El salario mínimo legal NO es el salario mínimo del mercado

Juan Rallo explica en el siguiente vídeo por qué el salario mínimo legal NO tiene nada que ver con el salario que como mínimo se cobra en el mercado, y que conviene entender para no caer en falacias argumentales, tan dadas a extenderse.

Así, en ocasiones el salario mínimo del mercado está muy por encima del salario mínimo legal (caso de Suiza, donde no hay salario mínimo legal, salvo en un solo cantón de los 26 que hay, siendo el salario medio del mercado de 5.000 euros y el salario medio del tercio de trabajadores que menos cobra en el mercado de 3.000€). Y esto provoca que no haya implicaciones negativas sobre el empleo (el paro en Suiza en 2018 fue del 2,8%)

Y en otras ocasiones, el salario mínimo legal puede estar por encima del salario mínimo de mercado (caso de España, donde el salario mínimo legal es hoy de 1050€ prorrateado en 12 mensualidades). Lo cual no implica obviamente que todo aquel que quiera trabajar por menos tenga un empleo. Todo lo contrario. Este salario mínimo legal por encima del mínimo del mercado implica que haya paro (tasa de paro en España está por encima del 14%), afectando especialmente a los grupos más débiles cuya productividad se sitúa por debajo de dichos 1050€ mensuales, y disparando la contratación en negro y el fraude, al no poderse contratar gente por debajo de dicho salario mínimo legal. La alternativa al salario de 1000 o 900 por ejemplo es abocarlos a salario de 0 euros, aunque dichas personas estén dispuestas a trabajar (se les prohíbe hacerlo).

Y esta diferencia es importante enfatizarla porque la manipulación y falacias al respecto es obscena y a falta de argumentación y razonamiento, la acusación típica hacia los críticos del salario mínimo legal es múltiple e inmoral (la disputa real es sobre los instrumentos para que la gente cobre más salarios -exponiendo cómo se llega a ello- y lo mejor para el conjunto de la sociedad, empezando por los débiles, que son los afectados del salario mínimo legal, y no sobre las buenas intenciones de unos y otros, si unos son buenos y quieren que la gente cobre más al imponer dicho salario mínimo y los otros son unos enemigos de los trabajadores y quieren que cobren menos dinero). Pero tal es la infantil y obscena acusación para idiotas que se suele escuchar.

"Es habitual confundir el salario mínimo legal con el salario que, como mínimo, se cobra en el mercado. Pero se trata de dos conceptos que deben ser distinguidos para no ser víctima de falacias argumentales."