jueves, 16 de enero de 2020

Así nos engañan con la 'tasa rosa': no es feminismo, es 'hembrismo'

Otra de las viles manipulaciones del feminista discriminatorio actual y empleada como pretendida arma electoral en supuesto favor de la igualdad es la denominada "tasa rosa", pretendidamente justificada por los feministas como una acto de machismo y discriminación contra la mujer como causa de dicha disparidad de precios. 
Ya profundicé en esta mentira en algunos artículos anteriores (tales como este), donde exponía en primer lugar, las causas de dicha disparidad (que nada tienen que ver con el machismo, sino con la oferta y la demanda), y en segundo lugar, y como prueba de lo anterior, que también existe la denominada "tasa azul", por la que por los mismos motivos, los hombres pagan bastante más por otros productos que las mujeres (no por hembrismo, como habría que afirmar siguiendo las simplistas, demagogas, ignorantes e interesadas justificiaciones que pretenden dar para obtener distintos réditos los que viven de este asunto y pretenden obtener privilegios varios). 
Por supuesto, nadie habla de la tasa azul, ni político alguno de eliminar esto, todo lo contrario de lo que ocurre con la tasa rosa. 
Igualdad le llaman...
María Palmero muestra cómo nos engañan con la "tasa rosa", que no tiene nada de feminista, sino de hembrista lo que se está haciendo con este tema. 

Artículo de Voz Pópuli: 
María Jesús Montero  y Carmen CalvoMaría Jesús Montero y Carmen Calvo Gtres
"Esta semana tienes que venir a Discoteca XXX. Las mujeres pasan gratis hasta la una con dos consumiciones. Música latina, el mejor ambiente de toooodo Miami. ¡No te puedes perder la fiestaaaaaa XXX en XXX!".
Escuchaba este anuncio de radio estas navidades, cuando estaba en Estados Unidos. Lo primero que me vino a la cabeza fue "joder, qué morro, quiero quedarme a vivir aquí y no pagar por entrar en garitos". Lo decía mientras recordaba el sablazo que me metieron en la última discoteca que fui en Madrid: 20 euros con una consumición.
Y luego pensé en el lío que había en España con los locales que aun hoy siguen la estrategia de la discoteca americana: ellas no pagan, ellos sí. Algo que es tildado de machista por muchos, cuando en realidad no hay nada de eso, ya que los hombres son los únicos que pierden. Es lo que se conoce como 'tasa azul', pero nadie habla de ella porque vende menos que la 'tasa rosa', que es muy feminista y muy moderna.

Trato discriminatorio, ¿pero para quién?

La razón de los garitos para cobrar más a los hombres es obvia: si hay mujeres dentro, ellos están, en teoría, más tentados a ir al local. Y si no hay hombres, a ellas les da igual ir ahí o a otro sitio, ya que, en la mentalidad del empresario de la noche, ellas siempre tienen a muchos tíos detrás y no están tan interesadas como ellos en tener sexo.
Hay quienes creen que esto es discriminatorio y "machista" para ellas, ya que las convierte en 'mujeres objeto' al ser usadas como 'gancho' para atraer al sector masculino. Yo lo veo como un pase VIPprefiero no pagar a pagar, y si el empresario de turno piensa que puede hacer negocio dejándomelo gratis, pues él verá.
En realidad, tanto el empresario como la mujer salen ganando: él hace su estrategia de marketing y ella se ahorra dinero. El que sale perdiendo, claramente, es el hombre, pero si acepta este trato, la industria seguirá cobrándole más por el hecho de serlo, a pesar de que haya una ley que lo impida.
En las apps para ligar sucede lo mismo: a ellos se les cobra por utilizarlas (y bastante), y a las mujeres les sale gratis. La técnica es similar, y otra vez el hombre es obligado a pasar por un peaje que la mujer se salta si quiere disfrutar del servicio.
Feliz porque ha pasado gratis y tiene barra libre
Feliz porque ha pasado gratis y tiene barra libre

No es machismo ni feminismo: es el mercado

Esto no va a cambiar hasta que los hombres, en este caso, dejen de aceptar convertirse en marionetas de la industria del ligue. A mí me ocurrió, pero a la inversa, en una discoteca de ambiente de la capital, esto es, para hombres gais: a las mujeres nos costaba más dinero la entrada, con una consumición menos. 
"Pero bueno, ¡vaya discriminación!", me quejé a la chica que cobraba. Mi amigo se rió, asintiendo, y me ofreció compartir el precio de mi entrada. "No, no, lo pago yo, pero vamos, que no vuelvo a venir". Esto fue hace un año y medio, y desde entonces no he vuelto a pisar una discoteca gay.
Si los hombres hicieran lo mismo cuando a ellos les piden pagar y a las mujeres no, esta discriminación se acabaría porque a la empresa dejaría de salirle rentable. Es tan simple como entender el mercado y actuar en consecuencia. 
lo mismo ocurre con la 'tasa rosa', con la que el Gobierno hace propaganda a costa de las mujeres. 

Hablar de la 'tasa azul' no es 'feminista' ni da votos

En España existe una ley sobre igualdad que, sobre el papel, no permite que los negocios cobren más a las personas dependiendo de su sexo, pero parece que solo le interesa al Gobierno de turno cuando es la mujer la que sale perdiendo.
Desde hace unos años, todo el mundo está preocupadísimo por la 'tasa rosa', un concepto empleado para referirse al precio superior que tienen algunos productos y servicios dirigidos a mujeres, como maquinillas de afeitar, peluquería o artículos de cosmética e higiene.
Esta supuesta problemática, que solo es una decisión de la industria (a más demanda, precio más caro), ha sido utilizada por el Gobierno para vender el nuevo feminismoMaría Jesús Montero, la ministra de Hacienda, dijo el pasado verano que estudiaba bajar el precio de los productos femeninos y que "las empresas tienen que dejar de penalizar con un plus a las mujeres por el hecho de serlo". 
Pedro Sánchez, Carmen Calvo y María Jesús Montero
Pedro Sánchez, Carmen Calvo y María Jesús Montero Gtres
Las empresas no penalizan a las mujeres, solo les venden el mismo producto más caro porque ellas están dispuestas a pagar más. Si un hombre no gasta tanto en su higiene, hay que bajarle el precio para que lo compre. Es la ley de la oferta y la demanda, y la solución para las mujeres es tan simple como comprar la versión masculina del mismo artículo. Si las ventas bajan, los precios también lo harán, igual que lo harán los precios de las entradas de las discotecas para los hombres. (Y, por favor, no me digas que pagar por tampones te arruina la economía porque no es verdad). 
Presentar a las mujeres como víctimas del mercado, pintarlo todo de machismo e ignorar completamente a los hombres no construye una sociedad feminista, esto es, igualitaria, sino una sociedad 'hembrista' en la que solo ellas parecen tener voz y voto. 

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