miércoles, 13 de junio de 2018

Una bomba de relojería en el Mediterráneo (actualizado)

Jesús Manuel Pérez analiza la bomba de relojería que hay hoy en el Mediterránea, a raíz de la cuestión de los rescates a inmigrantes, gobiernos, ONGs y mafias. 

Artículo de Guerras Posmodernas
Hace tiempo escribí aquí sobre SeaSheperds, la organización animalista que, con una flotilla de barcos y embarcaciones rápidas, trata de interrumpir la caza de ballenas. Tiempo después me encontré con el caso de las ONGs que han fletado barcos para rescatar a migrantes en el Mediterráneo. Hablamos de organizaciones como la española Proactiva Open Arms o la organización internacional Migrant Offshore Aid Station (MOAS). Pensé que de ahí podría salir un artículo sobre “Nuevos actores no estatales en el ámbito marítimo”, una de tantas ideas que duermen en mi disco duro.



El gran momento ha llegado. Nuestro y vuestro ya está .Últimos preparativos y zarparemos allí donde mueren vidas invisibles

Tiempo después me encontré a alguien, posiblemente de la alt-righten un blog o un foro, denunciando que la operación de rescate de migrantes en embarcaciones precarias y náufragos en el Mediterráneo era una farsa y que en realidad estas organizaciones trabajan de forma coordinada con las mafias del tráfico de personas. Según la teoría conspirativa, las ONGs no rescatan a nadie, sino que hacen un transbordo de pasajeros para facilitar el tramo final del viaje a Europa. No es más que una de muchas teorías conspirativas surgidas después de la crisis de los refugiados de 2015 en torno a un plan secreto de las élites europeas para sustituir la población blanca europea y que retoman viejos temas de la ultraderecha. Véase el plan Kalergi,, que precisamente toma su nombre del conde de Coudenhove-Kalergi, un visionario y pionero del paneuropeísmo.
Había un elemento interesante en la teoría conspirativa de las ONGs yendo y viniendo para introducir migrantes en Europa. Y era la geolocalización de los barcos vía el sistema AIS, que se puede ver en webs como marinetraffic.com.
En el vídeo que muestra la información de marinetraffic.com se ve el ir y venir desde Italia y Malta de buques como el MS Golfo AzzurroIuventaSea EyeVos Hestiaetc. Todos pertenecen o han sido fletados por organizaciones humanitarias y se dedican a rescatar personas en el Mar Mediterráneo. Pero el detalle importante es en qué parte del Mar Mediterráneo: lo hacen cerca de la la costa de Libia. El asunto no es ningún secreto. La propia Guardia Civil anunciaba el pasado día 29 de junio el rescate de  “1065 personas en embarcaciones a la deriva junto a las costas de Libia”.




La tripulación de nuestro buque "Río Segura" rescata a 1065 personas en embarcaciones a la deriva junto a las costas de
👏👏👏

La propia Guardia Civil contaba además a dónde iban a ser llevadas esas personas.
Es fácil entender los esfuerzos para rescatar personas en el Mediterráneo. En 2016 murieron 5.000 personas cruzando el Mediterráneo, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones. Y mas de 2.000 habrían muerto hasta finales de junio de este año. La duda es por qué se recoge a migrantes cerca de la costa de Libia y se les desembarca en Italia, dentro del Área Schengen. Sólo el fin de semana pasado 12.600 personas fueron desembarcadas en puertos italianos. Casi todas las 200.000 plazas en sitios de acogida en Italia están ya ocupadas. Evidentemente, el gobierno italiano ha pedido ayuda a la Unión Europea y amenazó con cerrar sus puertos a buques de bandera no italiana cargados de migrantes.
Según dato que recoge The Guardian, 60.228 personas llegaron a Italia por mar entre enero y mayo de 2017. Los primeros países de procedencia declarados son Nigeria (cerca del 15%), Bangladesh (12%), Guinea-Conakry (10%) y Costa de Marfil (9%). Así que no se trata de una avalancha de refugiados libios huyendo de la guerra civil que vive el país. El número de menores no acompañados se dobló entre 2015 y 2016, para sumar 25.846 a finales de 2016.
Al Yazira por su parte, ofrecía ayer la cifra de un total de 83.650 personas llegadas a Italia, según datos de la ONU, desde principios de 2017. Lo relevante es que suponía un 20% más que la cifra equivalente de 2016.
La agencia italiana ANSA ofrecía más datos en febrero de este año: entre enero de 2014 y noviembre de 2016 fueron medio millón los migrantes que llegaron a los puertos de Italia tras ser recogidos en el Mediterráneo. La décima parte eran menores no acompañados. Los solicitantes de asilo sólo fueron una minoría. 2.557 en el año 2015 y 3.181 hasta agosto de 2016.
Los datos de víctimas en el Mar Mediterráneo sólo pueden ser estimaciones. Pero si tomamos las publicadas, vemos que hay un riesgo cierto de muerte pero la proporción de migrantes rescatados en el Mar Mediterráneo es muchísimo mayor. Es más, las distintas operaciones de rescate, privadas y estatales, se están concentrando no muy lejos de costa de Libia. Con lo cual, es fácil imaginar que quien alista un barco cargado de migrantes no lo hace pensando en llegar por sus propios medios a Malta o Sicilia, sino tan sólo en llegar a alta mar y allí lanzar un SOS para que otro buque rescate a los pasajeros y los lleve a Italia. Es decir, todo ese esfuerzo internacional para rescatar migrantes cerca de la costa de Libia está creando un incentivo perverso que aumenta el problema, tal como demuestra el desembarco en Italia de ciudadanos de lugares tan lejanos de la cuenca mediterránea como Bangladesh.
La paradoja del asunto es que es un problema que le han creado otros a Italia. Supongo que las ONGs piensan estrictamente en términos de vidas salvadas. Pero yo me pregunto ¿qué pasa después del rescate y del desembarco en Italia? ¿Realizan algún seguimiento esas mismas ONGs sobre qué pasa con los migrantes que desembarcan en Italia o se olvidan del  asunto, delegando los problemas en las autoridades italianas? ¿Quién se ha hecho cargo de más de 50.000 menores sin acompañar? ¿Tiene Italia recursos para acoger, formar e integrar en el mercado laboral a todos esos migrantes o estamos creando una bomba de relojería? Recordemos el caso de Amis Anri, el pequeño delincuente tunecino que llegó a Italia en uno de esos barcos, cumplió condena por pegarle fuego al centro de acogida donde fue alojado y terminó radicalizado en Alemania. El 19 de diciembre de 2016 arrolló un mercadillo navideño en Berlín con un camión robado, asesinando en total a trece personas.
Significativamente no he leído en ninguna parte a nadie abordando este asunto, más allá de la ultraderecha xenófoba y sus teorías de la conspiración. Así, claro está, llegan luego las sorpresas electorales que nos llevan a sesudos análisis sobre cómo la clase obrera se ha vuelto idiota votando a populistas de ultraderecha. Tenemos en Europa problemas de fondo que parece nadie en la política mainstream quiere abordar. Me pregunto qué van a decir los buenistas cuando nos estallen en la cara.
Actualización:
  • El gobierno de Italia ha recibido el respaldo de la Unión Europea para que los inmigrantes llegados al país se reenvíen a otros países. Alemania y Francia han tratado de escurrir el bulto y no se decidirá nada hasta una próxima cumbre europea en Estonia.
  • Francia y Alemania mostraron a Italia su acuerdo con un mayor control a las ONGs que recogen personas en el Mar Mediterráneo.
  • El ministro de Defensa austriaco ha amenazado con desplegar 750 militares en la frontera con Italia si el flujo de migrantes no cesa.
  • Una organización “identitaria” europea recauda fondos para fletar un barco e interferir en la labor de las ONGs humanitarias en la costa de Libia. Aquí el vídeo:
  • “Esclavos a las puertas de Europa”, un reportaje de Nacho Carretero en El País sobre cómo “cada vez más inmigrantes están siendo vendidos como esclavos en mercados de Libia”.
  • Un portavoz de la armada libia se queja de que la labor de las ONGs que recogen migrantes afecta a las relaciones del país con la Unión Europea. La misma noticia recoge la acusación de Carmelo Zuccaro, fiscal jefe de Catania (Sicilia), sobre que algunas organizaciones humanitarias mantienen vínculos con las redes de tráfico de personas.
  • Sigmar Gabriel, vicecanciller alemán, afirmó en mayo que establecer campamentos de refugiados en Libia no es la solución al problema y abogó por estabilizar los países de origen.
  • El New York Times ofrece un mapa con la ubicación de los rescates. De 2014 a 2016 la actividad se fue trasladando más al sur hasta llegar a la costa libia. Los autores del artículo afirman, como he hecho yo también, que la actividad de los buques de las ONGs crea un incentivo para zarpar desde Libia.

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Imagen: The New York Times

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