Son los que vienen a cambiar las cosas, los que llevan la ética por bandera, los ángeles que no piensan en ellos y en aprovechar el poder en beneficio propio (y la primera alarma viene cuando exigen más y más poder, recursos y capacidad de intromisión en todo), y blablabla.
La realidad es siempre la misma, e igual de dura y fácil de observar cuando uno baja de la utopía
Sergio R. Viñas se hace eco en el siguiente artículo de otro nuevo caso esperpéntico de una senadora de Podemos y el fraude (a costa de los necesitados) que cometía...
No se trata de cambiar caras, sino incentivos reduciendo el poder de maniobra y de decisión del político (devolviéndose a la sociedad civil), su grado de intromisión arbitraria en la vida de las personas y agentes económicos y de reducir los recursos a los que meten las manos. No entender esto es no entender absolutamente nada, seguir viviendo en una automentira (muy agradable) y darse luego un golpe de realidad y decepción mucho más grande.
Artículo de El Mundo:
La senadora repudiada por Podemos, Elvira García, saliendo este sábado de su nueva casa en el centro de Vitoria. ARABA PRESS
Hace apenas año y medio, Elvira García era una simpatizante de Podemos en paro que cobraba la Renta de Garantía de Ingresos que concede el Gobierno vasco a personas sin ingresos y que vivía en un piso de alquiler social en el extrarradio de Vitoria. Hoy, es una senadora repudiada por el partido morado, recién adscrita al Grupo Mixto, que acaba de mudarse con sus dos hijos en un piso ubicado en la llamada milla de oro de la capital vasca. Una transformación silenciosa y a espaldas de Podemos, de sus compañeros en el Senado y de Alokabide, la sociedad pública que gestiona las ayudas sociales para la vivienda, con la que amasó una deuda de 5.000 euros.
García se ha mudado recientemente junto a sus dos hijos a una vivienda que ha alquilado en la calle de Olagibel, en pleno centro de Vitoria, según ha podido constatar EL MUNDO. En el mismo portal en el que vive la senadora, se alquila en estos momentos una vivienda de cerca de 200 metros cuadrados por 1.700 euros al mes, más una solicitud de fianza de seis mensualidades. También en ese mismo inmueble, situado frente a la Subdelegación del Gobierno, se encuentra la sede del PP.
Un cambio de vida que llega después del doble escándalo que le ha acompañado en las últimas semanas y que provocó que renunciara a su militancia en Podemos antes de que el partido la expulsara. No obstante, García se ha aferrado a su escaño en el Senado y durante esta semana formalizó su adscripción al Grupo Mixto. Pese a que no apareció en los plenos del martes y el miércoles, sí que acudió a la Cámara Alta para conocer los ingresos que obtendrá a partir de ahora.
García está en el punto de mira desde que hace unas semanas se conoció que no sólo no había renunciado a su vivienda de alquiler social tras ser elegida senadora, sino que acumulaba una deuda de 5.000 euros con Alokabide. La senadora reconoció el impago y se comprometió a subsanarlo, si bien defendió que era su ex marido quien debía abonar esas cantidades. Sus ingresos desde que fue elegida senadora, en diciembre de 2015, eran incompatibles con esta ayuda social, pero García nunca comunicó en Alokabide su condición de cargo público y las alarmas sólo saltaron cuando los impagos condujeron al desahucio.
En un primer momento, Podemos actuó con cautela, ya que García alegaba una relación y separación tortuosa con el padre de sus hijos. Sin embargo, Podemos desveló días más tarde que tampoco había realizado las aportaciones económicas a las que estaba obligada como cargo público de Podemos. García tenía derecho a percibir cuatro salarios mínimos, uno más que la base habitual de Podemos, por ser madre de dos hijos menores. El resto de su salario debía donarlo a la formación.
El partido no ha realizado el cálculo total todavía, pero si como sospechan no ha realizado nunca la aportación que le correspondía, la deuda podría superar los 30.000 euros. Pablo Iglesias le ha exigido que entregue su acta de senadora, pero García se ha negado. «Si lo hiciera, ya no podría volver a cobrar la Renta de Garantía de Ingresos», apuntan fuentes del Senado, que señalan también que sus ingresos han aumentado exponencialmente tras pasar al Grupo Mixto.
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