No era de Hazte Oír.
Cuando la inquisición de género tachó de “machismo” invitar a una mujer a un café,
yo no dije nada.
No me gustaba el café.
yo no dije nada.
No me gustaba el café.
Cuando la inquisición de género vino a por mí,
ya no quedaba nadie que se atreviese a abrir la boca,
y nadie protestó.
ya no quedaba nadie que se atreviese a abrir la boca,
y nadie protestó.
(En homenaje a Martin Niemöller, autor del original, y a Alicia Rubio, que ayer fue objeto de un miserable acto de acoso organizado por Podemos. Un fuerte abrazo, Alicia).
P.D.: te animo a comprar el libro de Alicia en Amazon (pulsa aquí). Ya que los enemigos de la libertad ponen tanto empeño en prohibirlo, los que amamos la libertad deberíamos poner aún más empeño en difundirlo. No dejes que nadie decida por ti lo que puedes leer y lo que no.
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