Y son 11, no 10.
Artículo de Libre Mercado:
EFE
El discurso alarmista sobre el cambio climático del Ayuntamiento de Madrid ha servido para justificar la aplicación de fuertes restricciones al tráfico y la movilidad en las calles de la capital española. Sin embargo, el relato que traslada el consistorio a la ciudadanía oculta algunos aspectos que conviene poner de manifiesto.
En primer lugar están las dudas sobre la efectividad del llamado "protocolo 1" de circulación por la ciudad. Bajo este escenario, la velocidad máxima permitida en vías urbanas como la M-30 se reduce de 90 a 70 kilómetros por hora. Sin embargo, las cifras oficiales de los fabricantes de automóviles señalan que los coches consumen y contaminan menos cuando circulan a 90 kilómetros por hora que cuando lo hacen en ritmos más bajos, de entre 30 y 60 kilómetros por hora.
En segundo lugar, conviene apuntar que las cifras de velocidad media que se han divulgado a lo largo de los años apuntan que los niveles de circulación media registrados en la M-30 no estaban cerca del tope máximo, sino que rondaban los 65 kilómetros por hora.
En tercer lugar nos encontramos con los importantes niveles de emisiones contaminantes que son responsabilidad directa del consistorio que gobierna Manuela Carmena. Y es que renovar los 1.100 autobuses más viejos de la Empresa Municipal de Transporte permitiría que la flota al completo sea 100% sostenible. Aplicar esta medida a lo largo de una legislatura costaría menos del 1% del presupuesto anual y reduciría un 17% las emisiones contaminantes.
En cuarto lugar están los taxis y los coches de empresa que circulan por la capital. Fuentes consultadas por Libre Mercado apunta que las emisiones generadas por estos dos tipos de vehículos supone el 38% de la contaminación generada por el tráfico en Madrid.
- Abordar la cuestión de los vehículos corporativos es más complejo, por la naturaleza 100% privada de estas actividades, pero el consistorio tiene en su mano la posibilidad de aprobar partidas de gasto o deducciones fiscales que ayuden a financiar la renovación de esta parte de la flota.
- Con los taxis es distinto, ya que los más de 23.000 que tienen permiso para circular por Madrid lo hacen en base a las licencias que conceden las autoridades. Si el Ayuntamiento se comprometiese a renovar todos los taxis para que solamente operen modelos 100% sostenibles, el coste global de esta operación de gran alcance sería similar al de la renovación de los autobuses de la EMT: solamente supondría el 1% del gasto anual a lo largo de la legislatura.
La importancia de la Operación Chamartín
En quinto lugar están las emisiones contaminantes derivadas de los atascos y problemas de tráfico que sufre la capital. La solución más sencilla y duradera para este problema pasa por desbloquear la Operación Chamartín, una reordenación urbanística promovida por la iniciativa privada que multiplicaría por 50 la capacidad de tránsito del "nudo Norte", un punto clave en la entrada a Madrid en el que hoy se dan enormes retenciones.
Además de esa mejora, la Operación Chamartín también incluye el desarrollo del tercer parque más grande de Madrid, el soterramiento de buena parte del tráfico que discurre por esta zona de la capital o el desarrollo de nuevas infraestructuras de transporte público. Como guinda, la actuación aportaría 600 millones de euros al consistorio, lo que permitiría financiar más holgadamente aspectos como la citada renovación del parque de autobuses y taxis.
Esta reordenación urbanística, promovida por la iniciativa privada, generaría unos ingresos fiscales de 600 millones para el Ayuntamiento de Madrid. Además, la actuación terminaría con el "cuello de botella" que enfrenta la circulación en el Norte de la capital española, ya que el nudo de entrada a la Villa y Corte multiplicaría su capacidad
La hipocresía de Ahora Madrid
En sexto lugar, a todo lo anterior se le une la hipocresía de diversos integrantes del gobierno de Ahora Madrid que, si bien enarbolan un discurso hostil contra el uso del coche pero se comportan de manera muy distinta cuando están lejos de las cámaras y los micrófonos. Conocido es el caso de Manuela Carmena y de concejales como Guillermo Zapata o Celia Mayer, que no dudan en subirse al coche oficial. Más sangrante aún es lo de Inés Sabanés y Carlos Sánchez Mato, que viajan por Madrid en vehículos que tienen alrededor de 15 años de antigüedad (un Peugeot 406 y un Citroen Picasso, respectivamente).Por otro lado, otra hipocresía en el discurso del Ayuntamiento tiene que ver con su decisión de presupuestar doce millones menos para el Consorcio Regional de Transportes de Madrid. Como ha explicado el gobierno autonómico, la aportación que le tocaba al consistorio era de 112,3 millones, pero el proyecto presupuestario que presentó el gobierno de Manuela Carmena dejaba esa cifra en 100.
Trabas y ausencia de I+D
En séptimo lugar, cabría preguntarse hasta qué punto las Administraciones Públicas impiden una renovación más ágil del parque automovilístico. De entrada, la compra de cada coche acarrea un IVA del 21%. No obstante, también hay que considerar el pago de otros gravámenes, como los Impuesto de Matriculación y Circulación o los gravámenes aplicados al carburante. Al final, se estima que el coste fiscal de tener un coche en España ronda los 11.000 euros, un considerable hachazo tributario que encarece el relevo de vehículos.En octavo lugar, también nos encontramos con la ausencia de medidas innovadoras por parte de las Administraciones. Salvo plantear sanciones y restricciones al tráfico, el Ayuntamiento madrileño apenas ha propuesto vías para mejorar la situación de una manera creativa.
¿Por qué el presupuesto municipal no incluye proyectos de renovación de inmuebles o bonificaciones fiscales que permitan la proliferación de materiales sostenibles? ¿Por qué no fomentar el uso de ladrillos, hormigón o cemento de nueva generación? ¿Por qué no plantear la instalación de ventiladores extractores de CO2 o la renovación del asfalto con la incorporación de dióxido de titanio? ¿Por qué los proyectos de eficiencia energética apenas reciben 3 millones de euros? No pocas ciudades han abandonado la actitud prohibicionista y han apostado en su lugar por este tipo de soluciones innovadoras como mecanismo para mejorar el medio ambiente.
La herencia recibida: un 30% menos de emisiones
Pero la cosa no termina aquí. En noveno lugar, es importante recordar que las cifras que ha presentado el propio Ayuntamiento de Madrid en la Cumbre de París apuntan que las emisiones contaminantes en la capital de España han bajado un 30% entre 2005 y 2013 (último año con datos disponibles).Finalmente, en décimo lugar, el índice de ciudades más contaminadas del mundo deja claro que la situación medioambiental de Madrid no es, ni mucho menos, preocupante. De entrada, la OMS ha analizado 1.500 ciudades a nivel mundial... y Madrid apenas aparece en el número 900 de la tabla.
Es más: si analizamos la realidad española, vemos que por delante de los niveles observados en Madrid aparecen muchas otras urbes. A saber, son La Línea de la Concepción, Málaga, Bilbao, Albacete, Sevilla, Granada, Jaén, Torrejón de Ardoz, Gijón, Cartagena, Burgos, Jerez de la Frontera, Barcelona, Mataró, Alcorcón, Córdoba, Santander, Arrecife, Pamplona y Oviedo.
De hecho, Madrid comparte el mismo lugar en la tabla con Toledo, Zaragoza, Ferrol, Guadalajara, Las Palmas, Talavera de la Reina, San Fernando, Móstoles y Elche. Casi a la par con Madrid están Salamanca, Logroño, Telde, Majadahonda, Valencia, Ciudad Real y San Sebastián. Solamente tienen una posición claramente mejor Badajoz, Santiago de Compostela, Elda, Palma de Mallorca, Cáceres, Marbella y Benidorm.
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