Elentir expone un hecho generalizado en los medios de comunicación, el distinto trato y denominación según sean de un signo político o de otro, ejemplificando varios casos recientes en diversos medios españoles.
Artículo de Contando Estrelas:
Hoy el candidato de Los Verdes, Alexander Van der Bellen, ha ganado las elecciones presidenciales de Austria. ¿No habéis notado nada significativo en cómo lo han anunciado los medios?
Artículo de Contando Estrelas:
Hoy el candidato de Los Verdes, Alexander Van der Bellen, ha ganado las elecciones presidenciales de Austria. ¿No habéis notado nada significativo en cómo lo han anunciado los medios?
Para Televisión Española la ultraizquierda no existe
El candidato perdedor es Norbert Hofer, del FPÖ (Partido de la Libertad), una formación de la derecha populista que estuvo en la Internacional Liberal y que es partidaria de restringir la acogida de inmigrantes y refugiados en el país. Así daba la noticia TVE:
El ultranacionalista Hofer reconoce su derrota frente al ecologista Van der Bellen en Austria: rtve.es/n/1450081
Como vemos, para la televisión pública española Hofer es un “ultranacionalista”. Tal vez pensaron que decir “nacionalista” a secas haría que alguna gente le equiparase con partidos que hacen cosas tan poco democráticas en España como imponer multas lingüísticas o prohibir la escolarización en español. El caso es que el pasado mes de agosto TVE definía así al dictador comunista Fidel Castro:
Ni una referencia a su condición de dictador. Ni una mención a su ideología comunista, que es ultraizquierda pura y dura. Una vez más, TVE aplica su doble vara de medir: todo lo que se salga del centro-derecha es “ultraderecha” o “ultranacionalismo”, sin más, pero cuando hay que hablar de comunistas, la palabra “ultraizquierda” no aparece. De hecho, esa palabra no ha aparecido en el Twitter de RTVE ni una sola vez. Significativo, ¿no?
El País y su doble vara de medir para derechistas y comunistas
El País ha usado el término “ultraizquierda” muy escasas veces. Sin embargo, la palabra “ultraderechista” la tiene más que gastada. Hoy se la aplicaba a Hofer:
El secretario general del partido ultraderechista felicita al rival progresista por su victoria en Austria ow.ly/QXMU306NkcP
Curiosamente, El País no usa el adjetivo “ultraizquierdista” para referirse a formaciones comunistas como Izquierda Unida o Podemos. Lo mismo que muchos otros medios. Para ciertos periodistas es facilísimo encontrar ultraderechistas, pero dar con un solo ultraizquierdista les resulta de lo más complicado. Nuevamente, el tratamiento a un demócrata europeo contrasta con el otorgado al dictador comunista cubano, al que El País llamó “líder”:
Sin Fidel Castro, los Estados Unidos contemporáneos habrían sido otro país. El líder cubano desafió a 11 presidentes ow.ly/qLAf306xBOv
El Mundo y el requetelíder Fidel Castro
En la cuenta de Twitter del diario El Mundo la palabra “ultraizquierda” sólo ha usado una vez. Pero al candidato derechista austriaco le considera “ultraderechista”:
Los primeros sondeos dan una ligera ventaja en Austria al candidato ultraderechista. trib.al/mtciKtf
El día de la muerte de Fidel Castro, El Mundo le calificó como “último comandante y símbolo de la revolución” en este tuiteo, que incluía un vídeo de un minuto y medio en el que se le llamaba “líder” dos veces al difunto, pero sin una sola mención a su condición de dictador:
Fidel Castro, último comandante y símbolo de la revolución https://t.co/goKI11Xr1u pic.twitter.com/3atUipZynm— EL MUNDO (@elmundoes) 26 de noviembre de 2016
Entre buena parte del periodismo español e internacional, la ultraizquierda tiene patente de corso. No importa que seas un comunista que ha tiranizado un país durante más de medio siglo, gobernando sin elecciones libres en un régimen de partido único: no te llamarán “ultraizquierdista” y muchos ni siquiera te llamarán “dictador”. Pero si eres un demócrata que se sale de las coordenadas del centro-derecha, entonces la cosa cambia y los términos “ultraderecha”, “ultraderechista y “ultranacionalista” se leen y escuchan por doquier. Y luego se preguntarán por qué ese periodismo está perdiendo cada vez más credibilidad entre buena parte de la audiencia.
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