domingo, 19 de marzo de 2017

Miami, la antítesis de Detroit: baja impuestos, reduce deuda y rompe con los sindicatos

El exitoso modelo de Miami, de corte liberal en los últimos ocho años, contrasta bien con el fracasado modelo de Detroit. 

Y la evidencia de los resultados es patente tras llevar a cabo dichas medidas (que aquí tampoco se quieren ni oir...).


Artículo de Libre Mercado
Miami, Florida | Wikipedia

Gracias a un seminario organizado por la Fundación Iberoamericana para la Libertad, Libre Mercado tuvo la oportunidad de conocer de primera mano los ingredientes liberales de la exitosa administración de Miami. Desde hace ya ocho años, el ayuntamiento de la ciudad de Florida está en manos de Tomás Regalado, que asumió el cargo en plena tormenta económica, pero ha sabido gestionar la crisis con solvencia.
"Fui elegido alcalde de Miami en 2009, en pleno pinchazo inmobiliario", recuerda Tomás Regalado antes de hacer balance de su paso por la alcaldía. Desde luego que éste no es un detalle menor: el sector de la construcción es especialmente importante en el Estado de Florida y, como no, en la ciudad de Miami.
Regalado asumió un déficit de más de 200 millones de dólares sobre un presupuesto de 1.000 millones. Con un agujero del 20%, tuvo que tomar medidas duras en un contexto económico adverso. "Ya en mi primer presupuesto me puse a tomar decisiones de calado. Tenía que elegir entre subir los impuestos sobre los bienes inmuebles… o hacer lo que hace cualquier familia y gastar por debajo de lo ingresado", explica.
El alcalde de la ciudad estadounidense optó por lo segundo y empezó a aprobar diversos recortes de gasto, con el objetivo de cuadrar las cuentas. "Aquel primer presupuesto fue recibido con cierta alarma. Bajamos todos los sueldos públicos que estaban por encima de los 40.000 dólares y establecimos un 'techo' en las pensiones de los empleados del Ayuntamiento, para que no superasen los 100.000 dólares anuales", explica.
Pero el golpe de tirón más drástico llegó cuando Regalado invocó una desconocida ley que le permitió romper todos los contratos municipales negociados con los sindicatos, alegando que la ciudad estaba en una situación de emergencia fiscal. La Justicia le dio la razón y esto permitió abaratar notablemente el coste de determinados servicios prestados por el Ayuntamiento.
"Conseguimos equilibrar el presupuesto y reducir el gasto en 200 millones de dólares. Pero no nos quedamos aquí, también empezamos a bajar los impuestos inmobiliarios. Miami venía de aumentarlos año tras año y eso había alejado a mucha gente que optó por trasladarse a las ciudades de la periferia. Desde que hemos reducido estos gravámenes, esa gente ha ido regresando a Miami. Al final, eso ha hecho que recaudemos más, porque vuelve a moverse el mercado inmobiliario de la ciudad, en detrimento de las zonas cercanas, que se habían beneficiado de nuestro peor clima fiscal", explica.
El fondo de reserva de la ciudad, una "hucha" creada para capear mejor los escenarios imprevistos, ha crecido de 30 a 180 millones de dólares bajo la Administración Regalado. Las agencias de calificación de deuda S&P y Fitch, que en 2009 consideraban 'bono basura' el pasivo municipal de Miami, reconocen ahora la buena gestión de Regalado y le dan una AAA a las emisiones de deuda de la ciudad.
Según Regalado, "hay un modelo Detroit y un modelo Miami. Aquí impulsamos la economía con menos gasto, con más responsabilidad fiscal, garantizando la seguridad y las infraestructuras, apostando por facilitar la llegada de inversores y la apertura de negocios… Por eso prospera Miami".

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