viernes, 15 de junio de 2018

La eliminación del mal llamado "Impuesto al Sol" encarecerá la factura de luz

Joaquín Giráldez analiza la propuesta y repercusiones del mal llamado "impuesto al sol", mostrando las falsas creencias que se tienen sobre la cuestión de la ley de autoconsumo. 

Artículo de Libre Mercado: 
Instalación de paneles solares en el tejado de una casa | Alamy
El sector eléctrico no ha sido ajeno a la plaga de nuestros tiempos, las noticias falsas. La que más llama la atención, por lo mucho que ha calado en la sociedad en general y en los políticos en particular, ha sido la existencia de un Impuesto al Sol. La mayoría de los españoles piensa que el autoconsumo está prohibido en España o que existe un impuesto por producir electricidad fotovoltaica en casa, pero es falso.
La existencia de un Real Decreto que regula las condiciones técnicas, económicas y administrativas del autoconsumo demuestra que no está prohibido. Esto también se puede comprobar en el registro de instalaciones de autoconsumo, donde aparecen 964 instalaciones de autoconsumo fotovoltaico. Tampoco existe un impuesto al sol, como afirmaba el Tribunal Supremo cuando desestimó el recurso contra el RD 900/15.
En el fallo se indica que el "Cargo Transitorio por Energía Autoconsumida" (definitivamente, tiene menos gancho que la expresión Impuesto al Sol) es un peaje que se cobra a aquellos grandes autoconsumidores que usan la red eléctrica como respaldo. Este peaje sirve para contribuir a pagar los costes del sistema. De hecho, este cargo no se aplica a consumidores domésticos ni a instalaciones separadas de la red eléctrica.
Por eso, cuando se exige la eliminación del impuesto al sol, se está pidiendo que las empresas que tengan autoconsumo no contribuyan a los costes del sistema. Habrá, pues, que definir cuáles son los costes del sistema y cuánto pagarán de más el resto de consumidores.

Desglose de la factura eléctrica

En nuestra factura eléctrica encontramos un término fijo (la potencia contratada que no depende del consumo) y un término variable, proporcional a la electricidad que consumimos. Dentro de ambos, encontramos enmarañados una serie de pagos. Estos se pueden resumir en el pago por producir electricidad y los mecanismos necesarios para mantener el equilibrio generación/demanda, pagos regulados e impuestos.
Los pagos regulados incluyen la retribución a las actividades reguladas (distribución y transporte eléctrico) y el coste de las políticas incluidas en el recibo de la luz. Todo ello se considera costes del sistema. Se puede conocer su cantidad en las liquidaciones de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC).
En 2016, los costes del sistema ascendieron a 17.053 millones de euros, de ellos el 40% corresponde a las actividades de transporte y distribución eléctrica, y el resto a cuestiones políticas, destacando 6.280 millones al RECORTE (primas a renovables) y 2.800 a pagos de deuda eléctrica.
Si tomamos una factura doméstica estándar (4 MWh/año y 4,4 kW), de los 757 euros anuales pagados en 2016, el 29% correspondió al coste de generación eléctrica y mecanismos para que esta llegue a casa, el 49% a los pagos regulados y el 22% restante a impuestos (impuesto municipal, eléctrico e IVA).
El 55% de estos pagos regulados se pagaron a través del término variable y el 45% a través del término fijo. Como los costes del sistema no disminuyen por tener autoconsumo, estos se repartirán entre aquellos que no puedan generar su propia electricidad.

El coste de eliminar el 'impuesto al sol'

Ante este argumento, los defensores del autoconsumo afirmarán que ya contribuyen al mantenimiento del sistema mediante el pago del término fijo. Sin embargo, eso no es cierto porque, como hemos visto antes, los costes del sistema también están incluidos en el término variable.
Simulando los costes de 2016 y suponiendo que el 5% de la energía que se consumió hubiera sido autoconsumida, esto hubiera supuesto un incremento en la factura doméstica de aproximadamente un 2%. Al no ser estos costes lineales, si el autoconsumo hubiera ascendido al 10% el incremento en la factura doméstica hubiera sido del 4,27%.
También se argumenta que el autoconsumo disminuirá el coste de la electricidad en el mercado mayorista, lo cual es evidente por una disminución de la demanda. Sin embargo, esta disminución no compensará con la caída de los ingresos del sistema. Además, esta bajada ya se producirá con la entrada de los 23.500 MW de proyectos fotovoltaicos previstos, los cuales sí contribuirán al pago de los costes del sistema con el peaje de generación y con la tasa de generación.
Aquellos que claman por la derogación del impuesto al sol están pidiendo, realmente, un nuevo trasvase de rentas hacia la generación fotovoltaica. Pero no es el único. Que sólo haya registradas 439 instalaciones de autoconsumo fotovoltaico doméstico no se debe al "cargo transitorio por energía autoconsumida", que no aplica a las instalaciones domésticas. Se debe a que las curvas de consumo de una casa no coinciden con las curvas de producción fotovoltaica. Cuando nuestra placa produce energía, esta no es aprovechada porque nosotros nos encontramos, normalmente, fuera de casa.
Para solucionar esto, proponen que se implante el Balance Neto, es decir, que los kWh producidos por nuestra instalación y vertidos a la red de día se compensen con los que tomemos de noche sin pagar nada por estos últimos. De este modo, si nuestra instalación vierte a la red 5 kWh de día, los primeros 5 kWh que cojamos de la red de noche no costarían dinero. Esto quiere decir que por el 29% del coste que aporto en forma de energía se me pague el 100% de la factura, incrementando así la subvención y el trasvase de rentas.
El trasvase de rentas no viene reflejado en la "proposición de ley de medidas para el fomento del autoconsumo eléctrico", presentada en el Congreso el pasado 10 de mayo por todos los grupos de la antigua oposición, salvo Ciudadanos.
Esperemos que el nuevo Ministerio para la Transición Ecológica evalúe el incremento en la factura eléctrica producido con esa proposición de ley antes de aplicarla y que resista al guiño de los inventores del "Impuesto al Sol", empleándose en tareas más arduas, como reducir la factura eléctrica sin desequilibrar el sistema. Tal vez sea un buen punto de partida sacar costes ajenos a la tarifa y reducir los impuestos de la misma. Por todo eso no nos queda más que desearle suerte al equipo liderado por Teresa Ribera.

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